Situaciones límite por las que no nos llevamos a los abuelos de vacaciones
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![Es importante evaluar la situación de cada mayor antes de someterle al estrés de un viaje](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2023/07/14/mayor-R0NCfC4rITXbyWcQowFXoRO-1200x840@abc.jpg)
Cuando llegan las vacaciones y los hijos están pendientes del cuidado de sus mayores, es a veces delicado decidir si llevárselos o no de veraneo porque siempre se quiere lo mejor para ellos y que su salud no se vea afectada por todos los ... cambios que supone viajar.
Por lo general, tal y como apunta Adrià Buzón, CEO y cofundador de Cuideo, compañía de cuidado de mayores a domicilio, existen varias situaciones físicas o mentales en las cuales las familias pueden decidir no llevarse a su mayor de vacaciones. estas son las principales:
Problemas de salud graves
Si el mayor tiene una condición médica compleja o crónica que requiere cuidados intensivos o supervisión constante, puede ser difícil proporcionar el nivel de atención necesario durante un viaje. En estos casos, la prioridad es garantizar la atención médica adecuada y el acceso a los servicios de salud.
Movilidad reducida
Si el mayor tiene dificultades para moverse o requiere equipo especializado, como una silla de ruedas, puede resultar complicado viajar y adaptarse a entornos que no estén adecuadamente equipados o accesibles.
Fragilidad física
En algunos casos, los mayores pueden tener una fragilidad física que los hace más susceptibles a caídas o lesiones. Esto puede generar preocupación por su seguridad durante un viaje, especialmente si implica actividades físicas exigentes o cambios frecuentes de ubicación.
Enfermedad avanzada o terminal
Cuando un mayor se encuentra en una etapa avanzada de una enfermedad crónica o se encuentra en una fase terminal, es posible que la familia opte por no llevarlo de vacaciones para evitar el estrés adicional que podría causar el cambio de entorno y las interrupciones en la atención médica y el cuidado necesario.
Deterioro cognitivo severo
Si el mayor sufre de un deterioro cognitivo avanzado, como en casos de demencia grave, puede ser difícil para ellos adaptarse a un entorno nuevo y desconocido. La falta de familiaridad y rutina puede aumentar su confusión o ansiedad, lo que podría afectar negativamente su bienestar durante el viaje.
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En cada caso, la decisión de no llevarse a un mayor de vacaciones se toma en función del mejor interés y bienestar del propio mayor, considerando su situación física y mental específica. «Es importante evaluar cuidadosamente las necesidades individuales, consultando con profesionales médicos y teniendo en cuenta las recomendaciones y limitaciones establecidas por ellos», matiza Adrià Buzón.
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