Vox pierde su perfil más liberal y se sumerge en una crisis poselectoral
Iván Espinosa de los Monteros renuncia tras perder influencia aunque alega motivos personales
El partido sigue sin hacer autocrítica pese al adiós de uno de sus fundadores y principales dirigentes
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Iván Espinosa de los Monteros fue Vox, es Vox y será Vox. Algo así vino a decir ayer Jorge Buxadé, vicepresidente del partido, cuando la noticia adelantada por 'El Mundo' y confirmada por ABC, el adiós del que hasta ahora era portavoz en el Congreso, ... lo golpeaba en directo durante una entrevista en la Cope a primera hora de la mañana. El eurodiputado, que encarna el alma más conservadora de la formación, se deshizo en elogios hacia su compañero, pero evitó confirmar o desmentir la información, desgranada pocas horas después, a mediodía, por su protagonista.
La renuncia de Espinosa de los Monteros a revalidar su escaño llega en un momento delicado para Vox, tras su mal resultado en las elecciones generales del 23J. En su breve despedida, visiblemente emocionado ante una sala de prensa abarrotada pese a estar disueltas las Cortes, no aceptó preguntas de los informadores y se limitó a dar las gracias por sus cuatro años en las instituciones.
Alegó motivos personales y familiares tras su dimisión —dijo que ya había pasado «suficientes noches de hospital»— y mencionó específicamente a cuatro dirigentes, además de a su esposa, Rocío Monasterio: Santiago Abascal, Ignacio Garriga, Jorge Buxadé y Manuel Mariscal.
Sobre el papel, el paso a un lado de Espinosa de los Monteros nada tenía que ver con la situación del partido, pero a nadie se le escapa que en la última etapa el portavoz parlamentario había perdido influencia. Él era el perfil más liberal de Vox en lo económico, firme defensor del libre mercado, y en los últimos tiempos existía un duelo soterrado con planteamientos más nacionalistas e intervencionistas defendidos por Buxadé, aunque ambos lo han negado siempre en público e incluso han bromeado al respecto.
No será ministro
Su inesperada salida constató aún más si cabe la ausencia de autocrítica de Vox, que tras perder más de 600.000 votos y diecinueve escaños se ha limitado a culpar al PP y a la prensa de la aparentemente frustrada «alternativa» a Pedro Sánchez. Si el PNV mantiene su particular 'no es no' a los populares, habrá otro 'Gobierno Frankenstein' o repetición electoral, a pesar del anuncio de los derechistas, que el domingo aseguraron que votarán a favor de la investidura de Alberto Núñez Feijóo si reúne los apoyos necesarios para ser el próximo presidente.
El desistimiento de Vox a formar parte del próximo Ejecutivo corta de raíz las aspiraciones de Espinosa de los Monteros, que apuntaba a futurible ministro en una hipotética coalición con los populares. De hecho, su perfil, de los más moderados y con buena formación, era de los que más gustaba en el PP en el caso de que fuese imposible un Consejo de Ministros monocolor presidido por Núñez Feijóo. Su mujer, Rocío Monasterio, no seguirá sus pasos y sí continuará en la Asamblea de Madrid, informa Mariano Calleja.
En cualquier caso, la salida de Espinosa de los Monteros de la política simboliza el fin de una era. En el Congreso, durante los tres primeros años de Vox en el Parlamento, protagonizó un tándem parlamentario junto a Macarena Olona, hoy fuera de Vox tras su abrupto divorcio con el partido el verano pasado. Ahora, la formación se ve obligada a una profunda reestructuración en el grupo parlamentario, donde deberá nombrar un nuevo portavoz. De primeras, no parece haber un sucesor natural. No hay nadie tan mediático ni tan solvente desde la tribuna de oradores, al margen del propio Abascal.
En la formación han ganado presencia algunos nuevos rostros desde la última campaña, como Ignacio Hoces, diputado por Badajoz, y Pepa Millán, diputada por Madrid y exsenadora. El nombre de Hoces, que precisamente era uno de los cuatro miembros de Vox que acompañó ayer a Espinosa de los Monteros en su adiós, cobra fuerza en los mentideros como sucesor, aunque ideológicamente es más próximo al sector conservador. Eso sí, no se puede hablar de cisma en Vox porque sin Espinosa de los Monteros, y con dirigentes apartados de las listas como Víctor Sánchez del Real, la corriente más liberal está descapitalizada.
Tras el abandono de Espinosa de los Monteros sí se leyeron comentarios críticos con la dirección en redes sociales. Desde Olona, que presagió un «acoso» hacia su excompañero como el que ella denunció cuando se marchó de Vox, hasta Sánchez del Real, pasando por el exdiputado del partido Rubén Manso, que se despachó con un artículo en 'Vozpópuli' titulado «Vox no tiene futuro». José Luis Sánchez (exlíder de Vox Madrid), en un hilo secundado por Sánchez del Real, señaló directamente a Buxadé como responsable de silenciar a algunos compañeros de la formación, como la eurodiputada Mazaly Aguilar. «Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo», escribió Javier Ortega Smith, hoy sin relevancia orgánica pese a ser vicepresidente.
En la sala de prensa, rodeado de muchos más periodistas que compañeros, solo eran testigos de la despedida de Espinosa de los Monteros la exdiputada Inés Cañizares, portavoz adjunta tras la salida de Olona; Víctor González, que perdió la vicepresidencia económica en el partido cuando Ignacio Garriga —también afín a Buxadé— sustituyó a Javier Ortega Smith como número dos del partido; y los 'novatos' Carlos Flores e Ignacio Hoces.
REACCIONES
Abascal se despide en redes: «Nada de adioses. Hasta pronto»
Capítulo aparte merece la tibia despedida que le dedicó ayer Santiago Abascal, presidente de Vox, a quien hasta ahora no solo era su portavoz en el Congreso y uno de los fundadores del partido, sino su amigo. El líder derechista optó por un perfil bajo, con un comentario en sus redes sociales, que fue después correspondido por Iván Espinosa de los Monteros; decidido a marcharse sin portazos ni reproches.
Abascal lamentó la pérdida de «un gran portavoz», su «querido Iván», pero subrayó que mantiene «un afiliado de lujo», a pesar de que quien también era vicesecretario de Relaciones Internacionales no mantendrá ninguna responsabilidad orgánica. «Con todo lo que hemos pasado juntos… Tengo el convencimiento de que lo mejor está por venir y que participarás muy activamente en ello. En cualquier caso, muchas gracias por tu entrega. Nada de adioses. Hasta pronto», tuiteó.
Espinosa de los Monteros reiteró en sus redes que servir a los españoles en el Congreso ha significado «su mayor privilegio» profesional, y dio las gracias a todos los que lo hicieron posible: «Desde Santiago Abascal hasta el último de los votantes». El ya exportavoz de Vox se cambió la descripción de su cuenta por una de las frases que le había dedicado Abascal: «Lo mejor está por venir». El mismo encabezado apareció en el perfil de Macarena Olona, su otrora mano derecha en la Cámara Baja, pero fuentes cercanas a Espinosa de los Monteros descartan que se pusiesen de acuerdo y lo achacan a un intento de Olona de alentar un mensaje crítico (y críptico) contra Vox.
Sí hay antiguos diputados, como Rubén Manso y Víctor Sánchez del Real, que criticaron el rumbo del partido y lo vincularon con la salida de Espinosa de los Monteros, pero de él, del protagonista del día, no salió ni un solo comentario negativo hacia una dirección en la que llevan meses imponiéndose las posiciones más cercanas a Jorge Buxadé. «Hoy se despide un amigo», escribió este último.
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