La relación entre PP y PNV alcanza su momento de mayor tensión
Los populares acusan a los peneuvistas de ser «uno de los mejores peones de Sánchez»
![Feijóo y Esteban durante la investidura fallida del presidente del PP](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/20/feijooypnv-RaQ6V7YWGNmCbw84I5Ao8wI-1200x840@abc.jpg)
La ausencia del lendakari Urkullu en la comisión del Senado sobre la amnistía se ha convertido en el último punto de fricción en la relación entre PNV y PP, muy deteriorada desde hace tiempo. Los últimos portazos peneuvistas a negociar cualquier acuerdo de ... investidura mientras los votos de Vox fueran necesarios, incluso aunque los de Abascal no entraran en un hipotético Gobierno, o los duros reproches de Feijóo durante el debate de investidura han terminado por dinamitar una relación que hace bastante dejó de ser todo lo cordial que solía.
La buena sintonía comenzó a desgastarse en 2018, cuando el PNV apoyó la moción de censura de Pedro Sánchez pocos días después de haber pactado los presupuestos con Mariano Rajoy. «Creemos que respondemos a lo que mayoritariamente demanda la sociedad vasca», dijo entonces el portavoz peneuvista, Aitor Esteban, desde la tribuna tras acordar con Sánchez que los nacionalistas vascos serían «socio preferente» de su Gobierno.
Buena muestra de que en el Partido Popular sigue escociendo aquel desaire son los reproches que Feijóo lanzó al propio Esteban durante su investidura fallida del mes pasado. En un tono bronco que sorprendió al PNV, le reprochó haberse mimetizado con los de Otegi. «Bildu es quien hace las leyes que tiene que aplicar el PNV en el País Vasco», le espetó Feijóo. El líder de los populares incluso calificó a los de Ortuzar de «clínex» de un Sánchez que les ninguneaba constantemente.
A pesar de que Feijóo trató de limar asperezas acercándose al escaño de Esteban al terminar la sesión, el debate a cara de perro escenificó que poco o nada queda de la supuesta relación cordial que unía a Urkullu y al líder del PP cuando este era presidente de Galicia. El PNV dio desde un inicio portazo a los populares y niega cualquier posibilidad de acuerdo mientras Vox siga siendo necesario en la ecuación. Tampoco el lendakari quiso interceder en favor de Feijóo cuando le solicitó reunirse para abordar su investidura. A pesar de que hubo una época en la que coordinaban las convocatorias electorales o sus peticiones en la estrategia contra el Covid, cuando Urkullu recibió la llamada de Génova se limitó a señalar que no era el interlocutor adecuado, porque las negociaciones políticas corresponden al partido y no al Gobierno autonómico.
El presidente vasco dio entonces plantón al PP y lo ha vuelto a hacer esta semana en la comisión que habían convocado los populares en el Senado para debatir acerca de la amnistía. Lo cierto es que a Urkullu la fecha le pillaba a contrapié, ya que apenas unas horas antes finalizaba un viaje oficial a Japón, donde ha intentado cerrar acuerdos económicos y comerciales para el País Vasco. A su llegada, ya confirmó a los periodistas su nula intención de acudir a la Cámara Alta porque, además de estar prácticamente solapada a su regreso, no tenía nada nuevo que aportar. El lendakari insistió en que todo lo que tenía que aportar al respecto «ya lo había dicho» en su comparecencia durante el proceso judicial y criticó que solo se tuviera en cuenta el punto de vista de los presidentes autonómicos para «una campaña política de interés partidario del Partido Popular».
Desde el PNV han insistido en esa misma idea a lo largo de toda la semana. Su presidenta en Vizcaya, Itxaso Atutxa, calificaba de «mitin» la sesión del Senado del pasado jueves y criticaba que las políticas de los populares sean «más anti que constructivas». En una entrevista radiofónica, Atutxa les reprochaba estar en una búsqueda de «una segunda vuelta de las generales», ante la «incapacidad» de Feijóo de lograr apoyos para su investidura.
El propio lendakari elevaba el tono ayer en el pleno de control al Gobierno vasco, Carlos Iturgaiz (PP) le reprochaba el «feo institucional» que había hecho al Senado. Urkullu le respondió calificando la sesión de «propaganda» y acusando al PP de «instrumentalizar» las instituciones con fines políticos. «Tenemos experiencia y recorrido suficiente como para detectar cuándo una convocatoria responde a una mera estrategia partidista», insistía.
Para el PP vasco esa estrategia evidencia que el PNV es «uno de los mejores peones de Sánchez». «No sé si es un desplante chulesco o una cobardía», retaba su portavoz parlamentario, Carmelo Barrio, ayer en una entrevista. Todo ello, además, en un contexto preelectoral con encuestas que no descartan que el PNV pierda su hegemonía. A la vista del nivel de reproches, parece poco probable que la relación se reconduzca, al menos a corto plazo.
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