Vox advierte que la ruptura con el PP en Burgos puede llegar a otros ayuntamientos
Los populares quedan en minoría en Burgos al no suprimir las ayudas a ONG de acogida
Vox pone precio a las cuentas: blindar acuerdos y retornar inmigrantes
Vox lleva meses avisando de que no cederá ni un ápice en la exigencia del cumplimiento de los acuerdos que selló con el Partido Popular para formar gobiernos de coalición. Lo demostró en verano con la salida de los gobiernos autonómicos de los que formaba parte y este viernes ha llevado ese pulso al ámbito local, votando en contra de los presupuestos del ayuntamiento de Burgos y provocando la ruptura del equipo de gobierno conjunto.
El motivo de discordia han sido las subvenciones a ONG dedicadas a la atención de inmigrantes irregulares, el mismo asunto que hace meses provocó la ruptura autonómica y que Vox ha marcado como una línea roja en su hoja de ruta. Fuentes de la dirección de Santiago Abascal han explicado a ABC que el caso de Burgos puede repetirse, o no, en otros ayuntamientos. «Solo pasará allí donde el PP incumpla el pacto», resumen desde la calle Bambú. Es más, Vox insiste en que no son ellos los que rompen los gobiernos, sino que es el PP el que les «fuerza» a salir o les «expulsa» de ellos.
Lo cierto es que este viernes, tras caer los presupuestos municipales, la alcaldesa burgalesa, Cristina Ayala, anunció de inmediato que remodelará el equipo de gobierno y su disposición a seguir al frente del consistorio en minoría, con once concejales, uno menos que el PSOE, que se impuso en las elecciones municipales. También anunció que se someterá el jueves día 28 de noviembre a una cuestión de confianza con la que busca poder aprobar automáticamente las cuentas municipales.
El origen de la ruptura se encuentra en una partida de 119.000 euros destinada a convenios con tres ONG de ayuda a inmigrantes. Aunque PP y Vox habían acordado su supresión, la alcaldesa decidió dar marcha atrás y volver a incluirla en el presupuesto de 250 millones de euros. Argumentó que había recibido un mensaje en ese sentido de la sociedad burgalesa, en forma de una concentración de varios miles de personas y muchas llamadas y observaciones desde diferentes sectores de la ciudad.
Ya el martes en la Comisión de Hacienda, Vox intentó sin éxito introducir una enmienda, que después planteó como adenda al acuerdo de ambas formaciones para gobernar en Burgos. Pedía que se exigiera que las ONG dedicaran todos los fondos municipales en exclusiva a inmigrantes legales o regulares.
Todavía este viernes, en el pleno municipal, el portavoz de Vox, Fernando Martínez-Acitores, pidió a su en ese momento socio de gobierno que admitieran su propuesta porque «solo se trata de cumplir la legalidad y eso no puede molestar a nadie». El hasta ahora vicalcalde aseguró que no admitirla era echarles y destacó que en los últimos días ha recibido «golpes muy duros» desde el Partido Popular, al que culpó de la ruptura al corregir un presupuesto que ambos habían consensuado.
Desde el PP, la visión de lo ocurrido es bien distinta. Su portavoz municipal, Andrea Ballesteros, aseguró en el pleno que lo que quería hacer Vox era «cambiar las reglas de juego a mitad del partido». Incidió también en la «obligación legal y moral» del Ayuntamiento de atender a todos los vecinos del municipio, independientemente de su lugar de procedencia.
Tampoco prosperó el intento del portavoz socialista, Daniel de la Rosa, de ofrecer acuerdos puntuales al gobierno de Cristina Ayala a cambio de que, además de su ruptura con Vox, se acordara entre ambas formaciones a partes iguales el destino de las inversiones con los remanentes de Tesorería.
Recomendó a la regidora aceptar su propuesta y evitar el «mal trago» de someterse y perder previsiblemente una cuestión de confianza que, eso sí, le permitiera aprobar los presupuestos treinta días después. Ayala se negó porque en lo que va de mandato «se han opuesto sistemáticamente a todo lo que ha planteado el equipo de gobierno» e incluso les acusó de haber llegado al insulto, dentro y fuera del salón de plenos,
Tras el rechazo a las Cuentas, al contar solo con el voto favorable de los ediles del PP, la alcaldesa agradeció personalmente a cada uno de los concejales de Vox el trabajo realizado en el primer año y medio de la legislatura como «un equipo único» aún cuando «en algunos temas ha habido divergencias insalvables, que siempre ha tenido como protagonista la inmigración y que son las que, lamentablemente, nos llevan a romper el pacto».
La alcaldesa tampoco esperó para anunciar su siguiente movimiento con el que pretender aprobar finalmente las Cuentas. Se someterá el día 28 a una cuestión de confianza. Aunque la pierda –como podría ocurrir dadas las diferencias actuales con Vox–, la aprobación automática del Presupuesto sería prácticamente un hecho a que solo podría evitarlo un acuerdo –casi imposible entre los de Abascal y PSOE para presentar una moción de censura y apoyar un candidato de uno u otro partido para liderar el consistorio.
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