Psicólogos a bordo de los buques de la Armada
Las Fuerzas Armadas integran ya en sus programas el factor mental como una parte más de la preparación y formación de los militares durante su instrucción
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![Familiares despiden a militares en Canarias](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/09/08/despedida-canarias-efe-R4gEXn8y6s39mguOoRR6yCK-1200x840@diario_abc.jpg)
La muerte de un ser querido, una pelea con un compañero de trabajo, un episodio de ansiedad... Son situaciones que todo el mundo tendrá que afrontar en el algún momento de su vida. Pero no es lo mismo hacerlo en casa, en un entorno seguro, ... que encontrarse en medio del océano, dentro de un buque de reducidas dimensiones y sin ninguna vía de escape. De ello es consciente la Armada y por eso ha puesto en marcha un proyecto piloto para embarcar psicólogos militares en sus misiones.
El factor psicológico en las Fuerzas Armadas no es nuevo y se estudia desde hace decenios. Ha sido fundamental en múltiples contiendas tanto por sus factores desestabilizantes para el enemigo como por la necesaria preparación de los combatientes. Pero durante los últimos años está adquiriendo también un peso creciente como un elemento más de la formación y atención del personal militar. España no es ajena a esta corriente y los Ejércitos y la Armada trabajan en varios proyectos enfocados en la mente de sus efectivos, sobre todo cuando se forman para participar en alguna de las más de veinte misiones que hay desplegadas en el exterior, algunas de ellas no exentas de riesgos.
En el caso de la Armada la situación es especialmente sensible, ya que una parte importante del trabajo habitual de sus miembros discurre en el mar, lejos de sus familiares y compartiendo el mismo espacio con las mismas personas durante meses. Y si un buque tiene poco sitio para el aislamiento y la distracción, la situación en un submarino se multiplica exponencialmente.
El plan más novedoso de la Fuerza Naval contempla un entrenamiento psicológico para navegaciones de larga duración. En todas sus fases, desde el periodo previo al embarque hasta los últimos días de la misión, cuando la proximidad por la vuelta a casa aumenta los niveles de ansiedad y las probabilidades de roces entre el personal. Los psicólogos Diego Tomás Bascón, teniente coronel, y Alberto González detallan en un artículo de la revista de la Marina los tres períodos en las navegaciones que son más susceptibles de generar «una descompensación psicológica» en las dotaciones, amenazar su salud mental y el funcionamiento del grupo, llegando incluso a «comprometer la operatividad de la misión».
La primera de estas fases la constituyen esos días previos a la navegación, cuando aumenta el estrés por la proximidad de la separación de la familia y los preparativos para el embarque. La siguiente fase crítica se produce cuando se alcanza el ecuador de la misión, y la última tiene lugar durante los días previos al retorno. Todo ello sumado a cualquier situación excepcional o de crisis que pueda surgir durante la singladura. Para ello, la Armada ha diseñado un programa en el que un equipo psicológico apoya a la dotación y sus familias durante todo el proceso. De manera virtual durante la primera fase de la navegación y embarcados en los buques en la etapa final para facilitar la terapia con una tripulación a la que ya pasa factura la exigencia de la misión.
Proyecto piloto
El proyecto se ha aplicado de forma experimental durante el año en cinco buques de la Armada que han desplegado en misiones de distintas banderas y por todos los mares del mundo. Y en ellas, los psicólogos han identificado qué servicios coinciden en ser los más demandados por la dotación: adaptación psicológica para el personal de nuevo embarque, control del estrés operacional, primeros auxilios psicológicos, preparación de la familia, manejo de situaciones complejas, dinámicas de relajación o 'mindfulness'. Junto a ello, es fundamental el asesoramiento a los mandos en la comunicación de malas noticias o la elaboración de guías sobre el manejo del estrés.
Pero los marinos no son excepcionales y situaciones similares se dan en los Ejércitos de Tierra y del Aire, que trabajan en proyectos similares. Por ejemplo, la rama terrestre de las Fuerzas Armadas tiene un programa de entrenamiento para fortalecer psicológicamente a su personal. El objetivo: potenciar sus capacidades y habilidades mentales para optimizar el desempeño del combatiente en entornos difíciles. Según explica la psicóloga Martín, se ayuda a los militares a construir una mentalidad «fuerte y resiliente», aumentando la confianza en sí mismos y reforzando su capacidad de liderazgo.
Junto a la preparación técnica y la física, desde la antigüedad se ha hablado de la 'moral del militar' como un tercer elemento fundamental para la victoria. En la actualidad, ese concepto es el que ha pasado a denominarse «factor psicológico», según subraya en una publicación del Ministerio de Defensa el general Juan José Sánchez Ramos, Inspector General de Sanidad de la Defensa. La obra está destinada a psicólogos militares y mandos de unidades, lo que demuestra la importancia creciente que se está dando al factor mental en las Fuerzas Armadas. En todo momento se tienen en cuenta dos perspectivas para este tratamiento de los soldados: la correctiva, cuando ya se ha producido un hecho y se trabaja sobre él para paliar sus consecuencias, y la preventiva orientada a preparar a los soldados.
«Contribuir a la preparación psicológica de las fuerzas militares a desplegar en zona de operaciones, incrementando su resistencia y, por tanto, su eficacia, así como a minimizar los posibles efectos psicopatológicos adversos que pudieran surgir entre el personal desplazado». Ese es el objetivo para abordar un fenómeno cada vez más presente en la sociedad pero de especial relevancia en profesiones como la militar.
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