Sara Carbonero: a favor y en contra de su actitud en la Eurocopa 2012
Los subdirectores de ABC Manuel Erice y Mayte Alcaraz enfrentan sus opiniones sobre la periodista deportiva más mediática
Sara Carbonero: a favor y en contra de su actitud en la Eurocopa 2012
A favor: Defensa del error (Mayte Alcaraz, subdirectora de ABC)
«No está el pecado en el hecho si en la voluntad no está». (Cervantes).
Cuentan las lenguas de triple pío que en la España de las luces , donde los gobernantes son ejemplo de honradez, los nacionalistas respetan la Constitución, los banqueros son almas benefactoras, los terroristas cumplen sus penas, los economistas prevén los grandes cataclismos, los supervisores supervisan con acierto, las tonadilleras no roban, los trabajadores nunca birlan la cartilla al abuelo para conseguir lexatines gratis y los periodistas mojan pan en la credibilidad de la opinión pública, osó una informadora televisiva -sobre la que pesa la lesa humanidad de ser profesional, guapa, novia de un afamado futbolista de buen ver, rico y besucón- olvidarse de un penalti de Iniesta de mi vida .
En contra: Sin ruido, Sara (Manuel Erice, subdirector de ABC)
Si yo fuera tu jefe o el director de la televisión en la que trabajas, Sara, te lo diría de otra manera. Aquí me limito a opinar sobre tu trabajo la feliz noche en que eliminamos a Portugal, con la libertad que tú puedes valorar mi artículo. Fallaste al preguntarle a Iniesta si le hubiera gustado tirar un penalti sin acordarte de que había lanzado uno. ¿Y qué? Pues nada.
El error es consustancial al periodismo . Yo me pongo el primero. Aún tú tienes más perdón, Sara: el directo se mide por segundos; en un periódico se puede pensar y repensar antes de someterse a la plaza pública. Lo que no me gusta es que frivolices con tu equivocación .
Que des alas a quienes esperan un desliz para ponerte de chupa de dómine. Que contribuyas a crear un personaje quizá lejano de quien realmente eres, Sara. Porque muchos/as no soportan tu belleza y menos tu relación con un ídolo de este país, que ven injustamente como un privilegio.
Por eso, cuando invitas a que te crucifiquen en Twitter, me empujas a dudar si es resignación natural o juegas a algo . ¿Por qué te prestas en vez de lamentarte en silencio? Valoro más a quien discretamente aprende de sus errores que a quien hace ruido con ellos. Así veo yo la profesionalidad. Con humildad y sin espectáculo. Y, me vas a perdonar, Sara, pero en Donetsk no te vi profesional. Ojalá haya sido una mala noche...
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