Sánchez acusa a PP y Vox de «xenofobia» aunque admite que la inmigración genera «fricciones»
El presidente anuncia una ley de familias y medidas para agilizar el arraigo y mejorar la integración de los inmigrantes a la cultura «laica» y de defensa de la mujer
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![Sánchez, haciendo una pausa en su intervención en la tribuna del Congreso para beber agua](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/09/sanchezvasoep-RRhYve81koftSIF9OXs3b4O-1200x840@diario_abc.jpg)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a convertir este miércoles una comparecencia monográfica en el Congreso de los Diputados, en este caso sobre inmigración, en toda una diatriba contra la oposición del Partido Popular (PP) y Vox, a los que ha ... tildado de nuevo de «xenófobos» por sus políticas en la materia. Entre ellas, le ha espetado a la bancada popular, la de utilizar a la Armada para que «deje de auxiliar náufragos y se dedique a hundirlos» o la de «cambiar los centros de acogida por campos de trabajo», algo que ha provocado la indignación de los de Alberto Núñez Feijóo.
Aunque el jefe del Ejecutivo, avanzado su discurso, de casi cincuenta minutos de duración, ha admitido que la inmigración genera «fricciones», y que esto ocurre en aquellos lugares de nuestro país donde es mayor su presencia. No sólo eso, sino que entre los anuncios que ha desgranado, además de una nueva ley de familias y medidas para mejorar el arraigo, ha introducido un plan de integración al que el Consejo de Ministros dará luz verde, ha precisado, en un mes. En concreto, Sánchez ha anunciado una reforma del reglamento de extranjería para agilizar los procesos de regularización de los inmigrantes que ya se encuentren en España, «eliminando trámites burocráticos innecesarios, ordenando las figuras de arraigo, y creando nuevas figuras en torno al empleo y las redes familiares».
«El segundo reto que nos plantea la inmigración, además de el de los flujos, es el de la integración», ha señalado Sánchez, quien tras decir que «como sociedad abierta y plural que somos, debemos respetar la diversidad de quienes se instalan en nuestro territorio», ha añadido que «también debemos reconocer que las diferencias culturales a veces generan... en fin, generan fricciones, especialmente en aquellos lugares donde hay una mayor presencia de personas migrantes».
Por ello, y apelando claramente a su socios de coalición y parlamentarios, ha abogado por que «desde el Gobierno, y también desde las fuerzas progresistas, no podemos ignorar estas fricciones, tachando automáticamente de xenófobas a quienes las denuncian», ha concluido. Un razonamiento que a Sánchez le ha llevado a propugnar que «debemos ayudar a los migrantes a integrarse, y debemos emplear los recursos necesarios a ello, aunque la derecha y la ultraderecha lo critiquen, ¡si lo van a criticar siempre! Por eso, debemos también proteger las leyes, los valores, las costumbres de la sociedad española, con la misma convicción».
El presidente del Gobierno ha diagnosticado que otros países cercanos, que han recibido antes que España importantes flujos migratorios, «han fracasado en este objetivo, y de ahí también el avance de la ultraderecha. No han logrado una integración efectiva y una convivencia plena, y nosotros, señorías, no podemos fracasar. No nos lo podemos permitir», ha sentenciado. Con gran énfasis, y antes de recibir una fuerte ovación de su bancada, Sánchez ha concluido su discurso afirmando que «los españoles somos hijos de la migración, no seremos padres de la xenofobia. Hagamos una política migratoria de la que nuestros mayores puedan sentirse orgullosos. Y hagamos una política migratoria que garantice el futuro de sus nietos».
Sobre la anunciada ley de familias, Sánchez ha precisado que aumentará las ayudas a las familias «monoparentales y numerosas, familias migrantes y aquellas que tengan algún miembro con discapacidad», algo que ha hecho prorrumpir en una fuerte ovación a la bancada socialista.
Inmigración y reto demográfico
A juicio del presidente del Gobierno y líder del PSOE, esta última cuestión está totalmente vinculada con la inmigración, como tampoco lo está, ha explicado, el reto demográfico. Algo que ha sintetizado así: «La verdadera clave para superar el reto demográfico pasa, también, por gestionar e integrar el fenómeno migratorio».
Ya hacia el final de su discurso, Sánchez ha subrayado que «las personas migrantes, como cualquier ciudadano, no solo tienen derechos, sino también obligaciones. Y siendo una de ellas respetar los valores constitucionales, las leyes, y por tanto las costumbres y las culturas de nuestro país». Afinando aún más, el presidente se ha referido, en este contexto, a «cuestiones como la libertad de expresión, como la laicidad del Estado o la autonomía de las mujeres son conquistas, y por tanto pilares esenciales de nuestra identidad que todo el mundo debe respetar. Sean quien sean, vengan de donde vengan». Algo que ha pronunciado sin citar a ninguna nacionalidad o confesión religiosa concreta.
A eso obedece otro de los anuncios de su discurso, que se implementará en «las próximas semanas», según ha anunciado, el de un plan nacional de integración y de convivencia intercultural, que «tendrá recursos y medidas para fomentar la integración de los extranjeros en nuestra sociedad».
Por lo demás, Sánchez ha pedido al PP que apoye la reforma del artículo 35 de la ley de extranjería para el reparto de los menores no acompañados entre las comunidades autónomas, que fue rechazado en verano también con los votos de Junts, grupo al que el presidente ha evitado apelar en esta materia. Además, el jefe del Ejecutivo, que lo es del Gobierno de la cuarta economía de la Unión Europea (UE) que además hace frontera sur del club comunitario y del continente, ha asegurado que reclamará a Burselas una política en materia migratoria «corresponsable y solidaria». Algo que pasa, según ha explicado desde la tribuna de oradores, por exigir que «toda Europa se implique de manera efectiva en la gestión de los flujos migratorios que recibimos los países mediterráneos».
Más concretamente, por exigir a la nueva Comisión Europea el adelanto de la entrada en vigor del pacto de migración y asilo para que estén ya en marcha las herramientas de control fronterizo y de reparto de inmigrantes, de tal modo que se haga ya el próximo verano y no en el de 2026, como está previsto inicialmente. La semana que viene Sánchez asistirá a la reunión de octubre del Consejo Europeo en Bruselas.
El discurso de Sánchez ha puesto especial acento en combatir lo que considera una preocupante «desinformación» sobre el fenómeno migratorio. Así, ha dicho que el 95% de los inmigrantes que llegaron a España la última década lo hicieron de forma legal, y sólo un 6% de forma irregular, principalmente por mar o entrando a través de Ceuta y Melilla. El presidente del Gobierno ha dicho que mientras la derecha les acusa de «vagear» lo cierto es que la mayoría realiza profesiones «invisibilizadas y con un alto grado de precariedad», hasta el punto, ha señalado, de que «sectores como la agricultura, la construcción o la hostelería se hundirían sin ellos, ya que suponen entre el 25 y el 50% de sus trabajadores».
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