Los planes de Vox: gestión en las regiones, choque en Madrid y la gran guerra ideológica en la UE
La dirección nacional supervisa la labor en las autonomías, clave para mostrarse como un partido institucional
En la estrategia contra Sánchez sí se admiten gestos antisistema, mientras que a Europa van los pesos pesados
Amaia Martínez repite como candidata de Vox al Parlamento Vasco
![Los diputados de Vox José María Figaredo y Pepa Millán en el Congreso](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/1478092427-ky5E-U601767979604GaG-1200x840@diario_abc.jpg)
El pasado 27 de enero la Asamblea general extraordinaria de Vox reeligió a Santiago Abascal como su presidente hasta el año 2028. Con este cónclave el partido de derecha radical trató de cerrar una etapa de zozobra interna y prepararse orgánicamente para un periodo político ... más complejo. Transcurridos un par de meses ya se pueden vislumbrar quiénes son los nombres que están funcionando, quiénes son las apuestas del partido y, a través de ellos, identificar los planes de un partido que fue fundado hace diez años.
El futuro, según creen en Vox, pasa por diversificar estrategias, porque no es lo mismo ser diputado en el Congreso, con el objetivo de hacer una oposición frontal a Pedro Sánchez; que presidente de un parlamento autonómico, que lo debe ser de todos los diputados; que consejero regional con presupuesto público, que debe responder por su gestión; que eurodiputado en un contexto continental e internacional en el que la derecha que representa el partido de Abascal va al alza.
La dirección de Vox siempre ha sido especialmente centralista y muy celosa de que las decisiones se tomen y se coordinen en la calle Bambú. Esto les ha generado problemas, como la fallida estrategia diseñada por el entonces secretario general Javier Ortega Smith para las elecciones andaluzas de junio de 2022 en las que se presentó Macarena Olona y que supusieron la primera gran decepción de un partido que hasta entonces no hacía más que crecer. El choque entre Ortega Smith y Olona destapó las miserias orgánicas del partido, su opacidad, y provocó la crisis orgánica más grave desde su nacimiento. El año que va desde la salida de Olona en julio del 22 a la de Iván Espinosa de los Monteros en agosto del 23 –las dos personas fuertes de Vox en su primera legislatura en el Congreso– visualizó una crisis de identidad, luchas de poder y una estructura orgánica fallida. Si a esto se suma su controvertida estrategia de comunicación, que incluye vetos a medios de comunicación, o la falta de transparencia en asuntos espinosos como sus cuentas, es obvio que Vox tenía un problema, sobre todo a la hora de transmitir la imagen de un partido maduro.
Zanjadas mal que bien las salidas de Olona y Espinosa y reelegido Abascal hasta 2028, la dirección de Vox se prepara para una etapa distinta e infinitamente más compleja. Las partidas simultáneas son tres: los gobiernos autonómicos, el Congreso y el Parlamento europeo. Y las respuestas son en cada caso, diferentes, aunque Vox busca que sean complementarias.
Menos gallardos y más pollanes
En lo referente a las comunidades autónomas, Vox quiere transmitir institucionalidad, mostrar capacidad de gestión, y con ello enviar un mensaje al conjunto de la sociedad. Se acabó la etapa de los mensajes incendiarios. Aquí adquiere un peso muy significativo la vicesecretaria de Acción de Gobierno, Montserrat Lluis, periodista con experiencia de gestión en medios y con alta capacidad ejecutiva que ha sabido ganarse la confianza no sólo del núcleo de decisión del partido, sino de su presidente. Nada se mueve en las autonomías donde Vox tiene poder sin que ella lo sepa.
Ya han pasado ocho meses desde las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, un punto de inflexión en los diez años de vida de Vox. Ese día, el partido tomó la decisión de negociar con el PP con una exigencia indiscutible: entrar en los gobiernos, empezar a gestionar. Hacerse mayores. Así fue como se forjaron los pactos de la Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, Islas Baleares y Murcia, que se unieron al precedente de Castilla y León. Hoy, transcurridos ocho meses, en la dirección Vox son conscientes de que ya no son un partido de oposición y de calle, ya no son un partido que se puede limitar a señalar los abusos del poder y del sistema. Forman parte del juego, gestionan dinero público y gobiernan sobre muchos millones de españoles.
