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El duelo genético: dar a luz a un bebé con el que no se comparten genes

Sea cual sea la causa, sentimientos como la incertidumbre, culpa o tristeza suelen afectar a aquellas mujeres u hombres con dificultades para concebir

Lograr un embarazo de forma natural disminuye un 15% al mes a partir de los 35 años

Es el caso de lo que les ocurre a muchas mujeres que han de recurrir a tratamientos de ovodonación para poder ser madres ABC

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Madrid

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No poder tener hijos de manera naturales siempre complejo a nivel psicológico. Sea cual sea la causa, sentimientos como la incertidumbre, culpa o tristeza suelen afectar a aquellas mujeres u hombres con dificultades para concebir.

Es el caso de lo que les ocurre a muchas mujeres que han de recurrir a tratamientos de ovodonación para poder ser madres; y es que este tratamiento se suele acompañar de un trance psicológico complicado al que los expertos llaman duelo genético.

Marta Prat, psicóloga experta en cuestiones de reproducción asistida en Next Fertility, explica en qué consiste este proceso emocional a través de una serie de preguntas y respuestas que pueden servir a modo de guía para mujeres o familias que se estén planteando este tipo de tratamiento.

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¿Qué es el duelo genético?

Llamamos duelo genético al proceso emocional por el que se pasa cuando, ante un problema de infertilidad, se debe recurrir a un tratamiento de ovodonación para poder ser madres. Tras haber pasado por otros tratamientos de reproducción asistida fallidos, estas mujeres contemplan la alternativa de ser ellas mismas quienes gesten un bebé fruto del óvulo de una donante. Así, se llama a esta transición «duelo genético» porque se trata de un duelo ante la imposibilidad de tener descendientes con la misma carga genética.

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¿Cómo se vive ese duelo genético?

Al principio, es normal que surjan emociones de shock, negación, enfado, tristeza. Aunque cada duelo es particular y personal, lo que sí es común es que atravesar el duelo genético consiste en llegar a la fase de aceptación de que nuestro hijo no compartirá nuestros genes y que no por ello será menos hijo nuestro. Por parte de la madre gestante, aunque el amor no es espontáneo, va cultivándose durante el embarazo y tiene su expresión final durante el momento del parto. Para llegar al proceso de aceptación y superación del «duelo genético», el equipo de psicólogos expertos ayuda a estas madres a integrar sus creencias y a tomar una decisión clara.

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¿Puedo elegir a la donante de mi óvulo? ¿Sabré quién es?

En España la donación de óvulos es totalmente anónima, con tal de preservar la integridad psicológica y moral de las donantes, así como de las futuras madres e hijos. De todos modos y aunque no se pueda elegir, sí que se escoge siempre a la donante con los rasgos fenotípicos más parecidos a la madre gestante.

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¿Querré a mi hijo por igual, aunque no comparta mis genes?

El amor que se siente hacia un hijo no viene determinado por la carga genética. Cuando tenemos en nuestro vientre a un bebé, en nuestro cuerpo se generan una serie de cambios bioquímicos para que se lleve a término el parto, y esto ocurre con independencia de los genes.

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¿Sentiré en algún momento que no es genético?

No hay ninguna razón científica que lleve a pensar que un embarazo a través de ovodonación pueda hacer sentir algo diferente o extraño. Al final, el hecho de «sentir» que es algo distinto va a depender de las creencias que cada madre tenga al respecto. En este sentido, la terapia psicológica, que en el caso de Next Fertility viene liderada por la Unidad de Apoyo Psicológico que existe en cada clínica, puede ayudar a convertir estas creencias en algo más racional y funcional que haga sentir un vínculo totalmente sano con el bebé.

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¿Se parecerá a mí?

¿Qué es la epigenética? ¿Veré en él o ella rasgos de la personalidad que no comparte conmigo o con su padre? Está demostrado que las proteínas existentes en la placenta de la madre pueden configurar y modificar ligeramente la expresión genética del ADN del ovocito, por un mecanismo que se llama epigenética. Así, aunque una madre haya recurrido a ovodonación, es capaz de modificar la expresión genética de ese óvulo haciendo que el bebé se parezca más a ella.

Además, también tenemos que pensar que no todos los rasgos son heredados y que el ambiente también juega un papel decisivo, y es que los seres humanos estamos configurados para reproducir lo que vemos. Por ello, podemos estar tranquilos al saber que al final el cariño que reciba el niño en su futuro hogar va a tener mucha más importancia que lo que digan sus genes.

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¿Pasará también mi pareja por este mismo duelo?

En el caso de que los espermatozoides de nuestra pareja no sean válidos y hayamos tenido que recurrir a semen de un donante, el proceso de duelo genético aún se agudiza más ya que nuestra pareja ha de asumir que no ha participado en ninguno de los procesos de la gestación. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, el hecho de sentir en su vientre cómo va creciendo el bebé, mitiga el impacto negativo del duelo genético.

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debería explicarle a mi hijo/a que no lleva mis genes?

¿Cuándo y cómo deberé hacerlo? Se trata de una decisión muy personal y no existe una decisión correcta o incorrecta. Lo que sí es importante es que, una vez tomada deberá ser ejecutada hasta el final. Es decir, si se toma la decisión de no contarlo, deberemos mantenerlo y no revelar esta información en la vida adulta ya que podría suponer algo realmente traumático conocer esta información cuando la personalidad e identidad ya están configuradas. Asimismo, si tomamos la decisión de revelar esta información debemos saber que lo ideal es hacerlo cuando el niño/a comience a hacerse preguntas sobre su identidad, origen y procedencia. Por ello, recomendamos hacerlo entre los 3 y los 8 años y nunca esperar a que llegue la adolescencia, pues es muy posible que surjan sentimientos de engaño y deslealtad. Por otro lado, has de recordar si decides revelar a tu hijo/a esta información, que él o ella nunca va a poder saber quiénes fueron sus progenitores biológicos, por lo que conviene calibrar la utilidad y el fin de la decisión que estamos tomando.

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¿Puede ser que mi hijo tenga enfermedades físicas o psicológicas el día de mañana?

En lo que se refiere a la salud, también sabemos que genética y ambiente interactúan. No obstante, hemos de saber que los donantes, pasan por estrictos y rigurosos controles de salud médicos y psicológicos para poder completar el proceso.

Aunque se consigue minimizar el riesgo de que en el futuro se desencadenen enfermedades que pudieran estar predeterminadas genéticamente, todo lo demás, dependerá del ambiente donde sea criado el niño/a (alimentación, exposición a tóxicos, estrés ambiental, relaciones interpersonales, etc.)

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