La resistencia cívica ante el ascenso de Bildu
ABC reúne en San Sebastián a miembros de Basta Ya, el movimiento cívico desde el que plantaron cara a ETA y su entorno cómplice. Hoy reflexionan juntos en vísperas de unos comicios con los proetarras de favoritos por primera vez
El PNV se lanza a por el voto útil del PP para frenar a Bildu

Para Maite y Fabián, el funicular de San Sebastián les recuerda su infancia. Gorka señala, mientras ascendemos, dónde están las casas que fueron de Chillida y Sorolla. Exactamente donde yo quiero una. Al llegar, ya están allí José Ignacio, Ángel e Ignacio. No tardan en ... unirse Aurora y Rubén. Todos se saludan con afecto. Algunos hace mucho que no se ven y se alegran sinceramente del reencuentro. Las vistas desde el Monte Igueldo, pese al día nublado, son espectaculares. Incluso para ellos, acostumbrados ya, que contemplan a sus pies la ciudad donde el que más y el que menos se ha dejado algo valioso en el camino de la defensa de la libertad y los derechos para todos. Esa en la que se enfrentaron al terrorismo desde la militancia cívica por la paz y que, este domingo, está a punto de ver cómo los herederos de la barbarie podrían conseguir la victoria en las urnas. Sin condenar, sin reconocer y sin lamentar el horror de los que son responsables. Sin pronunciar ante sus víctimas la palabra perdón.
Rubén Múgica, miembro de Covite y, en su momento, de Basta Ya, es hijo de Fernando Múgica Herzog, asesinado por Francisco Javier García Gaztelu 'Txapote' y Valentín Lasarte. En su opinión, estamos a punto de volver a la situación del País Vasco en los 80 o los 90 aunque, afortunadamente, sin muertos. «A un nacionalismo con el 70% de los votos y un constitucionalismo desaparecido. El PSOE está desnortado y el PP no se sabe ni dónde está». «El Partido Socialista se sabe dónde está y no es positivo». Quien tercia es la juez Aurora Elósegui, pionera en la atención judicial a la discapacidad y ligada a Basta Ya desde sus comienzos. «Y el PP aquí hace lo que puede porque, con la colonización de las instituciones a través de la utilización que ha hecho Pedro Sánchez del poder, es muy difícil hacer oposición». «Se está permitiendo el auge del nacionalismo», contesta Múgica, «porque, con esa posición acomodaticia, no hay constitucionalismo en el País Vasco». Aurora está de acuerdo. El resto también. Rubén abre el debate: «Creo que hay algo más amplio que ocurre en toda España y es una polarización política tremenda, un enfrentamiento insoportable».
«Pero nosotros, los particulares, no estamos dispuestos a enfrentarnos», interviene Ángel García Ronda, historiador, articulista y diputado socialista durante cuatro legislaturas. El pasado septiembre se dio de baja del partido, «pero la política es otra cosa». «¿Pero para qué hacemos política?», se pregunta Aurora. «Porque queremos de alguna manera gestionar la cosa pública. No hay otra forma de hacerlo. Y es el sistema de partidos el que nos hemos dado, aunque en este momento sea un desastre. Pero aquí, en Euskadi, el problema es que los años de ETA han dejado huella y secuelas. Y eso, fuera, no lo han vivido».
«Pero, ¿qué pasa después de la lucha contra el terrorismo de ETA?», dice José Ignacio Eguiguren, miembro también de Basta Ya y socialista, aunque se dio de baja del PSOE en tiempos de Rodríguez Zapatero. «Aquí somos responsables todos, porque abandonamos los movimientos sociales», reprocha Aurora, «por la lucha partidista en la política. Nos olvidamos de eso: Basta Ya no tenía que haberse extinguido». Tercia Fabián Gutiérrez, miembro activo de lo movimientos cívicos desde 1979, antes incluso de que se constituyesen como tal. Apunta que, quizá, se extinguieron porque ya habían cumplido sus expectativas. «Y quizá no merecía ya la pena seguir. A mí todo esto me recuerda a una secuencia de la película de Billy Wilder 'Uno, dos, tres', donde el gerente de la jefatura acusa a su secretario de ser un nazi. Le dice 'usted estaría muy contento con Adolf ahora' y aquel le contesta 'yo trabajé en el inventario toda mi vida y no me enteré de ningún Adolf'. Es lo que ocurre aquí con ETA: no ha existido nunca, nadie sabe qué ocurrió». «Lo acaban de decir en el debate electoral, desprejuiciadamente», añade Rubén, «que ETA no era una banda terrorista, que era una formación armada».
