Melania Trump, la hija del comunista que puede ocupar la Casa Blanca
La elegante modelo eslovena, aspirante a Primera Dama, invierte todo su esfuerzo en moldear la estrafalaria imagen de su marido, el candidato Trump
Está cada vez más cerca de la gloria. Cuando hace tres dĂas se deslizĂł sobre el escenario republicano, con la sutil elegancia que sĂłlo el cimbrearse de una modelo profesional es capaz de mostrar, Melania protagonizaba el desfile de su vida . Unas dĂ©cadas más tarde, la humilde niña que empezĂł a caminar en una pequeña aldea yugoslava, sometida por el implacable rĂ©gimen del mariscal Tito, estaba a punto de dirigirse al corazĂłn de la AmĂ©rica republicana. La hija de Viktor Knavs, un miembro del Partido Comunista esloveno que velaba por eternizar la dictadura del proletariado, ante la flor y nata del credo capitalista. Acompañada por el marido más popular de Estados Unidos, candidato a presidir el paĂs, nadie quitaba ojo del primer ensayo pĂşblico de la potencial Primera Dama. Otra historia de superaciĂłn y de sueño americano , que Donald Trump estaba dispuesto a explotar. Y un intento de su esposa de pulir la arisca imagen del rival de Hillary Clinton. El experimento resultĂł. Su presencia, su finura, su discurso, leĂdo en un inglĂ©s con acento procedente del frĂo… Fue uno de los momentos de la convenciĂłn.
Cuando Melania se retirĂł del escenario, arropada otra vez por su marido, satisfecha y relajada la tensiĂłn, no podĂa imaginar la tormenta que se le venĂa encima. DespuĂ©s de que un meticuloso tuitero, periodista en paro, publicara extractos del discurso y los comparara con el de Michelle Obama en la convenciĂłn demĂłcrata de 2008 , el mundo pareciĂł abrĂrsele bajo los pies. Un dĂa entero de megáfono mediático apuntando a su marido, a las puertas de la campaña presidencial, y ella como aparente responsable. Aunque el equipo del magnate resolviĂł ayer hábilmente el entuerto obligando a uno de sus logĂłgrafos a asumir el error , todo apunta a que fue la propia Melania la que elaborĂł personalmente su discurso. No es que ella misma lo hubiera afirmado previamente, sino que en la reconstrucciĂłn del proceso que pĂşblico ayer, The New York Times precisaba cuándo habĂa sido enviado al equipo de campaña de Trump y cĂłmo Ă©ste no lo habĂa sido revisado finalmente.
El episodio ensombrece la aĂşn poco conocida trayectoria de la modelo que triunfĂł en ParĂs, Milán y Nueva York. Pero no es la Ăşnica mancha en su expediente. Una reciente investigaciĂłn de los periodistas eslovenos Igor Omerza y Bojan Pozar, plasmada en su libro Melania Trump -La Historia ĂŤntima, además de aportar la ficha de afiliado comunista que el equipo del magnate niega, desvela que no existe el presunto tĂtulo de Arquitectura y Diseño por la Universidad de Liubliana que aparece en su currĂculum profesional. SegĂşn los reporteros, sĂłlo consta que se matriculara en varias asignaturas del primer curso. El hallazgo encaja con la confesiĂłn de algunas de sus amigas , que marcharon con ella a Milán el mismo año en el que Melania iniciĂł sus estudios universitarios. Y con la del conocido fotĂłgrafo esloveno Stalisnav Jerko, quien lanzĂł a Melania al mundo de las pasarelas.
A Melanija Knavs, hoy Melania Trump (Sevnica, 26 de abril de 1970), la aficiĂłn por la moda y el diseño le venĂa de su madre, Amalija, empleada en una sastrerĂa. Era su gran aspiraciĂłn, como confirma Mirjana Jelancic, hoy directora de la escuela de Primaria donde estudiĂł: «Siempre tuvo talento para el dibujo y las manualidades. De pequeña querĂa ser diseñadora. Le gustaba tejer». Y sobre sus aires de modelo, añade: «Ella siempre tuvo algo especial, algo de sofisticada, discreta y de buenos modales». Cualidades innatas que le llevarĂan a las portadas de las prestigiosas Vanity Fair , Vogue y Elle, y a los principales desfiles del mundo. Fueron sus años de top-model, desde que en 1996 se instalara en la Gran Manzana. En una de las fiestas organizadas en torno a la pasarela de Nueva York , conociĂł a Donald Trump.
No podĂa ser de otra manera, tratándose del showman. Aprovechando uno de los programas televisivos de The Apprentice (El Aprendiz) , un concurso que Ă©l mismo financiaba y protagonizaba, Trump se dejĂł ver por primera vez en pĂşblico con su novia. CorrĂa el año 2004. DĂas antes, en un gesto tradicional de pedida de mano, el magnate habĂa celebrado un almuerzo con Melania y sus padres en el restaurante del hotel Gran Toplice Bled , un hotel de lujo situado en los Alpes Julianos, al noroeste de Eslovenia.
Quedaba menos de un año para la celebraciĂłn de una de las bodas más sonadas de la alta sociedad neoyorquina. CorrĂa enero de 2005. Melania lucĂa hermosa, delante de un abanico de selectos invitados entre los que se encontraban, el expresidente Bill Clinton y su esposa Hillary , entonces senadora y hoy candidata demĂłcrata y rival furibunda del millonario para alcanzar la presidencia de Estados Unidos. La imagen se hace impagable a medida que se acerca la elecciĂłn de noviembre.
Melania Trump ejerce hoy de primera dama en la sombra. Al lado del magnate, asume desde hace años la labor benĂ©fica del emporio Trump. Considerada inteligente por el entorno, Melania da el protagonismo pĂşblico femenino a su nuera Ivanka, en una muestra de que conoce perfectamente el lugar en el que influir sin molestar. Aunque domina cinco idiomas , quienes mejor la conocen afirman que no le gusta hablar esloveno, ni tampoco profesa un excesivo amor por su paĂs.
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