La duquesa de Alba retira la palabra a Francisco Rivera por su demanda ante Eugenia Martínez de Irujo

Nadie sabe muy bien qué ocurre entre Francisco Rivera Ordóñez y Eugenia Martínez de Irujo , pero el diestro la ha demandado y eso, a la duquesa de Alba , parece no haberle gustado lo más mínimo. Aún a pesar de las buenas relaciones que siempre han existido entre Rivera y la abuela Cayetana, el hecho de que su hija tenga que declarar ante los tribunales por una demanda, precisamente de su exyerno, eso es «too much». La duquesa, informa «Diez Minutos» , le ha retirado la palabra.

El hermetismo de la pareja ha reinado desde el momento en que Francisco Rivera interpuso el pleito en contra de Eugenia. Fueron sus propios abogados quienes les recomendaron que, para no alimentar los rumores y las desinformaciones en torno al asunto, callaran y salieran al paso desde el estricto ámbito privado. Pero ha trascendido que el origen del problema se origina en la hija de ambos, de tan sólo doce años . La niña, que residía con su madre, quien mantenía la custodia, abandonó el colegio bilingüe al que acudía en Pozuelo de Alarcón (Madrid) para internarse en otro a las afueras de Londres. Transcurrido el año escolar, parece ser que la pequeña Cayetana no querría volver a vivir con su madre en Madrid y desearía más que nada en el mundo mudarse a Sevilla, ciudad de residencia de su padre. La decisión de Francisco Rivera de llevar a Eugenia a los juzgados podría estar encaminada, por tanto, a arrebatar a la duquesa de Montoro esa custodia de la que disfrutaba ahora que la niña parece estar más dispuesta que nunca a mudarse a Sevilla, lugar donde nació y asistió al colegio durante sus primeros años.

Recientemente la revista «Elle» publicó un reportaje fotográfico sobre Lourdes Montes , la abogada de 28 años que enamora a Francisco Rivera. Algunos rumores señalan a la pareja del diestro como la causante de este malestar , ya que estaría intentando convencer a Francisco Rivera de traerse a su hija a Sevilla.

Cayetana Rivera aún no tiene los catorce años exigidos por la ley para decidir ante el Juzgado con quién desearía irse: con papá o con mamá.