Negociar la entrada en los gobiernos autonómicos no fue tarea fácil. Unos costaron más y otros costaron menos, en unos el reparto fue más beneficioso para el PP y en otros para Vox, pero lo cierto es que el partido de Abascal tenía clara su prioridad y nunca la escondió: una representación proporcional.
Nombres al alza
![Imagen principal - Montse Lluis](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/montse-U60534947919YoB-U38308774406SlM-148x83@diario_abc.jpg)
Montse Lluis
Vicesecretaria de Acción de Gobierno
![Imagen principal - Ignacio de Hoces](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/ignacio-ky5E--148x83@diario_abc.jpg)
Ignacio de Hoces
Diputado en el Congreso
![Imagen principal - Carlos Pollán](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/carlos-ky5E--148x83@diario_abc.jpg)
Carlos Pollán
Presidente de las Cortes de Castilla y León
Gabriel Le Senne
Presidente del Parlamento de las Islas Baleares
Fuentes presentes en aquellas negociaciones al máximo nivel revelan a este periódico que tras las elecciones autonómicas y municipales, el PP trató de disuadir a Vox para retrasar lo más posible los acuerdos, del mismo modo que el Partido Socialista impuso a Bildu no negociar la gobernabilidad de Navarra hasta pasadas las generales. Sin embargo, los negociadores de Vox fueron implacables: «Los nuestros no lo entenderían», advirtieron al PP. Y así fue como entre el 28M y las generales del 23J se empezaron a plasmar los acuerdos, que en el caso murciano no llegaron hasta septiembre.
Es cierto que la entrada de Vox en los gobiernos regionales y ayuntamientos tiene un antecedente, Castilla y León, con su primer vicepresidente de un Ejecutivo, Juan García-Gallardo, y su primer presidente de una cámara legislativa, Carlos Pollán. Aquel acuerdo se plasmó después de las elecciones adelantadas del 13 de febrero de 2022, cuando Alfonso Fernández Mañueco decidió convocar ante el temor de que su vicepresidente Francisco Igea (CS) se sumara a una moción de censura con el PSOE. Para la actual dirección de Vox, en esta nueva etapa la experiencia castellanoleonesa es significativa y el perfil de sus liderazgos allí permite extraer algunas conclusiones para la nueva etapa.
En privado se reconoce que perfiles como el del vicepresidente Gallardo en Valladolid o el de Ortega Smith en Madrid son cada vez menos útiles en el partido, porque contribuyen a su estigmatización y a la ridiculización de sus posiciones. Sin embargo, otros nombres igualmente combativos, pero más institucionales van ganando peso. En Castilla y León es el caso del presidente de las Cortes, Carlos Pollán, al que se le percibe ese esfuerzo por ser presidente de todos los procuradores. «Gallardo es incontrolable, cuando tiene un micro delante se desata. Ahora no necesitamos eso. Hay que potenciar otro tipo de perfiles», confiesan en privado desde la dirigencia de Vox, donde también se reconocen un esfuerzo de Gallardo por moderar sus expresiones públicas.
Nombres al alza
![Imagen principal - Alejandro Nolasco](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/alejandro-ky5E--198x111@diario_abc.jpg)
Alejandro Nolasco
Vicepresidente de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia del Gobierno de Aragón
![Imagen principal - Hermann Tertsch](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/1464167262-ky5E--198x111@diario_abc.jpg)
Hermann Tertsch
Eurodiputado y candidato a las europeas
![Imagen principal - Juan Carlos Girauta](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/03/31/girauta-ky5E--198x111@diario_abc.jpg)
Juan Carlos Girauta
Candidato a las europeas
La semana pasada tuvo lugar una reunión en Madrid con los presidentes de las cámaras autonómicas, prueba de que esa coordinación se vigila muy de cerca desde Madrid. Vox respalda a los perfiles que logran mantener el perfil combativo sin caer en la estigmatización: «Cuando tienes razón y das pie a que te ridiculicen acabas perdiéndola». En ese perfil, hay dos nombres, además de Pollán, que gustan en Madrid: Gabriel Le Senne, presidente del Parlamento de Baleares, que «ha crecido mucho gracias a cómo se ha gestionado la rebelión frustrada de los cinco traidores que intentaron echarle. Su capacidad de conciliación le ha hecho crecer y está cogiendo peso político de forma así accidental. Es el relevo». Y, en Aragón, el hombre fuerte para la dirección nacional es el vicepresidente del Gobierno autonómico, Alejandro Nolasco. «Es combativo, pero mucho más moderado en las formas». Un diputado relevante del Congreso lo explica así: «Estamos demostrando que no se ha roto nada, que sabemos gobernar y que las cosas se están haciendo bien. Los agoreros que nos dijeron que se iba a incendiar España se equivocaron, como era previsible».
