La lucha, en familia, siempre te hará más fuerte

A nuestros niños hay que hacerles partícipes de lo que sucede en casa. Son parte activa de un núcleo familiar y tienen que saber qué es lo que pasa. También, como parte activa, tienen que formar parte de la resolución del problema o, en este caso, la enfermedad. Regla de oro: explicar siempre muy claramente cuál es la enfermedad y el proceso curativo y lo que éste implica. Y claro que les va a dar miedo. Y claro que se van a sentir abrumados. Pero también van a poder hacer algo por ayudar. Aunque únicamente sea sentarse a hacer compañía y dar conversación. Ellos podrán ayudar. También van a ser y sentirse parte activa de la solución.

El problema de ver que están haciendo algo diferente que quizás no les corresponde lo tenemos los adultos. Y no pasa nada porque ayuden a comer a su padre o madre, porque le ayuden a vestirse, porque le coloquen la silla en el salón para estar todos juntos. No pasa nada porque aprendan que cuando una persona está enferma no se vale por sí sola y necesita ayuda, su ayuda, para poder seguir.

Porque, nos guste o no, eso es vivir, y la vida es así. A veces golpea suavemente y otras nos deja K.O. Pero al final, de todo el proceso, sea cual sea el desenlace, estarán felices bien por ayudar o bien por pasar tiempo con una persona a la que quieren, y mucho. No podemos quitarles ese tiempo.