Todo en lo que no te fijas al elegir colegio y que te da muchas pistas para seleccionar el mejor
Fernando Alberca, profesor orientador y escritor, explica con detalle cuestiones que los padres pasan por alto al visitar los colegios y que, sin embargo, son de gran ayuda para acertar en la elección del más adecuado para su hijo
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Elegir el mejor colegio para los hijos nunca es una tarea fácil para los padres
Si hay algo que preocupe a los padres con niños en edad de escolarizar es saber si han acertado o no a la hora de elegir un colegio para sus hijos. Para tomar la decisión es normal empezar por plantearse si llevarle a un centro público, concertado o privado, religioso o laico, que esté cerca de casa o no, que tenga grandes instalaciones deportivas, ruta de autobús... Pero, tras hacer un repaso a todas estas cuestiones e ir descartando opciones, Fernando Alberca, Doctor en Pedagogía, orientador y profesor del Máster en Dirección de Centros Educativos (Universidad Villanueva de Madrid), explica que hay una serie de detalles que los padres pasan por alto y que aportan mucha información cuando visitan los colegios en las jornadas de 'puertas abiertas'. Estos son algunos de los que destaca:
Decoración de pasillos y aulas
Hay espacios escolares que se recargan con exceso de adornos y de material del asunto que se está impartiendo a los alumnos. Sin embargo, no retirarlo a tiempo, cuando se comienza un nuevo aprendizaje, asegura una menor concentración en el estudiante porque pierde la atención, la concentración, no sabe dónde mirar y, finalmente, se mina su interés. «Es decir, -matiza Fernando Alberca- si los niños están estudiando el otoño y se llenan las paredes de hojas, de árboles con ramas y, a la semana siguiente se estudian los meses del año, el calendario o el abecedario y no se va eliminando del aula el material que se ha colgado, el alumno no centrará la mirada en lo último que se intenta que aprenda porque tendrá muchos elementos de distracción frente a él. Un buen profesor, conocedor del correcto funcionamiento del cerebro del niño, sabe cómo ordenar las ideas de sus pupilos y el material que ha elaborado para un adecuado aprendizaje«.
La actitud del profesorado
Para este profesor y orientador resulta esencial mirar a la cara de los docentes y observar si están sonriendo a los alumnos y cómo es el trato con otros maestros; es decir si saluda a sus compañeros de trabajo y charla con ellos, o simplemente les da un mero saludo cortés como si se encontrara a un vecino. «Cuanto más sonriente, amable y positivo sea, menores problemas tendrá el alumno, puesto que denota que confiará en su maestro ante cualquier incidente. Facilitará, además, que si tiene un problema con otro profesor o asignatura pueda también recurrir a él. Del mismo modo, los padres se sentirán más cercanos y no tendrán reparo en consultarle cualquier cuestión que les preocupe de sus hijos».
Insiste en que la sonrisa y el optimismo son claramente señales vocacionales de un profesor que suponen una gran aportación para el escolar, tanto como alumno como persona, obtenga buenos resultados o fracase en las calificaciones.
Otro aspecto importante que recomienda es comprobar si los alumnos, sobre todo los pequeños, cuando ven a su profesor en el patio o en los pasillos corren hacia él y se cuelgan de alguna parte de su cuerpo. Esta escena es una muestra clara de que los alumnos se sienten muy cómodos con este docente, tienen muy buena relación y, por ello, le buscan aún fuera del aula.
«También podemos estar atentos como padres -prosigue Alberca- a si los profesores saludan, de manera educada y amable, al resto del personal, como el de la limpieza, o, por el contrario, ni se fija en ellos. Todo esto influirá a la hora de tratar a nuestros hijos en el aula y los valores que les transmitan estos maestros».
Alumnos que saben ceder
Para Alberca es importante también centrar la mirada en la actitud de los escolares en momentos tan habituales como que dejen pasar a sus compañeros por una puerta antes que a ellos mismos. «Este detalle no se trata solo de una cuestión de mera educación, es una muestra de que ellos se tienen aprecio y no son egoístas. Lo mismo ocurre si están jugando en el patio y tienen actitud de buen compañerismo e integración porque ceden el paso, su turno en los juegos, son generosos... Es una forma de obtener pistas sobre cómo en ese centro escolar se fomentan ciertos valores de compañerismo».
Preguntar al tutor y directivos del centro
Es positivo cuestionarles a cerca de cómo son los alumnos. «Lo bueno es que hablen de todos los estudiantes en general y que no se centren en solo unos pocos, los que mejores notas sacan, porque en todo centro hay una gran variedad de escolares con muchas cualidades distintas que deben ser valorados por ello, no solo por sus calificaciones. Es importante, por tanto, que hablen de los alumnos desde perspectivas diferentes para tener la seguridad de que a nuestros hijos les atenderán y cubrirán en sus diferentes facetas como personas».
También es conveniente, según indica Fernando Alberca, interesarse sobre la periodicidad de las tutorías y si solo se convocan para tratar malos resultados en los exámenes o también para hacer un seguimiento continuado de los alumnos. «Lo óptimo es que se fijen tutorías haya o no problemas con el alumno porque -insiste-, el colegio debe interesarse por el aprendizaje del niño, pero también por su evolución como persona y comportamiento».
¿Cómo afrontan que un niño no siga el ritmo de aprendizaje de la clase?
Una de las cuestiones esenciales para Fernando Alberca es que los padres se interesen por saber qué se hace con un niño que va mal en una asignatura, ¿cómo se adapta el aprendizaje? «Lo normal es que no se le saque de clase para darle fuera de su aula un refuerzo porque al niño se le diferencia del resto de compañeros y se sentirá incómodo porque se le está señalando por no dar el nivel de los demás. La mejor opción es que el colegio aporte una enseñanza personalizada al alumno en el aula. Otra cosa es que la familia luego quiera reforzar la asignatura con clases extraescolares», advierte.
También le resulta conveniente algo muy interesante «y que muy pocos padres hacen, pero que da muchas pistas como es preguntar cómo se trata a los niños con dislexia o con altas capacidades, aunque el nuestro no esté en ninguno de estos dos casos. Las respuestas nos darán pistas sobre la manera en que se aborda la atención a la diversidad en la diferencia en el aprendizaje».
Contenido de Sociales y Naturales
Según este profesor, es importante que se pregunte por el contenido que se imparte en estas materias. «Hay que fijarse muy bien cuando se trata de un colegio bilingüe porque hay casos en los que suele ser habitual -explica Alberca- que los contenidos se reduzcan y ajusten y que los niños se aprendan de memoria las frases en inglés porque consideran que, si se saltan palabras, la frase en este otro idioma puede dejar de tener sentido. Es decir, pierden el conocimiento más amplio de la asignatura y, además, dejan de reconocer palabras clave que les ayudan a crear sus propias estructuras mentales para el conocimiento, pierden la interpretación de la realidad y, en definitiva, cultura».
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