Congreso: jóvenes de futuro
La salida de Olona y Espinosa le hizo un agujero a Vox difícilmente reparable. La decisión fue buscar perfiles nuevos y más jóvenes, pero con la certeza de que necesitarán tiempo para crecer en solvencia y en popularidad. Se trata de Pepa Millán, nacida en 1995, para llevar el discurso político; y José María Figaredo, de 1988, para tratar de convertirlo, como dicen en el partido, «en nuestro gurú económico». «Son dos apuestas clarísimas», dicen en el partido, conscientes de que aún queda camino por recorrer pero seguros de que cuajarán.
También gana peso Ignacio de Hoces, pero su rol se acerca más al de fontanero del grupo parlamentario que a cara visible del partido. La estrategia es completamente distinta a la autonómica: choque frontal con el Gobierno y diferenciación con el PP. Un buen ejemplo es su rechazo a que la ley de amnistía se tramite en el Senado, un posicionamiento que choca con la institucionalidad que se busca en las autonomías y que les mantiene con un pie fuera del sistema.
La gran lucha ideológica
Y Europa. Vox entiende que allí se va a librar «la gran batalla ideológica», y allí están los pesos pesados del partido, con Jorge Buxadé a la cabeza, y con nombres con mucho tirón mediático como Hermann Tertsch o el reciente fichaje Juan Carlos Girauta. En conversación con ABC, Tertsch vaticina un periodo de cambio en Europa tras las elecciones del próximo 9J. «En este momento en Europa hay una lucha ideológica muy importante». La agenda 2030, el pacto verde o la gestión de la inmigración son tres buenos ejemplos de políticas en las que Vox y su grupo parlamentario han hecho oposición frontal. La novedad es que, tal y como explica Tertsch, «hay un claro giro a la derecha y por primera vez va a haber una mayoría parlamentaria a la derecha del PSOE».
En este sentido, el eurodiputado, que repite en las listas, pone el foco sobre el PP europeo: «Se están moviendo muchas, muchas fichas, y el PP va a entrar en un dilema existencial en la próxima legislatura. Ellos se sentían muy cómodos en esa mayoría, en esa especie de gran coalición que evitaba que los socialistas se fueran con la izquierda: hoy por ti, mañana por mí. Un bipartidismo en el que ideológicamente le entregas la cuchara a los socialistas y tú mientras tanto haces vida normal». Pero eso «se acabó» y, por ello, Tertsch vaticina que la actual presidenta de la Comisión y candidata del PP a la reelección, Ursula Von der Leyen, «no va a salir». En su opinión, en esta nueva etapa, el reto no es sólo ideológico, sino de relaciones políticas personales con los distintos grupos. «Lo bien que trabaja Buxadé en los contactos políticos internacionales me tiene impresionado. Y la incorporación de Girauta se trata de una cuestión de principios y de lucha política. Va a cambiar todo».
Una década después, Vox quiere hacerse mayor como partido. En lo relativo a su proyección personal, Abascal siempre se miró en el espejo de Albert Rivera y Pablo Iglesias, pero no para imitarles sino para aprender de sus errores. Aquellos liderazgos tan fuertes, tan personalísimos y tan expuestos bajaron a la misma velocidad que habían subido, y el presidente de Vox quiere huir de esa fórmula con el objetivo no sólo de evitar el desgaste personal, sino de consolidar su formación. No es tarea fácil.
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