ISRAEL VIANA
Corría el 26 de enero de 1939: «En las cercanías de Barcelona, nuestros soldados luchan fuertemente, conteniendo a las fuerzas invasoras», comentaba el ABC de Madrid; «Barcelona, liberada, desde el mediodía de ayer, por el Ejército español», aseguraba, en cambio, el ABC de Sevilla. Dos enfoques antagónicos sobre la entrada de Franco en Barcelona de dos periódicos diferentes que en realidad era el mismo, porque, al igual que ocurría en una España que se desangraba por la guerra en dos bandos irreconciliables, el diario fundado por Torcuato Luca de Tena se dividía también en dos cabeceras enfrentadas entre sí: la madrileña, controlada por los republicanos y «al servicio de la democracia» como rezaba su portada, y la sevillana, en manos de los franquistas, que se habían «comido» el país desde el sur.
La República, condenada definitivamente y abandonada por las potencias europeas que hasta entonces habían aportado unos auxilios indispensables, sufría una lenta agonía desde los últimos días de 1938. Las tropas catalanas, agotadas por los combates del Ebro donde sumaron 10.000 muertos, 34.000 heridos y más de 19.000 prisioneros, son vencidas, y, tal día como hoy de 1939, Barcelona cae sin oponer mucha resistencia a los tropas del Generalísimo.
«Fecha histórica se leía en el ABC del bando nacional, que pone punto y final a la terrible guerra española. Es posible que se intenten todavía reacciones, que se procure retrasar con una resistencia forzada la victoria definitiva de Franco. Todo será inútil».