Las dos caras de Malú

Se come el escenario. Arrebatadora y en búsqueda incesante de la complicidad del auditorio -cuajado el jueves noche de fans entregados-, voceó al termino de su actuación en La Riviera que aquel había sido uno de los mejores conciertos de su vida. Posiblemente lo fuera en cuanto a la entrega y el nervio demostrados.

Podrá ser «Aprendiz» en otros menesteres, pero a sus flamantes 23 años Malú es maestra en conjugar sin complejos dos registros: ora se menea escoltada por dos raperos en «Ven a pervertirme», ora se torna íntima y aflamencada, como en «Enamorada». Con creces, es más fácil elogiar a la segunda, más sureña, más María Lucía quizá, que hace honor a su estirpe.

La hija de Pepe de Lucía deleitó con su «Medley» de grandes éxitos, después de repasar los nuevos de su sexto y último álbum, homónimo. Y con «A tu vera» contagió de copla al respetable que, por parejas y copa mediante, convertía la sala en una caseta de feria. Ese hubiera sido el perfecto broche de la velada, con permiso de «Como una flor» del cierre: sin más atrezzo que una silla y neutra la luz; la guitarra española, el micrófono y su poderosa garganta. Simplemente Malú.