Ucrania separa a Sánchez y Zapatero, partidario de negociar ya con Putin
El expresidente cree que «no hay solución militar» y que EE.UU. tiene informes al respecto
Visita de Zelenski a España, en directo: última hora del encuentro con Pedro Sánchez y el Rey Felipe VI hoy
![José Luis Rodríguez Zapatero junto a Vladimir Putin y Pedro Sánchez en un abrazo con Volodímir Zelenski](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/05/27/montaje-rusia-RR99wLhbMsQFshOQuoM0LaK-1200x840@diario_abc.jpg)
El hermanamiento político entre Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero es, a estas alturas, un hecho que no puede discutir nadie. El recuerdo de cuando el segundo apoyó en 2017 a Susana Díaz para liderar el PSOE (como también hizo el otro presidente ... socialista de la democracia, Felipe González) es ya muy remoto. En privado personas muy próximas a ambos admiten que su relación era más bien fría, pero el apoyo de Zapatero en los últimos tiempos a Sánchez, singularmente en las elecciones generales del 23 de julio del año pasado, terminó de consolidar una entente ya muy estrecha, que además ha reactivado el papel político de quien fuera inquilino de La Moncloa entre 2004 y 2011, cuando renunció a volver a presentarse y dejó a los socialistas en un grave crisis electoral, como ha recordado esta semana González en su sonada entrevista en 'El Hormiguero'.
Sin embargo, ni todos los amores son eternos ni la pareja mejor avenida está exenta de roces. Y aunque nunca se ha explicitado excesivamente en público, cuando de trata de política exterior las diferencias no son pocas entre ambos. Ni pequeñas. Como muestra, un botón de plena actualidad, más aún hoy, cuando el jefe del Ejecutivo recibe por primera vez en La Moncloa al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. No es otro que lo relativo a la guerra iniciada por Rusia con su invasión de principios de 2022.
En síntesis, Zapatero no coincide con el consenso de la mayoría de países occidentales, del que participa Sánchez, ni sobre la manera de actuar en este momento del conflicto ni al 100% sobre el origen del mismo, tal y como el propio expresidente explica con toda claridad en su reciente libro 'Crónica de la España que dialoga', en el que le entrevista el exdirector de 'La Vanguardia', Marius Carol. Pero, como se atribuye a Manuel Azaña, en España la mejor manera de esconder un secreto es escribirlo en un libro.
En un capítulo titulado «La autoridad moral de Europa», el que fuera líder del PSOE entre 2000 y 2012 reitera su conocida posición favorable a que Turquía forme parte algún día de la Unión Europea (UE), y enseguida lo conecta con el actual conflicto: «Le atribuyo tanta importancia a ese rechazo que creo que si Turquía hubiera formado parte de la UE, Putin no habría invadido Ucrania».
Zapatero se muestra convencido de que «tarde o temprano habrá que reformular una relación estable con Rusia», dado que, argumenta, «tenemos una historia en común. Y los clásicos rusos figuran entre los grandes clásicos europeos y seguramente entre los mejores escritores a la hora de definir el alma del continente». Por eso, el expresidente concluye que «se necesita tiempo, buscar una salida negociada con Ucrania y redefinir nuestro marco de relaciones».
Zapatero presume de que en su etapa en la presidencia se mantuvo «una buena relación con Rusia». Y así describe su primer encuentro con Putin en 2004, recién llegado al poder: «Me recibió en una de las descomunales estancias del Kremlin, el antiguo Palacio de los zares. Putin era un hombre más bien bajo, fibroso, de anchas espaldas, que escudriñaba al visitante con su mirada de ojos azules. Mis colaboradores me habían comentado que Putin había recibido malas referencias sobre mí por parte de Aznar, que había hecho un viaje privado unas semanas antes. Entre otras cosas, me consideraba blando en el asunto del terrorismo, que era una cuestión que obsesionaba al presidente ruso». En España acababa de producirse el atentado yihadista del 11-M y en Rusia el asalto a una escuela en Beslán, secuestrada por independentistas chechenos. Zapatero cuenta que intentó desplegar toda su empatía y la reunión que mantuvieron «resultó ser muy cordial y fructífera a la vista de cómo se desarrollaron las relaciones diplomáticas a partir de la visita».
Zapatero culpa a la OTAN, y más en concreto al presidente americano George W. Bush de haberse «sacado de la manga» en la cumbre de la Alianza Atlántica de 2008 en Bucarest la propuesta de incorporar a Ucrania a la OTAN. «Para gran sorpresa de Chirac [Jaques], Merkel [Angela] y mía, porque nos parecía un disparate», relata el expresidente.
Lo que para Zapatero es un disparate, para Sánchez es algo que tendrá que producirse en el futuro, como señaló el año pasado en la cumbre de la OTAN en Vilna. En la cumbre europea extraordinaria de Granada, celebrada bajo la presidencia de turno española a principios de octubre pasado, el jefe del Ejecutivo sentó a Zelenski, en su primera visita a nuestro país, con los miembros de los 27, en un claro e inequívoco mensaje de apoyo y de mano tendida.
Zapatero concluye, en el libro que la editorial Navona ha publicado este año, que «aquella escaramuza en Bucarest fue la que abrió las hostilidades con Rusia», iniciando a su juicio un «camino peligroso» que ha desembocado en la actual guerra, que según su criterio «será larga y en la que estamos perdiendo todos». Y muestra su convencimiento de que EE.UU. «tiene informes de que no hay solución militar», como dice que le ha trasladado también el chino Liu Jianchao, jefe de Internacional del Partido Comunista.
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