El PSOE teme que la guerra entre Iglesias y Díaz lastre a la izquierda
Miembros del Gobierno consideran que la vicepresidenta no cree en Podemos y que llevará «hasta el límite» el conflicto
Editorial | Podemos apunta al socialismo
Podemos reta a la vicepresidenta a que se someta si quiere ser candidata a las generales
![Irene Montero y Pablo Iglesias, este domingo en un acto de Podemos](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2022/11/07/iglesiasmonteropuo-RRx9WLmxOtuUVdz4gzfKfyN-1200x840@abc.jpg)
La pugna entre Podemos y Yolanda Díaz para configurar el nuevo espacio electoral a la izquierda del PSOE amenaza con enquistarse y condicionar el largo periodo preelectoral, primero hasta las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo y después hasta las elecciones ... generales previstas para diciembre de 2023. En las filas socialistas consideran «preocupante» la situación de sus aliados.
La certeza de una candidatura única a la izquierda del PSOE capitaneada por la actual vicepresidenta segunda del Gobierno era el escenario esperado por todos. Pero nadie se atreve a presentarlo ahora como una certeza absoluta. Aunque en algunas regiones y municipios gobernadas por los socialistas limitan el efecto de este choque. «Aquí Podemos no existe», relata un alcalde socialista. «Dependemos mucho menos de ellos de lo que parece», defienden desde un gobierno regional. La decena de diputados, ministros, altos cargos, alcaldes y presidentes autonómicos consultados tienden a coincidir en el efecto nocivo para los intereses de la izquierda en su conjunto.
En público, el mensaje es mucho más plano y evitando la polémica. La portavoz de la Ejecutiva Federal y ministra de Educación, Pilar Alegría, no quiso entrar ayer a valorar cuestiones internas. «Las decisiones orgánicas les corresponden a ellos y no al PSOE», dijo en rueda de prensa en Ferraz. Pero sí apunto a lo que se considera fundamental en el PSOE: «Espero y deseo que todos los partidos que somos progresistas tengamos una importante capacidad de movilizar al electorado».
Pero lo cierto es que existe una preocupación por la capacidad de Díaz de armar un proyecto unitario y los efectos que eso podría tener en la movilización: «La sombra alargada de Iglesias sigue ahí. Si no estás unido va en detrimento de la participación de la gente progresista», lamenta un diputado. «Si se lían tanto entre ellos la verdad es que sí que nos lo ponen difícil», reconoce un líder autonómico.
Lo cierto es que en el PSOE no existe un diagnóstico claro de lo que está sucediendo ni de qué parte lleva razón. «Se la van a cargar y la derecha está frotándose las manos», lamenta un dirigente socialista, que muestra sus dudas respecto a que la vicepresidenta vaya a aguantar el pulso de Podemos. Yolanda Díaz ha planteado agrupar en su plataforma Sumar a todo el espacio político a la izquierda del PSOE, pero bajo ese nuevo paraguas y no mediante una coalición de partidos como pretende Podemos, que quiere hacer valer su mayor estructura orgánica.
«Díaz no cree en Podemos»
Un ministro acostumbrado a despachar con Díaz corrobora que «ella no cree en la marca Podemos» y que es difícil imaginar que acepte una fórmula que confiera un peso singular y decisivo a la formación morada. «Van a llevar el conflicto al límite. Ella para que ellos se integren en Sumar. Y Podemos para forzar una coalición entre iguales. Y estoy seguro de que ellos van a amenazar con ir por libre», reflexiona este ministro.
Otro miembro del ala socialista del Consejo de Ministros considera «comprensible» el pulso que está lanzando Podemos porque «Iglesias confió en ella y ella se ha creído más lista y les ha traicionado. Ha sido desleal», señala este integrante del Gobierno.
La confianza en las filas socialistas radica en que todavía queda tiempo para los comicios y en que esperan a que en última instancia primará el rédito electoral. «Todo se encarrilará, esperemos que sea lo más rápida y razonablemente posible», señalan fuentes de La Moncloa. «Esto es ruido en noviembre, mientras que no lo alarguen en el tiempo... queda mucho para mayo y para las generales», en alusión primero a las municipales y autonómicas y después a las elecciones a las Cortes Generales que Sánchez tiene previsto convocar para diciembre de 2023, agotando la presente legislatura.
Además de todas las consideraciones anteriores, en la Ejecutiva Federal de los socialistas tienen claro el peligro de que finalmente el espacio a su izquierda se disgregue, como ya ha ocurrido en algunos territorios. Véase, sin ir más lejos, lo ocurrido el pasado mes de junio en las elecciones autonómicas en Andalucía. Algo que expresan de manera gráfica, aludiendo al reparto de escaños por provincias en las generales: «Ojo con los restos». Y es que en un sistema político con otros tres partidos fuertes además del espacio a la izquierda del PSOE, lo que abarca a PP y Vox, la fragmentación podría afectar al cuarto en discordia en determinadas circunscripciones pequeñas, las que menos escaños reparten.
Pese a ese temor a que la batalla cada vez menos disimulada entre Díaz y Podemos, puesta de manifiesto este fin de semana de manera descarnada por Iglesias, los socialistas intentan que ese escollo en el camino no afecte a su estrategia, centrada más que nunca en el ataque directo a Feijóo, en un momento en el que consideran que el líder de la oposición ya no vive el momento demoscópico dulce del inicio de su mandato como presidente del PP, adonde llegó el pasado mes de abril, tras la salida de Pablo Casado.
La propia Pilar Alegría, en su comparecencia ordinaria de todos los lunes, aseveró que «lo que vamos comprobando, en todos los parámetros electorales, es que esa confianza con la que partió el señor Feijóo se va evaporando mes a mes y semana a semana». Una afirmación a la que añadió que «queda mucho tiempo, al señor Feijóo se le va a hacer eterno» en referencia al largo año que queda hasta las próximas elecciones generales de diciembre de 2023, con etapa volante en las municipales y autonómicas de mayo.
En esa línea, y a última hora de la tarde, los socialistas emitieron un comunicado y una declaración grabada y sin preguntas de su número dos, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la que exigieron a Feijóo una desautorización expresa de Isabel Díaz Ayuso, por unas declaraciones en las que la presidenta madrileña acusó a Pedro Sánchez de querer «amordazar» a la oposición. Ayuso comparó una actitud que a su juicio es de «tintes totalitarios» con la represión que se ejerce en Nicaragua, algo que provocó gran indignación de los socialistas, que trataron una vez más de crear una brecha entre el líder de la oposición y una de las principales dirigentes territoriales del PP, a a que acusan también de haber hecho descarrilar la negociación sobre el CGPJ.
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