Moda desde la barrera en tres tonos: el acaramelado de Yolanda Díaz, el pastelón de Camila y el romántico de Máxima
Los colores suaves son tendencia, pero hay que tener arte para lucirlos y mucho cuidado en seleccionar el tono y el momento para vestirlos
Todas las columnas de Puntadas con hilo
Cuando acudes a los desfiles de moda y las filas de asientos no son ascendentes, depende de dónde te toque sentarte, sólo ves los looks de cintura para arriba. Lo que al principio me parecía un inconveniente, con el tiempo, le fui tomando gustillo al asunto, porque las partes de abajo y los zapatos pueden estropear el conjunto. También arreglarlo, pero nunca cambiarlo de malo a bueno.
A las imágenes de los políticos sentados en la bancada del Congreso de los Diputados y las de los famosos que acuden a los toros les pasa lo mismo. Por eso, esta semana para las 'Puntadas con hilo', he querido ver las tendencias desde la barrera y poner atención en los detalles y accesorios. Sin embargo, tras echar un primer vistazo, he comprobado que los tonos pastel eran tan llamativos o más que las pamelas, los sombreros o las flores.
A la vista está que Yolanda Díaz luce un cuerpo que, al levantarse para aplaudir, es vestido, sin mangas y de algodón. Ya hemos hablado bastante de la incorrección de Francina y de su insistencia a lucir bíceps en el Congreso, así que a la Vicepresidenta II le diré que, desde el punto de vista estilístico, va para atrás como los cangrejos. Aunque el color del modelito es blanco, el tono de la estampa es acaramelada con sabor a lila gracias a Chiqui Montero, que sí va de pastel y con un top flower power, en teoría en tendencia, pero nada chic o atractivo.
De las frutas a las flores maravillosas de Máxima que luce un ramo de rosas como el accesorio romántico para su look espectacular. El cuerpo de florecitas bordadas es con manga (Yolanda, los tejidos transparentes son perfectos y elegantes para cubrir los brazos) y forma parte de un modelo firmado por Natan, marca belga de cabecera de la Reina de Países Bajos. La pamela, obra de Fabienne Delvigne, de rafia y en tono verde suave le da el punto natural y sofisticado.
En contraposición, el plano medio de Camila huele a naftalina, ya que luce un sombrero estilo Fedora colocado de forma aparatosa, imagino que para que no se le estropee ese peinado tan característico como pasado de moda que luce desde siempre. La cinta con media pluma y en tono pastelón haciendo juego con la chaqueta es lo más cursi que me he encontrado esta semana.
Es verdad que el color celeste está de moda esta primavera-verano e históricamente dulcifica y transmite paz a quienes lo visten, pero tal y como lo presenta la mujer del rey Carlos III resulta tan pasado y ñoño que es imposible hablar de elegancia en este reglón. Tampoco las perlas ayudan al conjunto y su consorte aún menos con el traje de esa tonalidad grisácea y desvaída.
Teresa Urquijo, al final de esta columna empolvada da vidilla con su vestido de inspiración Missoni, que me recuerda mucho a los que venden a precio imbatible en el Mercadillo de Majadahonda. Sin embargo, los colores fuertes no lo son todo para elevar una pose remilgada. Así lo demuestra la nuera de Rania de Jordania: Rajwa Al Husseini Amman, quien pasea en foto oficial su embarazo con un vestido rojo en tendencia, pero de un tono maternal empalagoso.
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