Así es Kate Middleton
Cómo una sencilla chica de clase media conquistó al futuro Rey de Inglaterra
El físico de Kate Middleton provocó un rotundo «guau» en el Príncipe Guillermo cuando éste la vio por vez primera. Fue cuando ambos cursaban primero de carrera en la Universidad de St. Andrews, en Escocia. En una pasarela de moda para recoger fondos destinados a una labor benéfica, Kate apareció en ropa interior de color negro, tan sólo cubierta por un viso trasparente. Guillermo, que había pagado 200 libras para estar en primera fila, hizo su primera aproximación y felicitó a la joven por el éxito que había alcanzado entre el público masculino. Ella se ruborizó.
Kate pronto demostró otras cualidades. «Es una chica fenomenal, realmente popular, con talento, creativa y deportista», cuenta uno de sus amigos en una de las biografías que sobre la futura Reina de Inglaterra han sido publicadas. Si todos esos aspectos de su personalidad son lo primero que cautivaron a Guillermo, que además comparte con ella el gusto por la vida en el campo —Kate creció en el condado de Berkshire, al oeste de Londres—, es la solidez de su carácter lo que ha consolidado la relación. Ella es discreta, leal y paciente; alguien en quien se puede confiar y, sobre todo, con gran capacidad de resistencia.
Con dignidad
«Estos años me han hecho más fuerte», ha dicho la novia de Guillermo en la entrevista que ambos concedieron esta semana a la BBC, en la que, por primera vez, Kate hablaba ante las cámaras. A sus 28 años, ya no es alguien que se ruborice con facilidad. No sólo ha debido aguantar la presión de los medios, sino que ha soportado con dignidad las puyas de la alta sociedad británica contra su familia, a la que se siente estrechamente unida.
En el Reino Unido, la clase social importa, y los Middleton —los padres, Michael y Carole; y sus hijos, Kate, Pippa y James— no son más que clase media; adinerada gracias al duro trabajo del matrimonio, lo que permitió la buena educación de los chicos, pero, al cabo, middle class. A Carole Middleton (originaria de una familia minera y cuyo padre dejó la escuela a los 14 años para conducir un camión), quien se ganó la vida como azafata, se le ha ridiculizado en los estratos de la upper class. De ella han circulado anécdotas inventadas presentándola como alguien sin maneras, que saluda a Isabel II con un pleased to meet you, cuando la etiqueta requiere un how do you do, que dice what?en lugar de pardon?, y que pregunta por el toilet cuando lo fino es lavatory.
Los chistes han sido insidiosos, pero los Middleton han hecho piña y han aguantado el sarcasmo sin hablar en público. «Una humillación así no se acepta tan sólo por querer emparentar con la Familia Real, sino porque se desea la mayor felicidad para Kate, a quien realmente se la ve enamorada de Guillermo», ha escrito uno de los expertos en realeza que estos días han llenado las páginas de los periódicos británicos.
En lo bueno y en lo malo
Esa capacidad de aguante ha acercado mucho a la pareja. Guillermo es especialmente sensible a las intromisiones en la vida privada, que constantemente él mismo tiene que padecer, y al acoso de los medios, a los que atribuye la muerte de Diana de Gales. «Guillermo me ha cuidado, me ha tratado muy bien, como el novio amante que es; me ha apoyado en los buenos y, también, en los malos momentos», ha agradecido la joven.
«La perseverancia y resistencia de Kate han persuadido a la Reina de que ella no es en absoluto como Diana», explica Tina Brown. Para la gran editora, el hecho de que el anillo de compromiso fuera el mismo que llevó la difunta princesa supone un «gesto de confiada osadía, después de todos estos años tratando de borrar cada pieza de una disfunción llamada Diana». Kate ya no tiene que temer la sombra de la Princesa de Gales.
Isabel II y su nieto Guillermo tienen una particular vinculación. «Kate es un gran alivio para la Reina. Es inteligente, guapa, agradable y divertida, y remarcadamente normal. Viene de una familia feliz y probablemente también creará un hogar feliz», ha comentado la biógrafa real Penny Junor. «Está entusiasmada con que él se case con una chica a la que tan claramente ama y que tan claramente le ama a él».
Las imágenes de los ambos anunciando su compromiso dan garantías de la solidez de éste. Son bien distintas de aquellas de hace casi tres décadas, en las que aparecía una tímida Diana Spencer de 19 años, acompañada de un Príncipe de Gales dieciocho años mayor y quien, al ser preguntado si estaba enamorado, respondió: «Lo que estar enamorado quiera significar». Muy al contrario, a Kate Middleton se le ha visto segura, con aplomo, alegre y en una relación personal de igual a igual con Guillermo.
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