Sánchez pide controlar la financiación de los medios y obvia la de los partidos

En aquél programa político con Sánchez como candidato, el PSOE se propuso «refundir la Ley de Partidos Políticos y la Ley sobre Financiación de los Partidos Políticos en una sola», así como «vincular la financiación que los partidos reciben del Estado, además de al resultado electoral en número de escaños y de votos, a elementos de democracia interna de los partidos, como la celebración de primarias, la limitación de mandatos o la paridad en las listas electorales».

Ocho años después, y a pesar de las repetidas recomendaciones del Tribunal de Cuentas sobre la «necesaria reforma de la financiación de los partidos políticos» para que éstos no tengan una «excesiva dependencia» de los ingresos públicos, el PSOE no ha impulsado ninguna reforma al respecto. Tampoco el propio Gobierno que preside, hacia el que el órgano fiscalizador también ha dirigido recomendaciones concretas, como que incluya a los partidos políticos con representación parlamentaria estatal o autonómica entre los sujetos a los que habría que aplicar medidas reforzadas de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo.

Después de sus cinco días de reflexión en los que amagó con dimitir, presentándose como víctima de una campaña mediática y de una guerra judicial o 'lawfare' contra él y su esposa porque un juez de Madrid ha abierto una investigación por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios alrededor de los contactos empresariales de Begoña Gómez tras una denuncia del sindicato Manos Limpias, el presidente del Gobierno consideró que debe conocerse «quién financia a los medios de comunicación» y apuntó a que no se está cumpliendo la ley de publicidad institucional al respecto.

En dos entrevistas concedidas a TVE y la Cadena Ser, Sánchez puso el foco en la financiación de «pseudomedios», digitales o páginas web que «esparcen bulos» y los presentó como peligros para la democracia. Incluso apuntó a que «determinadas empresas» y gobiernos autonómicos de PP y Vox financian a esos medios.

En la preocupación que el presidente afirma tener por la calidad democrática del país, según el contenido de las citadas entrevistas y del mensaje institucional sin preguntas de la prensa con el que comunicó su deseo de continuar al frente del Ejecutivo, Sánchez no se refirió a la claridad en la financiación de los partidos políticos, un asunto que la presidenta del Tribunal de Cuentas, Enriqueta Chicano, le viene recordando en algunas de sus últimas comparecencias, así como el propio órgano en sus informes.

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Según el último informe de fiscalización de las cuentas anuales de los partidos políticos, presentado el pasado mes de septiembre, donde se analizan los años 2018 y 2019 -el propio tribunal reconoce el retraso al respecto-, las formaciones de nuestro país dependen de la financiación pública en un 83%, mientras que la privada apenas supone un 17% de sus ingresos. Un porcentaje que fue en aumento, porque en 2018 la relación era del 71%-29%.

El 28 de marzo del año pasado, la presidenta del Tribunal de Cuentas acudió al Congreso para explicar a los diputados el informe de fiscalización del estado de las cuentas de los partidos políticos. Chicano incidió ya entonces en «algo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo: la necesaria reforma de la financiación de los partidos políticos». «En fin, puesto que ustedes están de acuerdo, pónganse a ello y démonos una norma de financiación de partidos políticos que a la ciudadanía nos deje tranquilos y que al Tribunal de Cuentas nos facilite el trabajo y para que ustedes también puedan trabajar mejor», afirmó Chicano con claridad.

En aquella comparecencia, la responsable del órgano se refirió a los problemas que supone la falta de regulación sobre el 'crowdfunding' o sistema de microcréditos de los ciudadanos, puesto que en la Ley de Financiación están prohibidas las donaciones finalistas. Las aportaciones, además, tienen que ser claras para la supervisión del Tribunal de Cuentas. Pero no existen límites a este sistema de recaudación usado en los últimos años por partidos como Podemos y Sumar, que han compartido y comparten gobierno con el PSOE de Sánchez.

En el último informe sobre la financiación de partidos, el Tribunal de Cuentas recomendó al Gobierno regular los microcréditos estableciendo cuantías máximas o prohibiendo que los concedan personas jurídicas. La transparencia en las cuentas de los partidos políticos no fue, sin embargo, uno de los asuntos a los que el presidente se refirió en las citadas entrevistas.

Ayer mismo, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, celebró que Sánchez «por primera vez ha reconocido que hay un déficit y una falta de democracia, y es positivo que, de una vez, haya abierto los ojos y se haya dado cuenta, a pesar de que durante años nos lo han negado en el Congreso», aprovechó la representante de la formación de Arnaldo Otegi para acercar a su causa las dudas del presidente sobre la calidad de la democracia española. El líder de Junts fugado de la Justicia, Carles Puigdemont, también ironizó sobre las reflexiones de Sánchez en el marco de la campaña catalana. «España está carcomida por dentro; es sistémico y estructural. Y toda esta carcoma la ve ahora Pedro Sánchez cuando le ha presentado una querella de pacotilla Manos Limpias a su mujer», afirmó este miércoles.