El PSE, clave para que Bildu gobierne dos capitales, cien pueblos y una diputación

El último Sociómetro, elaborado por el Gabinete de Prospecciones Sociológicas del Gobierno autonómico augura dos duras batallas entre PNV y EH Bildu en el País Vasco. La más ajustada está en la Diputación de Guipúzcoa, una plaza especialmente simbólica para los de Otegi, que ya gobernaron entre 2011 y 2015. De hecho, no es casualidad que su candidata a diputada general en ese territorio sea Maddalen Iriarte, hasta ahora la portavoz de la formación en el Parlamento regional. Se trata de un perfil especialmente carismático entre el electorado abertzale y un rostro muy conocido para los vascos después de tres décadas de trayectoria en la televisión autonómica.

La citada encuesta pronostica que en la Diputación el 35,9% de los votos serán para el PNV y el 33,1% para EH Bildu. La izquierda abertzale mejoraría así sus resultados en dos puntos respecto al techo que ya marcó en el año 2019, y se posicionaría en una situación de empate técnico con los de Ortuzar, que repetirían su último resultado. Por lo tanto, los votos del PSE, al que el sondeo otorga el 16,4%, serán decisivos a la hora de decantar la balanza.

La llave de la Alcaldía de Vitoria también estará, según el Sociómetro, en los socialistas vascos. Las cifras en la capital alavesa, que hasta hace no mucho fue feudo del PP vasco, estarían más ajustadas si cabe que en la Diputación guipuzcoana. Apenas hay un punto de diferencia entre la intención de voto al PNV (23,8%) y a EH Bildu (22,7%), lo que se traduce en un idéntico número de concejales. Los socialistas vascos se sitúan sólo un punto más abajo que ambos, con el 21,2% de los apoyos, por lo que previsiblemente el gobierno de la ciudad estará en manos de los seis concejales que le otorga la encuesta.

Se trata de un sondeo que se elaboró antes de que Covite destapara la presencia de 44 condenados por terrorismo en las listas de EH Bildu, y, por lo tanto, no recogen el efecto que esa polémica ha podido tener en el electorado. Sin embargo, la sensación extendida entre los partidos vascos es la de que apenas ha tenido efecto en el electorado de EH Bildu. Existe incluso la sensación de que el último movimiento de retirar a los siete condenados por delitos de sangre podría haber asentado aún más su tendencia al alza en el País Vasco.

Aunque, sin duda, con ese gesto Otegi y los suyos tenían en mente sus aspiraciones en Navarra, donde la polémica podría complicarle futuros pactos electorales en una ecuación donde los socialistas navarros (PSN) son también un factor clave. De hecho, Bakartxo Ruiz, la cara visible de EH Bildu en Navarra, compartió plano en todo momento con Otegi, coordinador general de la formación, mientras este leía la declaración en la que hace dos días informaba de la decisión de que los etarras condenados por asesinato no tomarían posesión de su cargo en caso de ser elegidos.

Recuperar Pamplona es la principal aspiración de la formación, después de que una retirada del apoyo del PSN en el último momento privara a Joseba Asirón del bastón de mando hace cuatro años. La última encuesta elaborada por Navarra Televisión asegura que los números salen, ya que con la ruptura de la coalición Navarra Suma la derecha regional podría perder entre uno y tres concejales, al concurrir PP y UPN por separado.

Según dicha encuesta, tanto EH Bildu como el PSN repetirían el resultado de hace cuatro años con siete y cinco concejales, respectivamente. Aunque hay sondeos que son más optimistas y creen que la coalición independentista podría obtener hasta ocho ediles. La irrupción de la marca Contigo Zurekin, que aglutina a todas las izquierdas como Podemos o Izquierda Unida, y que obtiene dos puestos, así como el hecho de que Geroa Bai, la marca navarra del PNV, mantenga sus resultados, hace que los de Otegi sientan que pueden acariciar la alcaldía con la punta de los dedos.

De hecho, ese cuatripartito es la opción de gobierno preferida por casi uno de cada cuatro pamploneses. El 18,8% también apoyaría un gobierno de PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin con pactos externos con EH Bildu, aunque no parece sencillo que los independentistas se avengan a aceptar esa fórmula si obtienen, como parece, el segundo mejor resultado después de UPN.

El propio Arnaldo Otegi aseguró en su primer mitin de campaña que «feijóos, adaneros, sayas o ayusos» no gobernarían mientras estuviera «en manos» de su partido. También pronosticó que los independentistas serían la «primera fuerza municipal» en el País Vasco y Navarra. Lo más probable es que tengan que conformarse con el segundo puesto, pero a tenor de las encuestas, EH Bildu también ampliará su presencia en los ayuntamientos. Hace cuatro años fue la fuerza más votada en 49 municipios y el pacto PNV-PSE solo consiguió arrebatarle cinco alcaldías.

No será sencillo que los peneuvistas puedan recuperar el mando en Galdácano o Durango, dos plazas vizcaínas importantes donde siempre habían mandado y que cayeron del lado independentista en 2019. EH Bildu también tiene consolidada su presencia en Guipúzcoa, donde gobierna 44 consistorios, más del doble que el PNV. La coalición abertzale ha asegurado que se ve con opciones de gobernar también un lugar tan emblemático para el socialismo como Éibar, donde ya han alcanzado varios pactos presupuestarios con el PSE.

En el caso de Navarra, los de Otegi ya tienen asegurado el mando en hasta 18 municipios donde solo se ha presentado la candidatura de EH Bildu. En las últimas elecciones también se hicieron con grandes municipios como Estella, Villaba o Tafalla. Este último se lo arrebataron a UPN gracias a un pacto con Geroa Bai e IU.