Ferraz justifica la exclusión de Alfonso Guerra en la celebración del 28-O: «A lo mejor le pitan»
En el 25 aniversario del 82, con Zapatero en La Moncloa, Guerra participó en los actos organizados por el PSOE
Ni olvido, ni descuido, ni problemas de agenda, ni ausencia de «lista de invitados», como se llegó a esgrimir. Nada de eso. La exclusión de Alfonso Guerra de los fastos por el cuarenta aniversario de la primera victoria del PSOE el 28 de octubre de 1982 ... , que tiene lugar mañana, es una decisión de la Ejecutiva Federal de los socialistas plenamente consciente y justificada en dos motivos fundamentales, según admiten a ABC fuentes de la cúpula del partido. El primero, que Guerra ya no es, consideran, una figura tan querida por la militancia, y el segundo que su mala relación con Felipe González hace prácticamente imposible que ambos compartan cartel a estas alturas en un acto público del partido.
El ex presidente del Gobierno será el protagonista, junto a Pedro Sánchez, del acto que tendrá lugar este sábado en Sevilla, y al que la dirección no invitó al ex número dos, como él mismo se encargó de denunciar el lunes en una entrevista en Canal Sur Radio, donde con sarcasmo dijo: «¿Que yo no estaba hace cuarenta años? Estupendo, habría otros». Tampoco se le había invitado a la inauguración, el pasado 17 de octubre, de la exposición en la sede central de la calle Ferraz de Madrid sobre la campaña y los comicios de hace cuatro décadas, en los que Guerra tuvo un papel crucial como número dos del partido y jefe de la campaña electoral que llevó a un triunfo nunca repetido por partido alguno en España.
En cuanto al acto del sábado, Ferraz insiste en explicar que no es necesario invitar a alguien para que acuda, pero de inmediato ese argumento exculpatorio deja paso a las discrepancias de fondo con un histórico socialista que no se ha privado en los últimos años de pronunciar en público críticas a Sánchez, singularmente por sus alianzas con Unidas Podemos y algunos socios parlamentarios como Bildu.
Los socialistas han intentado excusar la presencia de Guerra en los actos que se han realizado hasta la fecha con la idea de que no había sido líder del partido. De hecho el acto de inauguración de la exposición conmemorativa en Ferraz reunió a Felipe González con José Luis Rodríguez Zapatero, Joaquín Almunia y Pedro Sánchez, es decir, el actual secretario general y todos sus antecesores vivos. Aunque más que una conmemoración de la victoria de 1982 parecía una glosa de los últimos 40 años, ya que de hecho la muestra tenía casi tantas fotografías de Sánchez como de González.
Pero el argumento de que el papel de Guerra no es tan crucial en una efeméride así casa mal con el precedente más inmediato. En el año 2007, con el PSOE también en el Gobierno central (coincidió con la primera legislatura de Zapatero) fue precisamente Alfonso Guerra uno de los maestros de ceremonias de la exposición «25 años, el triunfo del cambio». En aquel momento Guerra era aún diputado del Grupo Socialista, y no estaba como ahora completamente retirado de la política. En otros aniversarios de la victoria de octubre de 1982 en las urnas ambos han coincidido.
Alejado del partido
Dirigentes federales cuestionan la idoneidad de su presencia en un acto del partido «con lo que dice todos los días». Y trasladan además que podrían generarse momentos de incomodidad con las bases porque, consideran, su discurso está muy alejado de la realidad del actual PSOE, tanto en sus cuadros como en su militancia. «Si sale a hablar a lo mejor hasta le pitan» explican de manera gráfica. Es decir, prima la desconexión con su figura por delante del hecho histórico. Pese a ello, y tras denunciar él mismo su exclusión del aniversario en la citada entrevista radiofónica, el PSOE de Sevilla trató de aplacar la polémica y comenzó a invitar a todos los miembros de la lista socialista por esa circunscripción de hace cuatro décadas, que fue encabezada por el propio exvicepresidente de los primeros gobiernos socialistas.
Alfonso Guerra fue la mano derecha de González durante casi un cuarto de siglo en el partido, desde el congreso clandestino de Suresnes en 1974, el último celebrado en el extranjero, al de 1997, un año después de que el PSOE perdiera el Gobierno, y fue el primer vicepresidente primero del Ejecutivo surgido tras la mayoría absoluta de 1982, cargo que ostentó durante una década.
Desde ERC, insisten también en no demorar la cuestión: «mejor mañana que pasado mañana, por nosotros no será». Desde las filas socialistas insisten en una reforma para «amoldarnos» a otros países europeos. Pero también es cierto que a ERC le sigue costando reconocer ese delito ni a hacer pública una propuesta de rebaja. «No queremos participar de subastas públicas», señaló hace unos días su portavoz Marta Vilalta. El Gobierno insis
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