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Pamela Anderson, sin maquillaje, en la fiesta de Vanity Fair celebrada después de la entrega de los Oscar. Gtres
Araceli Nicolás

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Pamela Anderson sigue fiel a su filosofía de posar en la alfombra roja a cara lavada, y así acudió a una de las fiestas post Oscar. En el otoño pasado, la imagen de la actriz sin una gota de maquillaje en el 'front row' de la Semana de la Moda de París se viralizaba. Aunque en los últimos años las redes sociales han ayudado a que muchas celebrities se muestren tal y como son, con canas o sin maquillaje (en lo que se ha denominado belleza real, sin filtros), no es normal que posen en un evento, como unos premios, con la cara lavada.

Pero Pamela Anderson parece que está dispuesta a hacerlo. A sus 56 años, de nuevo ha elegido posar sin maquillaje en una alfombra roja. Ataviada con un colorido vestido tipo túnica, con lentejuelas y transparencias, la actriz optaba por dejar su melena suelta y no llevar maquillaje. Quedaban así al descubierto las típicas manchas de la edad y algunas arrugas de expresión en la frente. Nada raro en la vida real, pero sí en las alfombras rojas, donde cada vez es más habitual ver canas, pero no una piel real como la de célebre 'vigilante de la playa'.

 

Pamela Anderson lucía así el verdadero 'no make up', esa tendencia de maquillaje que arrasa desde hace temporadas entre las famosas, y que en realidad implica un gran trabajo para ir maquillada sin parecerlo.

La de Pamela Anderson no es una imagen que transmita descuido, al contrario, se nota que su piel está hidratada y con cierto 'glow', pero prefiere no cubrir las imperfecciones con maquillaje. Lo que sí lució fueron unas sombras glitter de color rosa, a juego con un labial del mismo tono y acabado brillo, además de sus finas cejas, que recuerdan a esa tendencia dosmilera de la que muchas mujeres aún no se han recuperado teniendo que optar por el microblading para recuperar sus cejas.

Aunque no debería ser noticia que una mujer posara en la alfombra roja sin maquillaje, lo es doblemente, porque no es habitual, y porque la protagonista ha abrazado la naturalidad, después de un pasado de excesos. En los 90, Pamela Anderson fue un auténtico icono sexual, por sus curvas y su melena rubia. En esos años no dudaba en lucir maquillajes sofisticados propios de la época con labios perfilados y ojos ahumados.

Pero ahora, la artista prefiere la naturalidad, una elección que podría estar relacionada con la muerte de su maquilladora de confianza, según la propia actriz ha comentado en algunos medios.

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