El nacionalismo vasco es más hegemónico que nunca

El resultado del nacionalismo vasco continúa la tendencia al alza desde 2009, las únicas elecciones donde fueron superados por el constitucionalismo y que permitieron el breve gobierno del socialista Patxi López (2009-2012) con el apoyo del PP. Antiguos feudos del voto constitucionalista están viviendo su máximo de voto nacionalista. En total, 109 de los 251 municipios vascos están en máximos de nacionalismo en unas autonómicas, entre ellos la localidad con más población, Bilbao.

Con un PNV estancado por el desgaste de cuatro décadas en el Gobierno, con la breve excepción socialista hace ya más de una década, en este resultado histórico para el nacionalismo el responsable del crecimiento es Bildu. La izquierda 'abertzale' ha logrado el 32,5% de los votos, su mejor resultado, superando el 27,9% logrado en 2020; mientras que el PNV se ha quedado en 35,2%, por debajo del 39,07% de las anteriores elecciones y de su mejor resultado histórico, el 42,7% en 2001.

Desde 2009, la suma nacionalista de conservadores y de izquierda 'abertzle' se ha disparado. Los feudos nacionalistas se refuerzan, y el nacionalismo ha penetrado también en los antiguos feudos constitucionalistas. En municipios pequeños como Oreja (Guipúzcoa) el voto nacionalista es del 100%, siguiendo la tradición, mantenida durante más de cuatro décadas de autonomía, de no meter prácticamente una papeleta que no sea nacionalista en las elecciones vascas. En Lizarza y Elduain, también en Guipúzcoa, el voto soberanista supera el 99%.

Antiguos feudos constitucionalistas están en máximos nacionalistas. Ermua (Vizcaya), la localidad vasca con mayor porcentaje de voto no nacionalista de media en todas las elecciones autonómicas, ha sumado en 2024 un 51,5% de voto soberanista, su máximo histórico. En Vitoria, la ciudad con menor media de voto nacionalista, el voto soberanista también no ha alcanzado su máximo, con el 51,0% de los votos, seis décimas menos que hace cuatro años . En la capital de Álava, el auge de Bildu también se ha sentido y ha acabado como el partido más votado.

Álava ha ido poco a poco mudando de color y ha dejado de confirmar la certeza histórica de bastión constitucionalista, tal y como Vizcaya es del PNV y Guipúzcoa de la izquierda 'abertzale'.

Si en Vitoria en las pasadas elecciones autonómicas los partidos nacionalistas superaron por primera vez el 50% de los votos, en Bilbao y San Sebastián rompieron la barrera del 60%, un techo que nunca habían roto. En estas elecciones, como en la capital de Álava, el nacionalismo no ha llegado a mejorar los resultados en la capital de Guipúzcoa, con un 61,6% de los votos, una décima menos que en 2020. En Bilbao, no obstante, los soberanistas sí han logrado su mejor resultado histórico, con un 62,0%, un punto más que hace cuatro años.

En otras grandes ciudades vascas como Baracaldo y Portugalete (Vizcaya), o Irún (Guipúzcoa), antiguos bastiones socialistas, tradicionalmente fuerte en las localidades industriales, los nacionalistas fueron mayoría por primera vez en las pasadas elecciones. En estas elecciones han marcado nuevos máximos. Ciudades como Santurce, Basauri y Lejona (Vizcaya), y Errentería (Guipúzcoa) rompieron por primera vez el techo del 60% de voto nacionalista. También en estas han roto su techo.

Las localidades grandes tradicionalmente nacionalistas también están en máximos de apoyo a partidos soberanistas. Zarauz y Hernani (Guipúzcoa) y Amorebieta (Vizcaya) superaron el 75% de voto nacionalista, y Guernica y Bermeo (Vizcaya) y Tolosa (Guipúzcoa), más del 80%. Azpeitia (Guipúzcoa) es la localidad de mayor tamaño con más de un 90% de voto nacionalista.