La Reina Letizia me hace caso en el color, Julia Roberts, con el mejor volumen y Belinda Washington, de sastre
Puntadas con hilo
El vestido celeste grisáceo de la reina compite en últimas tendencias con el abrigo de Jacquemus que viste la actriz de Notting Hill
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La semana pasada aconsejé a la Reina que dejase un poco aparcado el fucsia y que se decantase por los colores que serán tendencia esta primavera. Dije que entre las propuestas que arrasarán a partir de marzo están el cobalto (Klein o azul Francia, como dice mi madre) y el celeste, que lo han puesto de moda muchas marcas internacionales, desde Fendi a Gucci. En menos de una semana, doña Letizia ha aparecido con un modelo de tinte idéntico al que lanzan las pasarelas. Ya sé que es la monarca de lo último en esto del vestir, pero que rectifique tan pronto me llena de orgullo y satisfacción.
El color fucsia y las extrañas coincidencias entre Letizia, Máxima, la alcaldesa de Alcobendas y Phan Thi Thanh Tam
Es extraño que la reina de Países Bajos vista de rosa chillón, ella que es tan de camel.
El vestido de la soberana española no es nuevo, data de 2021 y lo firma Adolfo Domínguez, pero demuestra lo rápido que depura el estilo y ejemplifica el buen fondo de armario que tiene. Además, tal y como sugeríamos la semana pasada con el rosa, lo ha combinado con abrigo y zapatos camel. El acierto no es sólo cromático, porque la forma es wrap (que envuelve el cuerpo como si se tratara de un burrito mexicano), que favorece y enmarca la silueta. Como diría mi amiga, tocaya de su majestad, «está que se sale» estos días, entre el modelito en cuestión y el Teresa Helbig que paseó por Fitur.
En las antípodas de Letizia encontramos a la presentadora Belinda Washington, que acudió como celebrity al desfile de la sastrería Bund en Sevilla con un traje de la firma, pero excesivamente maquillada y vestida como un gánster de Chicago en los tiempos de la Ley Seca. Tendría que haber usado menos gomina, hacerse una coleta sencilla y haber demostrado algo más de ligereza visual evitando vestir todo junto, así se hubiera alejado del disfraz.
Esther Doña, que acudió al mismo evento y fue la estrella de la primera fila, hizo suyo el dos piezas de raya diplomática, aunque con una pose modosita que no pegaba nada con el traje que vestía. Además, yo no sé si ese bolso y los botines que calzó eran lo mejor para el conjunto.
Si hablamos de sastrería, Julia Roberts es toda una maestra y se aleja del desastre de las españolas gracias al look firmado por Simon Porte, fundador de la marca Jacquemus, que es su segundo apellido. La vistió para el desfile de su casa y anunció con su trabajo que el futuro de las piezas de inspiración sastre pasan por jugar con los volúmenes.
La pasarela se celebró fuera del circuito de las fashion weeks y físicamente lejos de París, en la Fundación Maeght, ubicada en plena Toscana, entre Cannes y Niza, pero en el interior. El entorno artístico invitaba a firmar un trabajo de sastrería escultural y así fue, con Gigi Hadid y Emily Ratajkowski, como modelos, y Kylie Jenner, Kristin Davis (Sexo en Nueva York) o Carine Roitfeld, como invitadas.
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