Pedro Sánchez lleva a Moncloa a Ion Antolín, quien hizo de Ferraz un apéndice del Gobierno

Ambos aparecieron este martes en la sala de prensa del complejo presidencial, donde tiene lugar todos los martes la rueda de prensa de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, y se sentaron en primera fila, como hace habitualmente quien ocupa ese cargo. Alegría terminó su comparecencia agradeciendo a Vallès su trabajo, y el colofón a la rueda de prensa, en la que comparecieron también los ministros Óscar Puente y Diana Morant, lo pusieron los trabajadores de la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) brindando un insólito aplauso a su ya exjefe.

Previamente se había producido la filtración previa por error del argumentario preparado para la portavoz por varios de los escándalos que salpican al Gobierno, desde la próxima declaración del exministro José Luis Ábalos ante el Tribunal Supremo (TS) a las acusaciones de cobro de mordidas a importantes dirigentes del Ejecutivo y del PSOE del comisionista Víctor de Aldama, pasando, cómo no, por las investigaciones judiciales en marcha contra Begoña Gómez y David Sánchez Pérez-Castejón, esposa y hermano del presidente. Una circunstancia que provocó incluso cierta chanza en el ambiente.

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Antolín no es nuevo en la SEC, donde precisamente llegó de la mano de Vallès en 2021, y desde luego no es nuevo en el equipo de Sánchez. A La Moncloa llegó tras una carrera que empezó como periodista y que derivó luego hacia la comunicación tanto institucional como corporativa (está en excedencia de una empresa del IBEX 35). Y luego, desde el verano de 2022 y hasta este martes, se ha ocupado de la dirección de comunicación de Ferraz. Sustituyó en el cargo a Maritcha Ruiz, una veterana socialista muy próxima a Adriana Lastra. Él, en cambio, es de la confianza del secretario de Organización, Santos Cerdán, que mantuvo con Lastra una encarnizada lucha interna.

La impronta de Antolín se notó pronto en el departamento de comunicación del PSOE, donde además Pilar Alegría sustituyó en la portavocía del partido a otro lastrista, Felipe Sicilia, hoy fuera de la política. Con una profunda renovación de su equipo, al que incorporó talento joven procedente de los medios de comunicación, Ferraz comenzó a funcionar como una eficaz y engrasada maquinaria comunicativa con La Moncloa. Lo hizo precisamente cuando más lo necesitó Sánchez, que a partir de ese 2022 se propuso a sí mismo, como explicitó en público, lograr «la remontada» frente a un PP que lideraba casi todas las encuestas. Llegó el tiempo de mayor agitación propagandística para defender giros copernicanos en la política de Sánchez, como la reforma del Código Penal para eliminar la sedición y rebajar considerablemente la malversación, como pago a ERC para garantizarse su apoyo en la anterior legislatura. Las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023 supusieron un serio varapalo para el partido y precipitaron la insólita decisión de Sánchez de disolver las Cortes justo al día siguiente de los comicios para celebrar elecciones generales en pleno verano, el 23 de julio de 2023. «Las cosas se pusieron muy difíciles», confesaría después en público el propio jefe del Ejecutivo. Y allí estuvo Antolín como uno de los hombres del presidente. De carácter tranquilo y afable, no exento de temperamento, siempre se mostró convencido durante toda la campaña de aquel mes de julio de que la remontada era posible.

Tras el triunfo contra pronóstico -en realidad una derrota frente al PP, que no le impidió a Sánchez alcanzar la investidura- su perfil fue creciendo. Siempre muy activo y beligerante en las redes sociales, en la estela de su paisano Óscar Puente, ha pisado en X cuanto charco ha encontrado por medio. Ora mandando borrar posts con alusiones personales precisamente al exalcalde de Valladolid y hoy ministro de Transportes, ora injuriando a un periodista crítico, al que comparó con Ochaita, el histórico líder de los Ultra Sur, la peña neonazi del Real Madrid expulsada del Bernabéu. Ahora ha liderado la migración del PSOE a Bluesky, la red alternativa a la de Elon Musk. Sus mensajes son una buena guía de por dónde va el partido, y de a qué dianas dispararán sus portavoces. En sus momentos más relajados cambia el paso compartiendo imágenes trucadas con inteligencia artificial.

En el último año ha sido uno de los más fieles escuderos de Begoña Gómez, a la que ha acompañado en varios de los momentos más críticos que ha tenido que vivir, como cuando fue a comparecer en la Asamblea de Madrid. También organizó la comparecencia de su abogado, Antonio Camacho, cuando el juez Juan Carlos Peinado interrogó a Sánchez en La Moncloa. Gestiones que puede que tenga que repetir en su nuevo cometido. En seis años, Sánchez acumula tres jefes de gabinete y otros tantos secretarios de Estado de Comunicación.