«Hay 'abuelos esclavos' que no se quejan por miedo a que piensen que no cumplen su rol o que no quieren a los nietos»
Una psicóloga advierte que falta comunicación en la familia para llegar a un equilibrio en los cuidados de los más pequeños
«Si no se tiene claro el propósito de vida, hay que salir a buscarlo»

En España, más de un tercio -el 35 %- de los mayores de 65 años cuida a sus nietos, al menos, varios días por semana, según datos del informe de Aldeas Infantiles 'El papel protagonista de las personas mayores en el cuidado a la infancia'. ... Sin duda, hay abuelos que están encantados y plenamente satisfechos de cumplir con este rol familiar de atención y cuidados de sus nietos, pero lo cierto es que hay otros tantos para los que es una sobrecarga porque les supone atender a estos pequeños prácticamente desde que desayunan y los llevan al colegio hasta que vuelven a recogerles, les preparan la merienda, les llevan al parque, juegan con ellos, les ayudan con los deberes, les bañan e, incluso, les dan la cena porque las jornadas laborales de los padres son cada vez más extensas y los sueldos escasos como para permitirse contratar ayuda o apuntarles a varias extraescolares.
Así lo manifiesta Delia García Moratilla, psicóloga de Blua de Sanitas, al asegurar a ABC que en consulta ven a mayores sobrepasados. «Padecen como un 'burnout' laboral porque sienten que no llegan a todo en la atención a los nietos, lo que les produce una serie de síntomas que no son positivos para ellos. Por un lado, sufren desgaste físico de ir corriendo de un lado a otro para llegar a todas las exigencias de este cuidado -tener que jugar a juegos con movilidad exigente (agacharse, saltar, jugar al balón...)- y, por otro, un desgaste mental por la fatiga que les supone tener todo controlado y la ansiedad para lograr que a los pequeños no les pase nada, cumplan las normas y rutinas, etc., lo que también les provoca insomnio».
Según esta experta es necesario llegar a un equilibrio. «El problema es que no se habla en la familia. Se da por hecho que los abuelos tienen que cuidar a los nietos, pero debe haber comunicación con los hijos para ver hasta dónde pueden atender los mayores para que no les pase factura».
Sin embargo, «se habla poco o nada, porque hay 'abuelos esclavos' que, si se quejan, tienen miedo a que piensen que no saben cumplir con su rol, que no quieren a sus nietos, o temen que sus hijos vayan a enfadarse -asegura Delia García Moratilla-. Hay mayores que, incluso, tienen que renunciar a su vida social, a quedar a tomar el café con amigos, a no ir a su clase de yoga o taller de tecnología, o a viajar por cuidar de los pequeños de la familia».
No obstante, también hay que ver la parte positiva de los cuidados. «La relación entre abuelos y nietos es una de las más significativas dentro del ámbito familiar, ofreciendo beneficios emocionales, sociales y educativos para ambas partes. El aporte de los abuelos en el desarrollo infantil incluye experiencia, amor y tiempo de calidad que enriquecen la vida de sus nietos. A aquellos que son más sedentarios les mantiene activos físicamente, y cognitivamente es muy favorable que canten canciones con los niños, les lean cuentos, les revisen tareas escolares... Pero todo en su justa medida y sin sobrecargas», matiza esta psicóloga.
En este escenario, los expertos de Sanitas Mayores consideran importante poner sobre la mesa este asunto para que los abuelos puedan cumplir con su rol sin que les afecte a su salud. «El problema es que se da por hecho que tienen que cuidar de los nietos». Por ello proponen:
-Definir roles y responsabilidades: establecer claramente las funciones de cada miembro de la familia resulta fundamental para evitar malentendidos y tensiones. Los padres deben mantener la responsabilidad principal en la educación y disciplina de los niños, mientras que los abuelos pueden participar como figuras de apoyo, ofreciendo orientación y compañía sin asumir roles parentales.
-Mantener una buena comunicación: crear espacios regulares para el diálogo entre padres y abuelos facilita la clarificación de expectativas, refuerza la colaboración y previene posibles conflictos. Estas conversaciones también permiten abordar necesidades y preocupaciones de cada parte, fomentando un entorno familiar más cohesionado.
-Diseño de actividades compartidas: la planificación de actividades que promuevan el aprendizaje mutuo y el disfrute conjunto refuerza los vínculos entre abuelos y nietos. Desde paseos al aire libre hasta talleres creativos, estas experiencias enriquecen emocionalmente a ambas generaciones sin generar cargas innecesarias.
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-Gestionar el tiempo y el autocuidado: es crucial que los abuelos dispongan de espacio para sus propios intereses, hobbies y bienestar personal. Fomentar el autocuidado les permite estar en mejores condiciones físicas y emocionales para disfrutar de su relación con los nietos de manera equilibrada.
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