Los 'efectos secundarios' de que tu hijo vea cómo los youtubers muestran juguetes

Según Alba López Bolás, coordinadora académica del Máster Universitario en Marketing Digital en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), los youtubers infantiles presentan los juguetes como elementos esenciales para la diversión y la felicidad en su vida, utilizándolos en entornos cotidianos que generan cercanía y empatía con una audiencia muy vulnerable como es la infantil. «Este es el mayor problema, que en la pantalla se muestran siempre situaciones de la vida real, con la que los niños se sienten muy identificados, En esos momentos introducen los juguetes y los niños los perciben como algo indispensable en su día a día. Otro gran problema es que estos youtubers no identifican claramente los intereses comerciales detrás de estos contenidos. Esto aumenta el deseo de los niños por poseer esos juguetes, ya que asocian su entretenimiento y aceptación social con la adquisición de esos productos».

Pedir demasiados juguetes y tener altas expectativas de recibirlos, como ven a otros niños que los tienen a través de las pantallas, ¿qué consecuencias tiene para los menores?

Este comportamiento puede generar en los niños frustración, insatisfacción constante y una falta de valoración hacia lo que ya tienen. También puede alimentar una dependencia emocional hacia el consumo, donde la felicidad y el entretenimiento dependen de adquirir nuevos objetos. A largo plazo, esta actitud puede dificultar el desarrollo de habilidades como la gratitud, la paciencia y el manejo de recursos. Hay que tener en cuenta que hablamos de niños menores de 6 años, que se encuentran en pleno proceso de creación de su propia identidad, y todo lo que ven en estas pantallas influirá en este proceso vital.

 ¿Qué ocurre si los padres les dan todo lo que piden?

Cuando los padres ceden a todas las peticiones, los niños pueden desarrollar una baja tolerancia a la frustración y dificultades para comprender el esfuerzo que conlleva adquirir tantos juguetes, algo que no se suele explicar en estos vídeos de YouTube. En cada capítulo de YouTube aparecen juguetes nuevos, sin mostrar el menor esfuerzo que hay detrás de cada adquisición por parte de sus padres, además muestran como natural la acumulación de objetos en su día a día. Esto puede traducirse en comportamientos más demandantes, falta de empatía hacia las necesidades de otros, una visión equivocada del valor de las cosas y un desinterés constante por lo que ya tienen.

¿Cómo les afecta no estár preparados para aceptar este tipo de frustración?

La frustración forma parte del desarrollo emocional de los niños y, aunque al principio pueda ser difícil gestionarlo, es una oportunidad para aprender habilidades como la resiliencia, la creatividad y la capacidad de encontrar alternativas. Los padres deben apoyar este proceso con empatía y paciencia, y explicar de forma adecuada las razones detrás de la decisión de no darles todo lo que piden.

 ¿Cómo deben actuar los padres ante este tipo de situaciones?

Deben poner límites claros y razonables, explicando que no siempre es posible ni necesario tener todo lo que quieren. Es importante fomentar una relación sana con el consumo y acompañar a los menores en la visualización de estos vídeos de YouTube. Si los acompañan podrán explicarles que no es real lo que están viendo y promover el diálogo sobre el valor de las cosas. Es clave acompañar a los niños en la selección de contenidos en redes sociales, ayudándoles a identificar cuándo están viendo publicidad.

¿De qué manera pueden los progenitores lograr que sus hijos aprecien el verdadero valor de las cosas?

Pueden involucrar a los niños en actividades que les permitan experimentar el esfuerzo, como ahorrar para un juguete especial y compartir con otros niños. También es fundamental pasar tiempo de calidad en actividades que no impliquen consumo, como juegos al aire libre, lectura o manualidades.

¿Puede extenderse su ansia por querer más a otras facetas de la vida que no solo sea el juego?

Sí, este comportamiento puede trasladarse a otras áreas, como la búsqueda constante de reconocimiento social o el consumo excesivo de redes sociales en el futuro.