PP y Vox ultiman un encuentro para desbloquear Extremadura
María Guardiola refuerza su deshielo con Vox y busca fórmulas para lograr un acuerdo aceptable para ambos
Fernández Vara se postula para una investidura y hacer correr los plazos, pero todavía no tiene el mandato
La líder del PP asegura que la voluntad de llegar a un acuerdo «nunca ha desistido»
Paso adelante en la reconstrucción de los puentes en Extremadura. El PP y Vox volverán a sentarse para reconducir la situación y explorar un acuerdo que permita a María Guardiola convertirse en la próxima presidenta de la Junta de Extremadura. La reunión está prevista que ... se celebre en los próximos días. Podría ser antes del fin de semana. Ambas partes corroboran un deshielo claro y tienen prisa en visibilizar que el entendimiento es factible.
En Vox recibieron hace días un mensaje que planteaba que Guardiola quería retomar los contactos. Un mensaje que se recibe antes de la constatación pública del cambio de registro de la baronesa extremeña. La respuesta de Vox respecto a esa solicitud ha sido afirmativa. «Queremos retomar los contactos», aseguran.
Aunque el punto de partida sigue siendo distante. Guardiola continúa queriendo gobernando en solitario. En el PP extremeño dicen barajar diversas opciones que no pasan por la entrada de Vox en el Gobierno. Incluido alcanzar algún acuerdo que permita subsanar la configuración de la Mesa de la Asamblea regional, que ahora controla la izquierda. La líder del PP en Extremadura va a presentar una oferta a los de Abascal en esos términos. Un acuerdo que le permita cumplir su palabra, pero que sea aceptable para Vox.
Pero cerrar ese círculo será complicado. En la cúpula de Vox insisten en que necesitarán «garantías» para el cumplimiento de los acuerdos. Aunque la repetición electoral es algo que les gustaría evitar, entienden en Vox que para su electorado sería más difícil de aceptar que no lograsen garantías de cumplimiento de esas medidas que ir a elecciones de nuevo.
Movimiento de Vara
Pero lo cierto es que la comunicación entre las partes se ha restablecido hasta el punto de que el lunes Guardiola ya habló con los representantes de Vox en Extremadura para abordar cómo encarar la ronda que celebró ayer la presidenta de la Asamblea autonómica, que es la socialista Blanca Martín, después de que PP y Vox no alcanzaran un acuerdo la pasada semana tras la oferta que presentó Guardiola y en la que se contemplaba que Vox ostentase la presidencia de la cámara.
Esa oferta demuestra que para María Guardiola sentarse con Vox y ofrecer un acuerdo programático no es un problema. Su línea roja era que entrara en el Gobierno. Su decisión de plasmarlo en términos de incompatibilidad ideológica es lo que rompió los puentes y empezó a generar malestar en el PP, que en el conjunto del país a nivel municipal y autonómico tiene muchos acuerdos de gobernabilidad con Vox. La cuestión clave sigue siendo la entrada en el Ejecutivo de la Junta de Extremadura. Y lo que de verdad pondrá a prueba su crédito político.
En las consultas celebradas ayer se confirmó el movimiento del líder socialista, Guillermo Fernández Vara, para postularse como candidato a la investidura. El propio presidente en funciones de Extremadura explicaba ayer en rueda de prensa que es consciente de que no tiene posibilidades de que prospere su investidura, pero justifica el paso en que al menos así empezarán a correr los plazos. Con esta maniobra, Vara consigue que la primera investidura en el Parlamento extremeño se celebre antes del próximo 12 de julio, a escasas dos semanas de las elecciones generales del 23J.
Pero ese plazo corre cada día que Martín no lo proponga de forma efectiva para la investidura. Algo que ayer finalmente no hizo cuando se habría esperado su comparecencia. La posición de la presidenta de la cámara es compleja. Porque, de postular a Vara, estaría haciéndolo con un candidato que tiene a la mayoría absoluta en contra de la Asamblea. Así se lo confirmaron ayer Guardiola y el líder regional de Vox, Ángel Pelayo. La candidata del PP lo que le pidió a Martín es que quedase en «stand by» la investidura de Vara, que en el PP extremeño ven como «un teatrillo que se debe evitar».
