Suspenso en estilo a Francina Armengol y a las que van al Congreso sin mangas
PUNTADAS CON HILO
Los brazos al aire y los modelos playeros de las diputadas deberían estar prohibidos en el hemiciclo, atentan al respeto y a las tendencias de moda
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Podemos medir el nivel de respeto de Francina Armengol a la institución que preside por el calado de sus trajecitos. Unos trapitos imposibles de tragar. El empeño por lucir sus brazos donde no toca es ridículo. En su particular delirio estilístico, que no atiende a tendencias de moda ni al buen gusto, la mallorquina demuestra que se pasa por el forro de sus vestiditos y tops blanquecinos cualquier ápice de deferencia al Congreso de los Diputados de España.
Pero no sólo la presidenta ha cantado bingo al mal gusto y a la falta de respeto, hay varias diputadas que lucen bíceps y tríceps a lo loco. Maribel García López añade a la ecuación un estampado con dibujos y colores estridentes que me recuerda a los gorros de quirófano de 'Anatomía de Grey'. Ione Belarra (Podemos) también echa un pulso, pero su modelo es de color azul, imagino que porque le han dicho que le favorece. Una falacia como el modelito asimétrico rojo de Marta Lois (Sumar) que no se sabe si es o no sin mangas.
El entretiempo que vivimos estos días era una oportunidad de oro para desplegar todo un elenco de prendas en tendencia, pero parece que a sus señorías les preocupa más llamar la atención para mal o pasar desapercibidas, tal y como hemos visto a Irene Montero, mohína gracias al tono gris de su indumentaria en la primera sesión de investidura.
Para los estertores del verano, lo mejor es plantarse una americana. Las chaquetas están tan de moda que ya se habla de invasión por la cantidad de modelos, tejidos y colores que se ofrecen estos días desde las tiendas. ¿Qué les costaba a sus señorías rebuscar en el armario y echar mano de alguna? Si hasta Mertxe Aizpurúa (Bildu) se la ha puesto en tono empolvado, imagino que para maquillar su look en la segunda sesión de investidura.
En el momento de las votaciones me llevé una alegría al ver a Carmen Calvo con un traje rojo, por fin alguna diputada se ha enterado de que la prenda de la temporada es la americana y el tono, colorado. Pero mi gozo cayó en un pozo profundo cuando vi que la chaqueta era adornada por una flor. Los alfileres de ese tipo se llevaban en las bodas hace dos décadas, para que no se escapara el chal de los hombros o para dar un toque elegante a un traje soso.
Hay que dejar claro que insípido no es lo mismo que minimal en el planeta 'fashion', por eso las líneas depuradas responden mejor al concepto que se puso de moda en los años 90 y que vuelve ahora con fuerza desde la pasarela. Siguiendo dicha tendencia y los dictados de los últimos desfiles de Milán, celebrados hace apenas unos días, la alternativa perfecta para ir a la moda y no faltar al respeto en el Congreso es la camisa, con manga farol, como la de Cayetana Álvarez de Toledo (PP), o blanca y cubriendo el brazo, como las que vimos en manos de Cuca Gamarra (PP), Yolanda Díaz (Sumar), Isabel Rodríguez (PSOE) y Diana Morant (Podemos).
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La portavoz del PP repitió con una blusa el segundo día, pero se equivocó de color, era muy Barbie y estamos todos muy saturados del rosa. Por su parte, la vicepresidenta segunda fue reiterativa y vistió la misma de Waterloo, una camisa con demasiado lazo para tan poca tela, así que suspende también por mucho que lleve la prenda que toca o se crea la más molona de la fiesta.
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