Los jóvenes tienen cada vez más relaciones 'parasociales': ¿qué son y cómo les afectan?
Miguel Ángel Martín-Cárdaba, presidente de la Asociación Internacional para la Investigación sobre Infancia, Juventud y Comunicación, explica lo que supone que los menores tengan hoy dos modelos de educación: el de sus padres y el de los los influencers
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Un equipo de investigadores dirigido por la Universidad Villanueva ha llevado a cabo un estudio con un doble objetivo, por una parte analizar y examinar las preferencias y comportamientos de los menores (preadolescentes y adolescentes) en redes sociales respecto a sus influencers favoritos y detectar ... hasta qué punto estos pueden reforzar los estereotipos de género preexistentes y, por otro, determinar la influencia que tiene en el bienestar psicológico de los menores contar con un teléfono móvil desde edades tempranas y cómo influye en ello la mediación parental.
Miguel Ángel Martín-Cárdaba, especialista en Comunicación Persuasiva e Influencia y profesor de Psicología de la Comunicación, Liderazgo y Comportamiento del Consumidor en Universidad Villanueva, considera que los influencers pueden emitir mensajes «que no queremos que sean consumidos por nuestros menores; por ejemplo, aquellos que fomentan valores contrarios a los nuestros o que directamente promuevan conductas de riesgo. No obstante, el peligro no sólo está en el contendido explícito de los mensajes, sino también en el coste de oportunidad que tiene para ellos dedicar cada vez más tiempo a consumir este tipo de contenidos muchas veces percibidos como inofensivos».
Asegura que, tal y como establece la 'teoría del desplazamiento', uno de los principales impactos de la tecnología en el bienestar de nuestros menores se produce como consecuencia de que reducen drásticamente el tiempo para otras actividades propias de su edad y que son fundamentales para su desarrollo. Son muchos los que reconocen que están consumiendo contenidos generados por sus influencers favoritos en el tiempo que deberían estar dedicando a dormir, a hacer sus deberes, a jugar con sus amigos, a relacionarse con sus familiares más cercanos, etc. Esto tiene consecuencias importantes porque quedan afectadas áreas fundamentales de su bienestar y desarrollo como son sus patrones de sueño, su rendimiento académico o sus relaciones sociales cara a cara.
¿Esto fortalece, sin duda, que los influencer se mantengan como sus modelos de referencia?
Rotundamente sí. Se trata de figuras que suelen gozar de un nivel de atractivo muy alto, proyectan una gran confianza, poseen grandes dotes de comunicación (todas ellas características típicas de los emisores altamente persuasivos) y, además, su gran éxito social y su elevado número de seguidores les confiere algo que los psicólogos han llamado 'validación social', lo cual repercute en una mayor credibilidad percibida.
A su vez, la investigación ha puesto de manifiesto cómo los menores (aunque esto también sucede con los adultos) tienden a desarrollar «relaciones parasociales» con sus influencers favoritos. Este tipo de relaciones consisten en un vínculo emocional unidereccional y asimétrico de «pseudoamistad» que los individuos desarrollan hacia una figura mediática como son los influencer. A diferencia de las relaciones de amistad convencionales, las relaciones parasociales no son recíprocas porque el influencer generalmente no tiene conocimiento personal de los individuos que sienten una conexión con ellos. Lo que muestran nuestros datos es que, cuanto mayor es esa conexión parasocial que los menores experimentan hacia sus influencers favoritos, mayor es el impacto que los influencers tienen sobre los menores. Y, a su vez, cuanto más consumen sus contenidos, mayor es la relación parasocial que experimentan hacia ellos.
¿Qué consecuencias se están observando en el bienestar de los jóvenes?
A parte de las mencionadas anteriormente (interferencias y distorsiones en sus patrones de sueño, en su rendimiento académico y en sus relaciones familiares o de amistad), también se ha observado un impacto preocupante en su bienestar psicológico y emocional. Los individuos menores de edad son especialmente vulnerables a la comparación social; es decir, al no tener desarrollado un fuerte sentido de la identidad propia y de su autoestima, tienden a juzgarse y valorarse a sí mismos a partir de la comparación con sus referentes, lo cual les sitúa en una etapa especialmente vulnerable frente a los contenidos presentes en las redes sociales. Además, los más pequeños generalmente no poseen un conocimiento crítico acerca del funcionamiento real de las redes sociales y muchas veces desconocen, o no son plenamente conscientes, de cómo los influencers usan filtros y manipulan sus fotografías y sus vídeos para dar una imagen falseada de sus físicos y de sus vidas.
Como consecuencia, cuanto más tiempo pasan consumiendo contendidos generados por influencers, los menores se sienten peor, más insatisfechos con su propio cuerpo y más descontentos con su propia vida.
¿Están los influencers desplazando los modelos de educación de los padres como cabezas de familia?
Los menores siempre han tenido múltiples fuentes de influencia; padres, abuelos, hermanos, amigos, etc. Según crecen, la influencia de los padres va perdiendo protagonismo progresivamente en favor de la de sus amigos. Por eso, para muchos padres es tan importante favorecer, en la medida de los posible, unas amistades por encima de otras. Lo mismo debería ocurrir también con estas nuevas «amistades virtuales» que los menores desarrollan con sus influencers favoritos.
¿Qué efectos produce en los menores recibir mensajes que a veces son contradictorios entre estos dos modelos de referencia distintos?
