Colecho: Todo lo que debes saber para hacerlo bien
Muchos padres se inclinan por esta práctica de crianza que para otros resulta muy polémica
«Ni Estivill ni el colecho de González. Hay otras fórmulas para que el bebé se duerma solo»
![Existen una serie de pautas a seguir para un colecho seguro](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2022/12/12/colecho-RJPmeBj9r2lEZyLzroVjiDN-1200x840@abc.jpg)
El colecho es la práctica de crianza que consiste en que el niño duerma en la cama de sus padres. Algo tan sencillo como polémico, ya que existen dos fuertes corrientes, una a favor y otra en contra, sobre esta práctica. La práctica del colecho, tal y como la conocemos hoy, se hizo popular en 1978, tras la publicación del libro de Thine Thevenin «The Family Bed», que presentaba la cama como el medio ideal para facilitar la lactancia materna y estrechar vínculos con el bebé. Se trataba de una costumbre muy habitual en Europa hasta el siglo XIX que se fue perdiendo con el paso del tiempo en el mundo occidental.
Hay quienes consideran el colecho un pilar esencial de la crianza natural, mientras que los hay quienes lo consideran un auténtico error. El pediatra Jesús Garrido, autor de ´Bebés sin cólicos', explica que tanto los niños como los padres necesitan descansar por la noche. «Cuando el bebé no ha recibido suficientes estímulos durante el día es muy normal que llore cuando tiene sueño y acabe durmiéndose en brazos de quien le da estos estímulos, mientras le calma meciéndolo, paseándose o alimentándolo. Cuando el total recibido de día es claramente insuficiente, muchos niños lo piden también de noche. Ante esta situación aparece la duda de si hay que meterlo en la cama. Hay defensas acérrimas en los dos sentidos, pero lo importante es valorar si todos descansáis mejor haciendo colecho«.
En la opinión de este experto, «si te apetece hacer colecho, hazlo». De esta forma asegura que el bebé recibirá más fácilmente los estímulos necesarios de noche y, si los padres y el pequeño descansan bien estará todo solucionado. «Sin embargo, si los padres prefieren no hacerlo, deben entender que esta demanda nocturna puede ser tan normal en esta edad como la de comer. Si es excesiva indica que el niño no recibe los estímulos que necesita durante el día».
Explica, además, que la forma más efectiva de no hacer colecho de noche pasa por mejorar el volumen de estímulos de día. «Pero no hay garantía de que esto funcione porque si se trata de un bebé de alta demanda puede ser imposible aportarle los estímulos que necesita solo con las horas diurnas. La postura absurda es negarnos a hacer colecho y, si es necesario, tener al bebé llorando durante horas cada noche. Para mí —asegura Jesús Garrido— esto es el colecho no aceptado y es un problema que puede impedir el descanso de muchas familias«.
Existen, no obstante, varias razones fundamentales a las que se agarran los detractores del colecho. Entre ellas destacan las siguientes:
-Algunos estudios relacionan que el colecho aumenta la probabilidad de muerte súbita en el lactante, es decir la aparición sorpresiva e inesperada de una parada cardíaca.
-Al dormir en la misma cama los despertares nocturnos en los niños son tres veces más frecuentes que si durmieran en su propia cama.
-Al compartir cama con adultos se corre el riesgos de que el pequeño pueda ser aplastado o pueda caer al suelo.
-El colecho puede interferir de forma negativa en la relación sexual de la pareja.
Para que el colecho sea seguro, Álvaro Bilbao, Doctor en Psicología y neuropsicólogo, recuerda que hay que seguir una serie de pautas. «Si lo piensas bien —menciona en su libro autor de 'Todos vamos a la cama'— un recién nacido de apenas cuatro kilos debe compartir cama con un adulto de 80, lo que es igual que si tú compartieras cama con un hipopótamo de 1.500 kilos«.
Por ello, insiste en que no se realice colecho si: alguno de los padres fuma o consume alcohol de manera habitual, toma psicofármacos o medicación que puede producir somnolencia, si presenta obesidad mórbida, si se comparte cama con uno o varios niños mayores...
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También recuerda que es conveniente para un colecho seguro tener en cuenta, entre otras, las siguientes medidas: que el bebé esté boca arriba para evitar la muerte súbita, elegir un colchón firme para evitar que el peso de los adultos lo deforme y acabe provocando que el bebé acabe en un punto inferior por la fuerza de la gravedad, evitar quedarse dormido en superficies blandas, evitar quedarnos dormidos en una butaca o mecedora por el riesgo a caer y aplastar al bebé, ajustar bien la ropa de la cama para que el bebé no se enrede con ella, evitar almohadas, juguetes o muñecos que el bebé pueda tragarse o ventilar bien la habitación.
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