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Aunque asegura que en su día tuvo «serias dudas», finalmente Alfonso Guerra no pudo resistirse a aquello de «Sevilla te necesita Alfonso y el PSOE de Sevilla también», palabras que pronunció el secretario provincial del PSOE, José Antonio Viera, en la presentación del cabeza de lista. Y es que, aunque el sevillano está entre los candidatos más veteranos en las listas -desde 1977 lleva siendo número uno por su provincia- su partido sigue presionándole para que les represente.
«En política, la única posibilidad de ser honesto es siendo aficionado»
«Lo que persigue un buen socialista es que nadie sea tan rico como para poner a otro de rodillas ni nadie sea tan pobre como para tener que arrodillarse ante otro»
«Cuidado con el bambi» (Sobre Jose Luis Rodríguez Zapatero)
Como político, colaboró activamente en el pacto de consenso que precedió a la aprobación de la Constitución de 1978, labor por la que fue reconocido con el premio de la fundación Abril Martorell. Además, es el presidente de la Fundación Pablo Iglesias y de la Comisión Constitucional del Congreso. Y como tal calificó la reciente reforma de la Carta Magna como una «píldora envenenada» que tuvo que aceptar el Gobierno para que los «poderosos» no arrasasen el país.
Ideólogo y «demagogo»
Profesor de vocación, formado en Ingeniería Industrial y Filosofía y Letras, Guerra ha publicado dos libros con sus memorias y otros dos sobre teoría política. Fue vicepresidente del Gobierno de Felipe González de 1982 a 1991, período en el que llegó a ser referente ideológico del partido, pero sus diferencias políticas y personales con él terminaron por dividir las filas del partido entre «guerristas» y «renovadores».
Irónico, mordaz y en muchas ocasiones tachado de demagogo, cree que el «mérito principal» del candidato del PP -«Don Mariano»- ha sido «estar en la hamaca fumando puros». Con todo, Guerra es un peso pesado necesario para el PSOE de Sevilla en estos delicados momentos de «ERE» y «fondos de reptiles», pero forma parte del séquito más conservador de Rubalcaba, el que intentará reflotar las siglas del partido por encima de las de las ya malditas: ZP.