Por su parte, Pelayo aseguró que se sentará con Guardiola «sin límites» ni «limitaciones previas», pero también que pondrá sobre la mesa sus «justísimas, sensatas, razonables y asumibles» reivindicaciones. Guardiola aseguró por su parte que «la voluntad de llegar a un acuerdo nunca ha desistido». Tras unos días muy duros, la líder del PP quiso evidenciar resiliencia: «No es fácil que yo me rinda», dijo, a la vez que se esforzó por dar coherencia al relato: «La posición del PP de Extremadura es la misma, la de la mano tendida, la de intentar llegar a un acuerdo y poner los intereses de Extremadura por delante de cualquier otra cosa». Ayer reforzó su reconocimiento a Vox como socio: «Es un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo», sostuvo. Algo clave en la sucesión de acontecimientos es que ella abandona la idea de repetición electoral y da por hecho un pacto: «Cuando lleguemos a ese acuerdo ustedes lo verán y podrán valorar», dijo al ser preguntada si va a rectificar e incluir a Vox en su Gobierno.
Vox diferencia posiciones
El panorama de relaciones entre ambos partidos es muy cambiante en función del territorio. No todo es Extremadura. «En Aragón la cosa va muy bien, despacito», refieren desde la cúpula de Vox. En Baleares también se espera que el acuerdo se produzca. Y en sendos casos la pretensión del PP es encabezar gobiernos en solitario. Jorge Azcón trabaja en Aragón con una negociación a tres bandas con Vox (7 parlamentarios), Teruel Existe (3) y el PAR (1). El conjunto de la izquierda suma los mismos 28 escaños que tiene el PP en solitario.
Azcón necesita el concurso de Vox, con cuyo voto favorable ya sería suficiente para lograr la investidura. Pero el concurso de otros cuatro diputados dispuestos a negociar diluye la dependencia de Vox y aumenta el abanico de opciones de Azcón. Algo de lo que es muy consciente. No obstante, en Vox defienden que hay «múltiples opciones» que no pasan en algunos territorios por entrar en el Gobierno. En Cantabria, por ejemplo, aunque el PP tiene sellado acuerdo de investidura con el PRC, en Vox no tuvieron problema en pactar la Mesa del Parlamento autonómico.
En Aragón se trabaja con las tres formaciones en acuerdos programáticos. En el ámbito municipal el PP de Aragón constata que ha habido entendimiento con esas tres formaciones donde ha sido preciso, fracasando los intentos del PSOE de atraer a alguna de las dos siglas locales que negocian con el PP. «Pese a los intentos del PSOE por desestabilizar, hemos conseguido un buen ambiente en las tres mesas de negociación», apuntan en el PP aragonés. Aunque los populares no prejuzgan que Vox ahora o más adelante pueda demandar entrar en el Gobierno regional, la idea con la que se trabaja es que el voto afirmativo del PAR permita a Azcón superar la suma de la izquierda para gobernar en solitario gracias a las abstenciones de Teruel Existe y Vox.
La balear Marga Prohens ya tiene por sí misma esa situación de una suma mayor que el conjunto de la izquierda. Al igual que en Aragón se cedió la presidencia de la Asamblea regional a Vox. Y se trabaja en un acuerdo programático que permita a la popular Prohens gobernar en solitario en las islas. También tiene esa suma por encima de la izquierda y de forma muy clara el presidente en funciones de la Región de Murcia, Fernando López Miras. El PP alcanza allí un 43% de voto y 21 diputados, a tan solo dos de la mayoría absoluta. Pero la otra cara de la moneda es que Vox tiene en Murcia un gran feudo con un 18% de votos.
Lo que obsesiona a los de Abascal son las garantías de cumplimiento. Y allí donde son determinantes para conformar el Gobierno entienden que entrar a formar parte del mismo es la única garantía de la que disponen. López Miras, que ayer fue formalmente designado como candidato a la investidura murciana, insistió en la fortaleza de su resultado, en que no hay un gobierno alternativo porque para ello Vox tendría que apoyar a PSOE y Podemos. Y no oculto que él tiene un proyecto distinto del de Vox y que quiere limitar la relación a los acuerdos parlamentarios.
Aunque la fortaleza del PP allí y las aritméticas son totalmente distintas a Extremadura, el sentimiento de Vox no es muy diferente. Pesa como una losa la experiencia de la turbulenta última legislatura. que fue muy dura para Vox en la región y en la que López Miras terminó recurriendo a expulsados de Vox para completar su mayoría. «Necesitamos control sobre las medidas», insisten en Vox en una lógica muy similar a la extremeña. La formación ya ha tenido experiencias de acuerdos programáticos que luego no se cumplían, como la Ley de Memoria de Andalucía en la anterior legislatura de Juanma Moreno.
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