Cuando los mensajes son contradictorios, los menores, según crecen, tienden a primar los mensajes que vienen de lo que los sociólogos llaman 'grupos de pertenencia' o 'grupos de referencia'. Es decir, los menores (y especialmente los adolescentes) prestan más atención y aceptan más fácilmente los mensajes que provienen de personas que son como ellos (sus iguales) o como a ellos les gustaría ser (sus referentes). Los influencers son una poderosa conjunción de los dos tipos de figuras.
¿Cómo lograr que los progenitores ganen este pulso en la educación de sus hijos?
Los estudios sugieren que, respecto a los influencers, los padres deberían estar igual de pendientes que con el resto de las amistades de sus hijos. El primer paso sería ser consciente de quiénes son los influencers a los que más siguen sus hijos y cuál es el tipo de contenidos que suelen publicar. Para ello, aun cuando muchos padres intentan utilizar softwares de control y monitorización, lo más eficaz es siempre tener una comunicación abierta y transparente con los menores, ya que el control es siempre complejo y más aún cuando el menor cuenta con un móvil (u otros dispositivos inteligentes) en propiedad. En este mismo sentido, los datos muestran que cualquier estrategia, especialmente cuando se trata de adolescentes, funciona siempre mejor cuando se aplica de manera dialogada y funciona peor cuando se emplea un tono impositivo y autoritario. Igualmente, los menores que menos efectos negativos mostraban eran aquellos que afirmaban en mayor medida que sus padres se preocupaban de explicarles los riesgos y las falsedades que están presentes en las redes sociales.
Así pues, es recomendable tener una conversación bidireccional, abierta y dialogada sobre el funcionamiento real de las redes y de todos los peligros que esconden. Esto implica que los padres necesitan formarse y estar al tanto de este nuevo universo virtual ya que, en caso contrario, sus hijos no les percibirán como un interlocutor válido en la materia. Por último, de cara a que el dialogo con los hijos sea productivo, la recomendación más importante sería haber fortalecido previamente la relación con ellos mediante actividades de ocio conjunto que fomenten la diversión y la complicidad.
¿Qué perfiles y contenidos son los más seguidos en redes sociales por los niños y las niñas?
El perfil de influencer tipo que sigue una niña suele ser una chica joven que publica en Instagram contenidos sobre moda, belleza, viajes, restaurantes y estilo de vida (especialmente a medida que se hacen mayores), así como contenidos relacionados con la música y el baile. Por otro lado, el perfil típico de influencer seguido por niños suele ser un chico joven que utiliza plataformas como YouTube o Twich para publicar contenidos sobre videojuegos, bromas, humor y deportes. Otros contenidos que son muy populares entre niños y niñas son los challenges o desafíos.
Vuestro estudio determina que la posesión de dispositivos propios por menores disminuye su bienestar; es decir, les produce malestar psicológico y provoca un mayor uso problemático e imitación de conductas peligrosas entre niños y adolescentes. ¿A qué se debe?
Efectivamente, lo que muestran los datos es cuando los menores tienen un smartphone (o un dispositivo similar) en propiedad muestran un mayor impacto negativo del consumo de contenidos generados por influencers. La razón es que cuando disponen de un dispositivo propio, tienen un acceso mucho más sencillo, constante y directo a estos contenidos. Esto, en una edad donde los mecanismos de madurez y autocontrol personal aún no están plenamente desarrollados, suele provocar un consumo excesivo y problemático, que a su vez desemboca en consecuencias indeseables para su bienestar.
A su vez, también es importante mencionar que, aunque las estrategias de mediación parental activas (basadas en el diálogo con los menores) parecen las más efectivas para reducir las implicaciones negativas derivadas del consumo de contenidos publicados por influencers, dicha eficacia también se reducía enormemente en aquellos niños que disponen de un smartphone en propiedad. El efecto protector de la estrategia, cuando el consumo era excesivo, disminuía enormemente.
Con todos los resultados del estudio, ¿cuáles son las recomendaciones más importantes para evitar riesgos en los hijos?
Podríamos hablar de cuatro recomendaciones principales: en primer lugar, estar pendientes y conocer los patrones de consumo de los menores en cuanto a tiempo y en cuanto a contenidos: ¿Qué ven y durante cuánto tiempo? ¿Están dejando de hacer alguna de las actividades necesarias para su desarrollo integral? En segundo lugar, es importante hablar con los hijos acerca de las falsedades y peligros que encierran las redes sociales y el mundo de los influencers y explicarles y dialogar despacio sobre las consecuencias negativas que conlleva un consumo excesivo de dichos contenidos.
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En tercer lugar, negociar con ellos unas normas claras y consensuadas sobre contenidos y tiempos de consumo razonables. Y, en cuarto lugar, retrasar todo lo posible la entrega de un smartphone u otros dispositivos inteligentes para uso exclusivo de los menores. Este último punto, aparte de ser el más relevante, puede ser también el más complicado, porque los padres tienden a adelantar la entrega del smartphone por dos motivos principales: se sienten seguros cuando sus hijos están localizables, y no quieren que sus hijos se queden aislados socialmente. Por eso, las dos estrategias más eficaces que suelen seguir los padres para solucionar sus dos preocupaciones son darle al niño un móvil sin internet y ponerse de acuerdo con los otros padres para hacer un frente común y elegir una edad que a todos les parezca razonable.