Las vacilaciones de Sánchez chocan con la inquietud europea ante la vuelta de Trump
Los ministros de Exteriores deciden el lunes si la UE envía buques a la zona
Donald Trump arrasa en los 'caucus' de Iowa y lanza el guante a Biden
![El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Foro de Davos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/01/18/sanchez-davos-R1gqxjNDdM2ZnQDGJEbpoQN-1200x840@abc.jpg)
Iowa está muy lejos de Bruselas, pero los resultados de las primarias republicanas en ese pequeño estado norteamericano han sonado como una bofetada entre los líderes europeos, que de repente han vuelto a verse en una situación en la que los lazos trasatlánticos vuelvan ... a parecerse a una montaña rusa. Europa ya conoció esa sensación de vivir sin red durante los cuatro años de mandato de Donald Trump y por ello los Veintisiete tratan de prepararse para otro periodo de grandes turbulencias.
La diferencia entre aquellos años en los que el inquilino de la Casa Blanca decía que prefería abolir a la Alianza Atlántica porque no le veía utilidad es que ahora hay una guerra en Ucrania en la que la OTAN y su pertinencia como organización de defensa es más importante que nunca.
Los ministros de Exteriores de los Veintisiete celebran este lunes una reunión en la que la constatación de la necesidad de una verdadera política exterior y de defensa propias estará presente de forma especialmente marcada. La misión de protección de tráfico marítimo internacional en el mar Rojo será muy probablemente aprobada y podría ser en forma de una extensión del mandato de la operación Atalanta de lucha contra la piratería en el Índico.
La idea de sumarse a la operación liderada por Estados Unidos en la costa de Yemen tiene apoyos entre varios países, principalmente Alemania y Holanda, pero Francia encabeza la posición de los que no quieren rebasar el límite de una acción puramente marítima y se niega a bombardear la costa de Yemen y las posiciones de los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, precisamente por miedo a que ello contribuya a la extensión del conflicto.
Francia quiere que los buques europeos sirvan solamente para derribar los misiles y los drones lanzados por los hutíes, aun sabiendo que el coste de cada misil antiaéreo es cincuenta veces mayor que el de los artefactos hostiles y que los pocos que quedan en los arsenales europeos los necesita Ucrania para contener los misiles rusos.
La posición de España, que inexplicablemente se ha negado tanto a hacerlo junto a EE.UU. como sin coordinación con Washington, empieza a percibirse cada vez como más exótica. El Gobierno de Pedro Sánchez es el único que ha sido felicitado por sus tomas de posición por los propios hutíes, causantes de esta nueva amenaza para la economía europea en plena lucha contra la inflación.
Sospecha de influencia de Borrell
Es más, la actitud de Sánchez ha llevado al principal partido europeo, el PP, a imponer en su manifiesto para las próximas elecciones de junio reclamar para sí el puesto de jefe de la diplomacia, que hasta ahora siempre habían ejercido dirigentes socialdemócratas. El actual, el español Josep Borrell, ha sido amonestado por tomar decisiones demasiado unilaterales bajo la sospecha de seguir la influencia directa de La Moncloa.
«Los altos representantes de la política exterior nombrados hasta ahora por los socialdemócratas a menudo no han cumplido su papel», se dice en el borrador del manifiesto popular. «Por lo tanto, el Partido Popular Europeo pide reemplazar este puesto con un ministro de Asuntos Exteriores de la UE y nombrar un Consejo de Seguridad Europeo que los apoye para que pueda reaccionar rápidamente a las crisis internacionales».
Los populares proponen también crear de una vez un comisario de Defensa como prueba de esa voluntad de construir una industria autónoma en este campo en un mundo cada vez más hostil, una pretensión que se antoja demasiado ambiciosa teniendo en cuenta que el próximo 1 de febrero los líderes comunitarios deberán volver a reunirse en una cumbre extraordinaria dedicada a llegar a un acuerdo sobre lo que no fueron capaces de acordar en diciembre: revisar el presupuesto comunitario para disponer de fondos con los que ayudar militarmente a Ucrania.
Europa depende mucho más que Estados Unidos del tráfico comercial por el Canal de Suez y, sin embargo, aún no es capaz de reaccionar como corresponde a esa relevancia.
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