De Murano a Harry’s Bar, la visita veneciana de Don Juan Carlos
El Rey emérito disfrutó, el pasado viernes, de un almuerzo en el emblemático local y realizó algunas compras
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«Gracias a la maravillosa ciudad de Venecia por su espléndida acogida» . Con estas palabras, el Rey Don Juan Carlos se despidió de la localidad italiana a través del libro de firmas que la cristalería Nuova Venier, en la isla de Murano, pone a disposición de sus clientes. La noticia, que ABC ha confirmado con los responsables del establecimiento, fue recogida por el periódico local «Il Gazzetino». La nota decía: « Don Juan Carlos ha sido huésped de un súper yate de lujo de 75 metros. El viernes comió en el Harry’s Bar . El Rey emérito de España visitó en Murano la cristalería Nuova Venier, donde llegó en un taxi-limusina, con un séquito de una decena de personas, entre agentes de seguridad y asistentes. En la cristalería, conversó con la propietaria Elisabetta Laggia, así como con su hermano Roberto Laggia y con la mujer de éste, Valentina. El Rey emérito se mostró admirado con el arte del cristal de Murano y dialogó con el maestro Giancarlo Signoretto , deseando conocer los detalles, secretos y magias del cristal de Murano. Nada ha trascendido sobre las compras del Rey, aparte de una espléndida colección de vasos en cristal y oro. A los agradecimientos de Don Juan Carlos, los propietarios de Nuova Venier le han cumplimentado con un mensaje escrito en el mismo libro de huéspedes ilustres: “Ha sido un honor para nosotros tenerlo aquí” ». En la pagina de Facebook de la cristalería se ha publicado una fotografía del Rey junto a los hermanos Laggia.
Este periódico también ha podido confirmar el paso de Don Juan Carlos por el mítico Harry’s Bar, seguramente el local más legendario del mundo y donde estuvo comiendo el viernes. El señor Elvio, su responsable de sala, por razones de discreción hacia sus huéspedes ilustres no quiso entrar en detalles, aunque con amabilidad nos comentó así la visita del padre de Felipe VI: «Es cliente nuestro habitual. Siempre que viene a Venecia se acerca al Harry’ s Bar» . Y añadió: «Ya le he dicho demasiado. Hay preguntas a las que no puedo responder porque si lo hago, el señor Cipriani –el dueño– me podría despedir».
El Harry’s Bar es una institución legendaria en Venecia y su origen es de novela . Fue fundado hace 81 años por Giuseppe Cipriani, camarero en el Hotel Europa, donde conoció al joven estudiante norteamericano Harry Pickering. Este se quedó sin blanca y Cipriani le prestó 10.000 liras –unos 4.500 euros de hoy en día– para regresar a Estados Unidos. Meses después, Pickering volvió a Europa con dinero fresco para montar en sociedad con Giuseppe Cipriani, el Harry’s Bar, hoy propiedad de su hijo Arrigo Cipriani (84 años).
Lo llamativo es que el diminuto local, próximo a la plaza de San Marcos y junto al Gran Canal, solo tiene 40 metros cuadrados y se caracteriza por su sobriedad y sencillez. Pero ha tenido una clientela que ha contribuido a cimentar la fortuna de los Cipriani: Ernst Hemingway, Orson Welles, Frank Sinatra, Truman Capote, Charles Chaplin, Woody Allen, Aristóteles Onassis, Peggy Guggenheim, Giovanni Agnelli y los más destacados personajes del mundo del arte, la literatura, el cine, la nobleza y aristocracia. Dos son sus célebres invenciones: el cóctel Bellini y el plato carpaccio. Su fama planetaria está a la altura de sus precios: astronómicos. Nos dice el señor Elvio que, en el Harry’s Bar, Don Juan Carlos es como de la casa y que la gente lo acoge con gran simpatía.
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