NY: trincheras «cool» contra el calor
ANNA GRAU | CORRESPONSAL EN NUEVA YORK
Agosto en Nueva York

(Foto: AP)

Bibliotecas, locales del Ejército de Salvación y centros recreativos se convierten en refugios de los que no tienen aire acondicionado

Nueva York puede ser la ciudad más cool del mundo. Pero sus trabajos le cuesta cuando el termómetro alcanza los 96 grados Fahrenheit -35 grados centígrados- o incluso los 100 Fahrenheit -37,7 Celsius-, como pasa estos días. Las olas de calor son especialmente peligrosas en megacolmenas humanas donde los mayores refinamientos del diseño conviven con míseros apartamentos sin aire acondicionado. Que en esta época del año pueden ser una trampa mortal. Por eso las autoridades han creado refugios térmicos: los cooling centers.
Los cooling centers de Nueva York entraron en alerta a finales del mes de junio, cuando las temperaturas empezaron a encabritarse, y han vuelto a activarse este lunes, 19 de julio, en previsión de nuevos picos de calor. El experimento se practicó por primera vez a gran escala el verano de 2008.
Hace dos años hasta 295 centros de atención para mayores se activaron para su uso como cooling centers. Aunque lo mismo vale cualquier dependencia pública bien climatizada, empezando por las bibliotecas, los locales del Ejército de Salvación y las piscinas, que ven ampliado su horario para la ocasión.
En la práctica no se trata tanto de abrir sitios nuevos como de darles publicidad. Como sin duda sabe cualquier turista que haya tratado de patear las calles de Nueva York en plena canícula, con un poco de imaginación hay muchos espacios frescos donde guarecerse. Desde los grandes almacenes y galerías comerciales hasta los cines y los museos.

El problema, como advertía recientemente The New York Times, es que el cool llega siempre más fácilmente a quien menos lo necesita. Los cooling centers están pensados para personas mayores de movilidad reducida y para pobres e indigentes.
Pero siempre son los más necesitados los más reacios a acudir, aunque sólo sea porque las campañas de información pública no les llegan. Los cooling centers de barrio devienen a menudo simples centros de reunión para los vecinos, en clubs donde dar clases de baile o jugar a las cartas, mientras en las casas siguen muriendo ancianos por golpes de calor que se podían haber evitado.
Este año las autoridades han decidido redoblar sus esfuerzos cool tomando la iniciativa para llevar a las personas más frágiles a los cooling centers -del mismo modo en que ciertas noches de invierno voluntarios sociales patrullan las calles para evitar que los homeless más recalcitrantes se congelen- y ponerles a salvo. También se recomienda que las personas mayores que viven solas contacten por lo menos dos veces al día con familiares o amigos, y se insta a toda la población a mantener la vigilancia.
Todo indica que estas precauciones van a ir a más, no a menos, y que eso va a ser así por ley de vida: Nueva York envejece. Cada vez menos es una ciudad sólo para jóvenes. Las consideraciones demográficas ya han obligado a las autoridades municipales a prolongar por 4 segundos la duración de las luces verdes (que aquí son blancas) de los pasos de peatones, para dar tiempo a cruzar cómodamente a personas de todas las edades.

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