«Quizá no lo supimos hacer bien». Se hace un silencio. Todos miran a Ignacio Latierro, librero de la mítica Lagun, activa defensora de la democracia en la dictadura franquista primero y frente a ETA después; lugar de encuentro para constitucionalistas de todo signo. «Lo hicimos lo mejor que pudimos y que supimos», replica Aurora. «Pues no hemos sabido convencer a los que defienden los valores de la Constitución, de que tienen que ir a votar», le contesta aquel. «Quizá estamos olvidando una cosa», dice Maite Sánchez, librera y miembro de la formación cívica desde sus comienzos. «Basta Ya tuvo una virtud que fue la de la de señalar las raíces políticas del terrorismo y ser un movimiento pacifista. Pero eran los 80, recordemos lo que suponía simplemente salir a la calle. Ha habido historias muy dramáticas y trágicas. Su otra gran virtud fue la de ser un movimiento popular que representaba ideológicamente a las diferentes corrientes constitucionales». «Y eso inevitablemente tiene un final», completa Fabián, «porque tiene un objetivo. Y ETA acaba, aunque no como nos gustaría».
La deriva del PSOE
«Era el momento de la política», interviene Gorka Maneiro. Es el más joven en la mesa, pero es que era casi un niño cuando empezó en su militancia cívica (acabará en Basta Ya desde sus comienzos y siendo diputado en el Parlamento vasco por UPyD). «Pero llega ese momento crítico, cuando PP y PSOE están a punto de ser superados, uno por Ciudadanos y otro por Podemos, y debilitados. Y ambos tienen que recuperar prestigio. Pero en Euskadi, como en Cataluña, el electorado tiene otras opciones de voto. Aquí una de ellas, el PNV, es muy sólida». «Yo creo, además, que en la política española, una de las peores cuestiones es la deriva del Partido Socialista desde la entrada de Sánchez», señala Rubén. «Totalmente de acuerdo», sentencia Aurora. «Partido del que yo me he ido ya desesperado», lamenta Ángel. «No es solo que haya llegado al poder y en esas condiciones, sino que sigue empeorando. La ciudadanía ha confiado en él, pero no lo ha merecido». «Pero el proceso de degradación comenzó bastante antes», puntualiza Múgica. «Sánchez es la secuela de Zapatero, que es un hombre de mentalidad absolutamente divisiva y polarizadora, y marca el final de los movimientos sociales y de las asociaciones de víctimas del terrorismo».
«A mí me parece un tema fundamental», interviene Aurora, «volver a la defensa de los valores constitucionales: la no discriminación, la igualdad, la solidaridad entre todos». «Ante estas elecciones, se nos plantea a todos un problema», dice Latierro. «Yo creo que ninguno estamos conformes con ninguna opción al cien por cien». «Haría falta una alternativa constitucionalista que de verdad defendiera esos valores», dice Eguiguren. «Yo estoy preocupada y desolada por el abandono de aquellos acuerdos para las cuestiones fundamentales que sí hemos sabido hacer en épocas muchísimo más difíciles que las que vivimos hoy», lamenta Aurora. «De esta situación somos responsables todos, pero algunos tienen mucha más responsabilidad que otros. Pero no podemos vivir en la nostalgia y el abandono de la participación política, hay que actuar y votar en consecuencia».
«Me gustaría hacer una lectura positiva», concluye Múgica. «Hay unos partidos políticos enfrentados de forma casi fratricida, lo que no conduce al optimismo, pero creo que eso no ha calado en la sociedad. Están fracasando en eso los partidos que, como los nacionalistas en País Vasco y Cataluña, buscan la voladura del Estado por la vía del enfrentamiento. En la calle y entre la gente. Y, por mucho que tengan el poder, ese va a ser su gran fracaso».
Comienza a ponerse el sol y toca descender de nuevo en el funicular de la infancia de Maite. Lo haremos escuchando juntos, en esta tarde de abril y en la voz de Imanol Larzábal, ese «adiós a las penas de abril» con el que solía acabar cada homenaje a Joseba Pagaza.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete