Sánchez-Macron, cooperación por un tubo (de gas)
Contemplan la creación de unidades conjuntas para la lucha contra las redes de tráfico de personas

La cumbre de Barcelona rubricó ayer el refuerzo en las relaciones entre España y Francia. Con la firma de un Tratado de Amistad y Cooperación que nuestro país solo tiene con Portugal, aunque este, incluso, va más allá, y en el caso francés históricamente con Alemania y más recientemente con Italia, durante el mandato de Mario Draghi.
Sánchez y Macron exhiben sintonía política y personal. No son pocos los asuntos en los que han sido aliados estos años en los Consejos Europeos. Pero también han tenido momentos de enfrentamiento. El reciente debate de las interconexiones energéticas, resuelto con una fórmula que rechazaba el MidCat a través de los Pirineos impulsado por España a favor de un tubo submarino para el transporte de hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella. Quedan pendientes la mejora de interconexiones ferroviarias.
En este sentido, Pedro Sánchez definió la cumbre como «histórica» y como muestra del «excelente momento que atraviesan las relaciones bilaterales». El presidente del Gobierno puso en valor ese acuerdo de H2Med como una «infraestructura de futuro» que servirá para reforzar la «autonomía estratégica» de Europa. En el ámbito de los transportes quedan sin embargo asuntos por resolver. Y Sánchez planteó que «debe estar plenamente integrada en las redes transeuropeas».
Manda la posición francesa
Sin embargo, la cumbre no ha servido para resolver el cierre de los pasos fronterizos entre ambos países que París clausuró. Se trata de ocho pasos fronterizos que permanecen cerrados por voluntad francesa, además de otro más que solo funciona parcialmente. Llevan ya dos años cerrados. Fuentes gubernamentales confirmaban que no habrá reapertura a corto plazo y que la cuestión queda en estudio. En el Gobierno sitúan esta cuestión en la preocupación de Francia con la inmigración irregular y el terrorismo yihadista.
En la rueda de prensa que ambos mandatarios ofrecieron al término de la cumbre, Sánchez confirmó esta idea y añadió que se creará «un grupo de trabajo para ver cómo desarrollamos esa idea de equipos de cuerpos de seguridad conjuntos de España y Francia» para el control de esa frontera. Macron defendió en su respuesta que el cierre se enmarca dentro de las posibilidades que permite Schengen. El presidente francés señaló que es algo «excepcional» por razones de seguridad. El precedente es el atentado de Niza de 2016 perpetrado por un un inmigrante ilegal que había llegado desde Italia. Macron señaló que la «voluntad de poder cambiar las cosas y a la larga reabrirlos, mejorando la cooperación y la eficacia de nuestra lucha contra las organizaciones de inmigración clandestina».
Desde la delegación francesa trasladaron que el planteamiento de Macron era precisamente ese, la creación de patrullas mixtas de control fronterizo. El Tratado suscrito ayer expresa el compromiso de mantener relaciones de buena vecindad y a cooperar estrechamente para hacer frente a los retos específicos de la zona fronteriza pirenaica y de las zonas de vida en común, con el fin de facilitar la vida cotidiana de sus habitantes. Otro punto del acuerdo se limita a apuntar algo obvio, la voluntad de «preservar el acervo de Schengen y la libertad de circulación y a garantizar su continuidad». Y, finalmente, en el artículo 15 aparece la decisión que se ajusta al punto máximo al que estaba dispuesto a llegar Macron.
Ambos países «promoverán el despliegue de herramientas de cooperación en el ámbito de la seguridad en ambos países, como los Centros de Cooperación Policial y Aduanera (CCPA) y todas las formas de operaciones conjuntas. En el futuro, reforzarán su intensa cooperación operativa para garantizar la seguridad de grandes eventos y llevar a cabo operaciones conjuntas de seguridad pública, a través, llegado el caso, de unidades operacionales binacionales». Este punto, además, según trasladaban fuentes de la delegación española no será inmediato y debe superar antes complejidades operacionales en su puesta a punto.
Este asunto fue abordado entre el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su homólogo francés Gérald Darmanin. La posición francesa apunta a una apertura gradual de estos pasos y no a una liberalización total con libre circulación. Se acordaba también que en lo que tiene que ver con cuestiones migratorias se creará un grupo de trabajo «que reunirá a los servicios responsables de la gestión de fronteras, migración, asilo, integración y lucha contra las redes de inmigración ilegal».
Respuesta a Estados Unidos
Ambos líderes se mostraron preocupados por la respuesta que debe dar la UE al plan de EE UU que ha aprobado 400.000 millones de dólares para infraestructuras de energía verde. Las ventajas y la agilidad del plan amenazan con alejar de Europa estas inversiones. «Europa está en un momento crítico por estas decisiones de EE UU que amenazan su industria, pero igual que hizo en la pandemia la UE sabrá compartir el diagnostico y reaccionar en positivo. Celebramos que EE UU se comprometa con la transición verde, pero hay que evitar que eso suponga la desindustrialización de Europa», dijo Sánchez.
En la misma línea se posicionó Macron: «EE UU ha decidido acelerar la descarbonización de su economía. Esto nos afecta. Se lo dije a Biden. Debemos negociar con EE UU regímenes de exención como tiene Canadá y México. Preservar nuestros proyectos de baterías eléctricas. Debemos dar una respuesta europea con tecnologías verdes y limpias. Ese es el mandato que le hemos dado a la comisión. Queremos mecanismos rápidos como los de EEUU, no fragmentar la UE».
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