Sánchez se va de Rabat sin fecha para la apertura de aduanas de Ceuta y Melilla, pero confía que sea «pronto»
El presidente del Gobierno se ha reunido con el Rey Mohamed VI y con el primer ministro del país
Sánchez niega que destituyera a Ábalos por el caso Koldo
París bien vale una misa, como es fama. Y un encuentro oficial con el Rey Mohamed VI bien vale reorganizar a marchas forzadas la agenda de todo un presidente del Gobierno, que este miércoles no faltó a su cita con la sesión de control en el Congreso, a primera hora, donde confrontó con Alberto Núñez Feijóo y las portavoces de Junts per Catalunya y Bildu, Míriam Nogueras y Mertxe Aizpurua, pero que inmediatamente después se puso rumbo a Marruecos. Cuando el avión presidencial estaba a punto de tomar tierra en Rabat, el Gobierno confirmaba que la visita anunciada con apenas 24 horas incluiría un encuentro mano a mano con el monarca marroquí. La entrevista duró unos cuarenta minutos, después de que Sánchez fuese recibido al pie de la escalerilla por el primer ministro, Aziz Ajanuch, un gesto cuyo simbolismo subraya La Moncloa, pues no siempre es el jefe de Gobierno el que recibe así a un mandatario extranjero, tarea que en muchas ocasiones se delega en algún otro miembro del Gabinete extranjero de turno. Luego, el jefe del Ejecutivo español mantuvo un encuentro bilateral con Ajanuch, y posteriormente un almuerzo de trabajo.
Sánchez, acompañado en todo momento por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se sentó con Mohamed VI pocos minutos después de las cinco de la tarde -misma hora que la peninsular- y ambos, en el breve tiempo en el que los fotógrafos capturaron la imagen del encuentro, intercambiaron palabras amables. El presidente le trasladó recuerdos de Felipe VI y le comentó que los Reyes guardan un grato recuerdo de su visita oficial a Marruecos. Mohamed VI le devolvió la cortesía y le expresó su deseo de conversar con el Rey de España por teléfono pues, precisó, hace tiempo que no lo hace.
El jefe del Gobierno español compareció posteriormente en el Palacio de Huéspedes, donde en una rueda de prensa trufada de preguntas sobre la actualidad española (caso Koldo o ley de amnistía) subrayó las buena sintonía con el país vecino. Lo hizo, incluso, destacando la colaboración para el Mundial de fútbol masculino de 2030, que acogerán conjuntamente los dos países junto a Portugal. Y, aunque sin grandes novedades, enfatizó el avance en el establecimiento de las aduanas en Ceuta y Melilla, para las que el trabajo previo de la administración española está completado, anunció, a expensas de que haga el suyo Marruecos. Las pruebas se completaron con «éxito», subrayó, el año pasado, por lo que «todo está listo para comenzar la cooperación regular de las aduanas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla». Si bien no pudo precisar una fecha para ello. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores consideran injustas las críticas en esta materia, dado que aseguran que la actuación del Gobierno es inédita en la historia de las relaciones con Marruecos, aunque aseguran que la implementación de esas aduanas es una cuestión de gran complejidad técnica.
La cuestión migratoria
Sánchez, igualmente, destacó la colaboración en materia migratoria o de lucha contra el narcotráfico, un asunto particularmente candente en nuestro país tras la muerte de dos agentes de la Guardia Civil arrollados por una narcolancha en la localidad gaditana de Barbate. Sobre lo primero resaltó la cooperación con las autoridades marroquíes para hacer pedagogía con las víctimas de las mafias que trafican con personas.
A preguntas de la prensa, se refirió también a las reivindicaciones del campo, el mismo día en que los tractores de los agricultores llegaron en varias columnas al centro de Madrid, con la competencia desleal de terceros países como uno de sus ejes discursivos. Sánchez mostró su respeto a las movilizaciones del sector primario, pero dejó clara su opinión de que «a nosotros también nos interesa que haya una apertura para poder exportar nuestros productos agrícolas», concluyó.
Sánchez aseguró haber recabado del primer ministro marroquí el compromiso de completar el trabajo para que las aduanas sean una realidad. Algo, señaló durante su comparecencia en solitario, que permitirá establecer un «comercio transparente y regular, que debe redundar en beneficio de las regiones vecinas».
La delegación de La Moncloa regresó satisfecha del encuentro. El presidente ensalzó la «positiva evolución de las relaciones comerciales» así como «el aumento de las inversiones». Fuentes del Gobierno destacan igualmente que son muchas las empresas que operan en el vecino del sur, con la particularidad de que ahora lo hacen también grandes compañías del Ibex 35. El año próximo año España tiene que organizar la Reunión de Alto Nivel (RAN) que se celebra con carácter bianual y alternativamente en cada uno de los dos países. Precisamente Rabat fue aplazando desde 2020 la que le tocaba albergar, en plena crisis del caso Gali, el líder del Frente Polisario que nuestro país decidió acoger para tratarse de Covid en un hospital de La Rioja. Un asunto que encrespó como pocas veces las relaciones bilaterales y que provocó una crisis migratoria de extraordinarias proporciones en Ceuta. Luego llegó el relevo en Exteriores en 2021, cuando Albares -dentro de una amplia crisis de gobierno- tomó la cartera de manos de Arancha González Laya, abrasada políticamente por la acogida de Gali.
Y con ese cambio de timón llegó un giro copernicano en las relaciones con Marruecos, tras admitir Sánchez en una carta a Mohamed VI la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, la antigua colonia española abandonada en los años 60 del siglo pasado tras la Marcha Verde. Un giro que le ha valido las críticas de propios y extraños, desde la oposición a sus aliados políticos, incluido el socio de coalición (Sumar), pero en el que no parece dispuesto a rectificar, como demuestra el viaje de este miércoles.
Sánchez no perdió tampoco la ocasión de referirse a la situación en la franja de Gaza, algo que «preocupa mucho a nuestras sociedades», afirmó en relación a la española y la marroquí. El presidente del Gobierno abogó por un «alto el fuego», como viene haciendo desde hace meses, así como «la liberación de todos los rehenes que ahora mismo permanecen cautivos por parte de Hamás».
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