Cinco hábitos para lograr una crianza respetuosa en el 2025
Blanca Arias, psicóloga, invita a poner el foco en este nuevo año en el bienestar emocional y familiar
Por qué frases como 'Un bofetón a tiempo le hubiese quitado todas las tonterías' ya no valen para criar a los hijos hoy
![Cinco hábitos para lograr una crianza respetuosa en el 2025](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2025/01/10/crianza-1-RIA3DKefcXtZn1NX9ZBa3UP-1200x840@diario_abc.jpg)
Año nuevo, vida nueva. Y con ello no nos referimos a ponerte a dieta para lograr un cuerpo perfecto o apuntarte al gimnasio. «Es necesario establecer objetivos que realmente queramos y confiemos porque nos van a ser útiles», puntualiza Blanca Arias, psicóloga ... especializada en neurodesarrollo infantil.
Por un momento, párate y piensa en aquello que te genere estrés o angustia. ¿El ritmo diario? ¿El no tener tiempo casi para nada? ¿El explotar con suma facilidad cuando llegas a casa porque tu paciencia está en mínimos? Vivir de esta manera es insostenible en el tiempo. Por ello, la experta invita a poner el foco en este 2025 en el bienestar emocional y familiar.
Ello se hace «con mucha consciencia y, como pasa con cualquier otro propósito, con compromiso», explica a ABC. «Es necesariotener una intención clara para poder cumplir nuestras metas, sean cuáles sean, y comprometerse con ellas -continua-. Por tanto, es necesaria una intención clara y una acción consciente. La intención es muy necesaria y es el primer paso para cualquier objetivo, sin embargo, la intención por sí sola no llega a ningún puerto. El compromiso de poner consciencia es el puente entre la intención y la acción que llevaremos a cabo para conseguir esos propósitos«.
Para ello, Arias indica 5 hábitos en los que toda familia puede enfocarse y conseguir así una mejora relevante en todo el clan, aplicándose con constancia y consciencia:
Comunicar desde lo positivo y afirmativo
La psicóloga aconseja dejar de destacar el «no» y las críticas más contundentes. La clave está en «modular nuestra comunicación con palabras de ánimo y enfocadas al pensamiento crítico, más enfocado hacia la solución que hacia el problema«.
Esto «no tiene nada que ver con el hecho de no poner límites u ofrecer una estructura adecuada que permita el desarrollo de sus capacidades, así como tampoco con que no haya consecuencias sobre las responsabilidades que no se cumplen«, afirma. »Esa estructura y los límites -prosigue-, establecidos de forma sana y coherente, son necesarios para crecer dentro de una seguridad y convivencia basada en el amor propio y ajeno«.
La experta aclara que «una comunicación que señale y castigue el error de forma contundente» es menos efectiva que aquella que es «más asertiva, plantea soluciones, busca la importancia de hacerse cargo de las responsabilidades, promueve el criterio propio… Hay que dar la ayuda necesaria y mostrar el camino, poniendo el foco en lo que sí queremos lograr y no mermar«.
En menores esto es especialmente importante porque «poner el foco en lo que no nos gusta o destacar constantemente lo que no nos parece bien, merma a cualquiera y a los niños, que están en pleno desarrollo, más. Así que nuestra comunicación es un arma de doble filo con la que hay que ser más habilidoso de lo que nos han hecho creer«, advierte.
Usar frases tipo '¿Qué crees que puede pasar en la escuela si vas con tus deberes sin hacer?'; '¿De qué manera puedes recordar que tienes deberes?'; '¿Cómo te sientes cuando llevas a cabo tus tareas?'; 'Me he sentido muy bien pudiendo dividir las tareas domésticas y me ha gustado compartirlo contigo'; 'Me siento mucho mejor cuando cada uno se hace responsable de su parte, ¿y tú?,'; 'Prefiero que participemos todos en las tareas de casa, así tenemos más tiempo para disfrutar' son mejores opciones que 'Te quedas sin ir a la fiesta de cumpleaños el fin de semana por no haber hecho los deberes'; 'Ya te has vuelto a olvidar los deberes'; 'Eres un desastre, siempre te olvidas todo, no hay manera de que aprendas'; '¿Lo ves? Si me hubieses ayudado ahora tendríamos tiempo para jugar, pero como nunca me ayudas…', ejemplifica la experta.
Escuchar activamente sin interrumpir
Conviene dar el tiempo y el espacio necesario a los hijos para expresarse. Así se contribuye «a fortalecer su seguridad y preservar su autoestima«.
Espacios para la autonomía
«Por pequeños que sean siempre va a haber cosas que podemos delegarles para que se hagan cargo de ellas. Todo niño quiere sentirse útil y ocupar un lugar de cierta responsabilidad, sintiendo que, de ese modo, se confía en sus capacidades«, recuerda Arias.
Compartir tiempo juntos
En este sentido, no cuentan esos encuentros que forman parte de la rutina, como el bañarles o cenar, aunque en éstos también se debe estar presente. «Tener rutinas de espacios con ellos, en los que la conexión sea el principal objetivo, hará que se sientan vistos y fortalecerán el vínculo«, recuerda Arias. La clave está en que esos ratos en familia tengan un único objetivo: conectar los unos con los otros, verse, reconocerse y escucharse para generar un sentimiento de unión y equipo más fuerte y sano.
No hace falta que los progenitores ideen grandes planes que ocupen toda una jornada. «Hay muchas más opciones de las que creemos: preparar la comida juntos con presencia e interés en el otro (no pensando en otras cosas); una tarde de fin de semana de juegos de mesa; reservar semanalmente un espacio para la familia, como si de la reunión de trabajo más importante se tratase, en la que conversar, exponer las necesidades de cada uno, escucharse, establecer tareas en equipo para mejorar la convivencia…», ejemplifica la experta.
«En realidad, cualquier espacio es válido y cada familia puede encontrar sus momentos acorde a su ritmo y horarios. Lo que marca la diferencia es la presencia y la atención con la que estamos. Y por supuesto, a pesar también de ir corriendo siempre, jugar con los hijos es tremendamente importante«, recuerda.
Autocuidado emocional
«Una mamá y un papá emocionalmente regulados siempre serán un plus muy beneficioso para acompañar a los pequeños en una crianza y un desarrollo saludable, fomentando y mejorando su propia respuesta emocional«, dice la experta. Pero, ¿cómo conseguirlo? »Con autoconocimiento, con trabajo personal. Sabiendo qué nos detona, qué nos hace bien y qué no. Realizando actividades de higiene y descanso emocional, encontrando un tiempo para el sosiego, para el desahogo y para no llegar a sobresaturar el sistema nervioso. Estar presentes en nuestro ser al completo: cuerpo, mente, emoción, alma«, recuerda Arias. Y es que »un sistema nervioso saturado siempre tenderá a 'saltar' antes ante cualquier dificultad, por pequeña que sea, con menos paciencia y más reactividad. Para tener esos mínimos cubiertos hay que conocer esos mínimos, por tanto, autoconocerse«, explica.
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Puede lograrse «realizando pausas de respiración consciente, haciéndonos cargo de nuestras propias emociones hará que no volquemos nuestro estrés al llegar a casa a quien menos lo merece, que, a menudo, suelen ser los que más ganas tienen de vernos«, concluye.
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