Vox abandona el Congreso y traslada la protesta a Ferraz
La manifestación de Neptuno se está disolviendo y muchos se encaminan ahora hacia la sede del PSOE
En directo, el debate de investidura de Pedro Sánchez y las intervenciones
Miles de personas volvieron a congregarse este miércoles ante la sede del PSOE ubicada en la calle Ferraz de Madrid. En la decimotercera noche de protestas pudo volver a escucharse duras consignas contra el líder socialista, la ley de amnistía, la prensa y la Casa del Rey. Desde «Sánchez a prisión», «dimisión o revolución» o «esa Policía defiende la amnistía», hasta acusaciones a Felipe VI, a quien calificaron de «masón». «En Ferraz no habrá paz», gritaron integrantes del grupo Hacer Nación, quienes encabezaron la manifestación con una pancarta en la que podía leerse «no habrá paz para los traidores».
Aunque eran varias las convocatorias para manifestarse en los alrededores del Congreso de los Diputados durante la celebración del debate de investidura, el día trascurrió sin altercados y normalidad. La tensión llegó una vez alcanzada la noche.
Sí pudieron verse decenas de banderas de España, y alguna preconstitucional, al inicio del debate a eso de las 12 horas. También pancartas contra Sánchez, que portaban las personas congregadas cerca de la Cámara Baja y en la zona de Neptuno. En general, durante el día, la asistencia fue baja y no superó el centenar y medio de personas en Neptuno y las 50 personas en la zona de Ceaceros.
Los pocos manifestantes gritaron consignas contra Sánchez, al que acusaron de «traidor», y se escucharon cánticos de «prensa española manipuladora», incluso con algún que otro insulto hacia un grupo de periodistas que se encontraba en el lugar. Además, se pudo ver durante toda la celebración del debate de investidura a dos furgonetas con el emblema de Hazte Oír, que, dando vueltas a la fuente, repetían por el megáfono proclamas en contra de Pedro Sánchez. Un autobús con la cara del presidente caricaturizado como Adolf Hitler estuvo apostado en las zonas aledañas y desde él se lanzaron también mensajes contra la amnistía y el peligro que esta supone para la unidad de España.
Las pocas personas que todavía se concentraban en Neptuno, conforme avanzó la tarde, se fueron disolviendo, coincidienco con la salida de Vox del Hemiciclo. Tanto Santiago Abascal como sus diputados se marcharon del Congreso después de que el líder derechista pronunciase un controvertido discurso en el que llegó a comparar al candidato socialista con Hitler. Una intervención que siguieron atentamente en el exterior los manifestantes, que llegaron a realizar abucheos contra la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, que pidió retirar al líder de Vox la palabra «golpe de Estado». Una vez fuera ya de la Cámara, los de Vox comenzaron su periplo hasta la sede del PSOE en Ferraz, donde se sumaron a la protesta.
A medida que llegaban más grupos de manifestantes a las inmediaciones de Ferraz, la tensión comenzó a subir en la esquina de la calle Ferraz con Marqués de Urquijo. La Policía no dejó acceder a los periodistas a la calle donde se encuentra la sede socialista, salvo que en aquellos casos en los que se portase un chaleco blanco que los identificase como tal. En los días anteriores era suficiente con una acreditación del medio. La medida no dejó de se extraña, máxime cuando los periodistas son objeto de todo tipo de insultos y actitudes agresivas y dejarlos fuera del cordón policial los dejaba mucho más expuestos ante los ultras.
Muchos de los concentrados son habituales de cada día, de modo que incluso comienzan a surgir amistades. Las calles aledañas a la sede del PSOE también estuvieron muy vigiladas por la Policía, que prevenía así posibles movimientos por sorpresa de grupos ultras violentos. A las 21.30 de la noche, no se habían producido disturbios. Está previsto que el despliegue policial se mantenga también durante este jueves, coincidiendo con la segunda jornada del debate de investidura, con la misma intensidad. La Policía es muy consciente de que hay demasiada tensión en las calles y cualquier chispa, aunque sea accidental, puede desatar una refriega.
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