David Hamilton, influencer: «Nunca hay que dejar los estudios porque siempre hay que tener un plan B»
Con más de 3 millones de seguidores en Tik Tok, este joven estudiante de segundo de Ingeniería de Computadores en la UPM, mantiene los pies sobre la tierra y aconseja a los jóvenes que se tomen las redes sociales como un hobby «porque un día puedes estar en la cima, y al siguiente hundido»
Hamilton reconoce que la presión por el número de visitas recibidas «afecta sí o sí»
Con solo 10 años a David Hamilton ya le encantaban las tecnologías y creó su propio canal de youtube para comentar videojuegos. Un año después lo cerró, pero siempre estaba pendiente de las redes sociales y durante la cuarentena por el Covid-19 le entraron muchas ganar de abrir otro, pero estaba en Bachillerato y su responsabilidad por los estudios ganó el pulso.
Sin embargo, nada más terminar la Selectividad se puso a ello. «Empecé subiendo un vídeo diario en el que hablaba sobre los estereotipos de las carreras universitarias y también, en clave de humor, sobre lo que piensan los padres cuando los hijos hacemos determinadas cosas. Me divertía mucho haciéndolos y a mis seguidores también. Con uno de ellos logré un millón de visitas. Mis padres flipaban más que yo con estas cifras. Así estuve tres meses subiendo uno o dos vídeos diarios en Tik Tok, su principal canal hoy con 3 millones de seguidores, y en septiembre a Instagram».
Comenzó la carrera de Ingeniería de Computadores en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) «y el primer trimestre fue horrible porque iba a clase de 8 a 14.00 horas y luego tardaba una media de entre dos a cuatro horas en hacer, editar y subir un vídeo. Apenas me quedaba tiempo para estudiar. Mis padres se mostraron escépticos y estaban preocupados porque, en primer lugar, pensaban que iba a dejar los estudios y, además, les inquietaba el tema de mantener la privacidad».
David reconoce que siempre ha disfrutado mucho haciendo vídeos porque es como un hobby para él, «pero nunca pensé en dejar los estudios porque en las redes sociales un día estás arriba y otro hundido. Es necesario tener un buen plan B, como en mi caso la carrera universitaria».
Reconoce que mantener esta exposición en redes tiene sus aspectos buenos y malos. Entre lo positivo destaca que es como un trabajo que exige dedicación, esfuerzo, planificación, dedicación, creatividad, capacidad de superación... «En la parte negativa está la presión interna por las visitas. A veces dedico mucho más tiempo a un vídeo que creo que es genial y luego no tiene el seguimiento que esperaba, lo que me genera gran frustración, angustia, decepción e impotencia al pensar que lo podía haber hecho mejor».
«Llegué a estar seis meses sin ver a mis amigos por estar encerrado en mi habitación»
También reconoce que ha tenido que aprender a organizarse y disminuir un poco el tiempo que dedica a los vídeos porque le limitaba de estar con sus padres y amigos. «Cuando mis amigos me invitaban a salir o a cumpleaños yo siempre ponía, no excusas porque me encanta hacer vídeos, sino este argumento de que estaba con las redes. Llegué a estar seis meses sin ver a mis amigos por estar encerrado en mi habitación. Todos mis vídeos los hago ahí para no mostrar nada de mi casa ni de mi familia y mantener la privacidad a raya. También es verdad que cuando estoy en alguna comida con mis padres o reunión familiar mi mente vuela a nuevas ideas para mejorar mis creaciones. Tampoco es raro que me despierte alguna vez de madrugada con una buena idea y me levante para apuntarla».
A sus 19 años, y con una experiencia de éxito en redes y cursando en la actualidad segundo de carrera, no duda en recomendar a los jóvenes que quieran convertirse en influencer que «los estudios son lo primero y lo que asegura el futuro. En redes sociales —insiste— puedes llegar lejos si eres muy bueno, pero lo difícil es mantenerse. Puedes estar un día en la cima y al poco tiempo no tener casi visitas. También les diría que no se lo tomen como una profesión, sino como algo divertido, un hobby, porque si lo hacen por obligación no lo van a disfrutar, y eso se nota».
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Y, por último, destaca que «las visitas, los like, afectan sí o sí. Hay que tener bien interiorizado que solo se trata de un número, pero cuando no es el que esperabas te afecta. Hay que aprender a asumirlo, al igual que hay que hacer un gran trabajo y esfuerzo para estar cada día expuesto en las redes. Si algún niño tiene deseo de ser influencer, yo le diría que lo intente sin olvidar la constancia y disciplina que exige y, por supuesto, que nunca deje los estudios porque es muy importante tener un plan B».
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