El PSOE respira al mejorar dos escaños y poder reeditar gobierno con el PNV
Logran su mejor resultado en el País Vasco desde los 16 escaños de 2012
El mapa calle a calle de los resultados en las elecciones del País Vasco en 2024
Editorial: Bildu ya desafía al PNV
En el cuartel electoral de la calle Ferraz, la sede federal del PSOE, ayer la atención no estaba tanto en ese aceptado tercer puesto de Eneko Andueza, el candidato del PSE, sino en las cajas con los datos que la televisión pública iba ofreciendo del ... PNV y Bildu. Lo más importante para el PSOE era que este 21-A se mantuviera en el País Vasco el 'statu quo': seguir siendo la muleta del PNV y blindar su coalición.
Pueden respirar. Andueza logró ayer 12 escaños, dos más que en 2020, y un 14,23 por ciento de los votos. Traducido en votos son 149.205 papeletas socialistas. «Resultados magníficos», dijo este domingo la portavoz federal del PSOE, Esther Peña. En Ferraz celebraron que su crecimiento les permite volver a pactar una coalición de gobierno y entregarle la presidencia a la derecha nacionalista vasca. Toda su campaña fue enfocada en mantener ese rol. «Los socialistas decidiremos las políticas y condicionaremos el próximo gobierno vasco», presumió Peña desde Madrid, que se mofó de que el PP no llegase ni a diez escaños.
Aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lleve desde el 2018 dando pasos hacia la normalización de las relaciones con Bildu en el Congreso, incluso en diciembre les apoyaron para lograr la Alcaldía de Pamplona, los socialistas consideran que entregar el ejecutivo del País Vasco a la coalición que integra a Sortu, herederos de Batasuna, brazo político de ETA, es un salto cualitativo de difícil digestión y de muy alto coste político.
La alianza prioritaria del PSOE era con el PNV, que ayer empató con Bildu con 27 escaños, pero quedó por delante en votos. Junto al PSE logran 39 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta. Y lo consiguen por el crecimiento de Andueza. En Ferraz temían un escenario en el que Bildu se impusiera notoriamente al nacionalismo vasco y comprometiera esa suma PNV-PSE para la gobernabilidad.
La contradicción con Bildu
Durante toda la campaña electoral, los socialistas han tenido que lidiar con la contradicción de que Bildu es un aliado necesario para Pedro Sánchez en Madrid, que en campaña evitó incluso criticarles, pero un actor reprobable en el País Vasco después de que su candidato no se atreviera a tildar de banda terrorista a ETA.
La tercera posición les permite evitar que Bildu gobierne. Aunque sumen también 39 escaños con ellos, nunca fue una opción principal. Era de hecho su estrategia de campaña; que nunca fue salir a ganar, sino ser la muleta del nacionalismo vasco, como su eslogan dejó claro: «Vota al PSE, vota al que decide». Decisión que estaba ya tomada. Andueza evitó ayer hablar de pactos pero dejó clara la reedición del de siempre. «El PSE, una vez más, y como siempre lo ha hecho, volverá a estar a la altura de lo que se merece la ciudadanía vasca», aseguró el socialista desde Bilbao.
Es el mejor resultado del PSE desde 2012 y con respecto a 2020 han mejorado 26.880 votos. El aumento de la participación respecto a hace cuatro años, en plena pandemia del Covid, les favoreció. Pero fuentes de la dirección del PSOE apuntaron ayer a que también han podido nutrirse de votos de Podemos, que tenía seis escaños y ayer desapareció de la cámara regional, y en menor medida de caladeros de Bildu.
Los socialistas también rompen la tendencia decreciente que arrastraban de las gallegas de febrero y en las elecciones autonómicas. No obstante, se consolida la propensión de que el PSOE es una máquina eficiente en los comicios generales, pero que pierde votos a paladas en las comunidades autónomas y localidades donde existen opciones de izquierdas independentistas (como con el BNG, que fagocitó al PSdeG en febrero) y de carácter regional (como con Más Madrid, que quedó por delante del PSOE).
De hecho, en las generales del pasado verano el PSOE logró el primer puesto en las tres provincias vascas con 291.932 votos pero ayer se le fueron más de 100.000 a Bildu y otros partidos. A pesar de que no es comparable el resultado de ambos procesos, el propio presidente Pedro Sánchez jugó en la campaña a apelar a ese votante que le dio el primer puesto allí el 23-J.
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