Bildu ya domina las urnas en dos de cada tres municipios vascos

El subidón de Bildu en las elecciones autonómicas está sostenido por las localidades pequeñas y medianas. Aunque el avance es general en toda la región, también en las ciudades, es en el País Vasco profundo donde ha recibido los sacos de votos que le han permitido lograr un resultado histórico. La importancia de su crecimiento en los municipios pequeños ha sido fundamental para este avance. No se trata simplemente de que en las pequeñas localidades vascas, donde la izquierda abertzale siempre fue fuerte, haya mejorado sus resultados electorales, subiendo sus porcentajes de voto y consiguiendo lograr más primeros puestos, como efectivamente ha ocurrido. Se trata de que, a pesar de que estos municipios cuentan con menos población, su apoyo a la coalición heredera de Batasuna es tan abrumador que la suma de sus nuevos votantes es incluso mayor que la obtenida en las ciudades, que cuentan con un censo mayor.

En el País Vasco viven 2,2 millones de personas. La mitad reside en municipios de menos de 50.000 habitantes, mientras que la otra mitad vive en localidades de mayor tamaño. Pues bien, de los 92.834 votos más que ha logrado Bildu respecto a la anterior cita electoral, hasta el 60% los ha obtenido de las poblaciones con menos de 50.000 habitantes. Es decir, el grueso de sus nuevos apoyos los ha ganado en localidades pequeñas y medias, no en las ciudades. En total, Bildu ha sumado 341.735 votos, apenas 29.000 menos que el PNV.

El dominio de Bildu en los núcleos urbanos pequeños es apabullante. En los pueblos de menos de mil vecinos acapara el 46% de los votos y el 43% en los de hasta 10.000 personas. Ese apoyo hegemónico cae al 36% en los municipios de hasta 50.000 habitantes. En todas estas franjas ha sido la formación más votada, bastante por encima de sus resultados en el conjunto del País Vasco (32,5%), mientras que en 2020 sólo obtuvo ese primer puesto en las poblaciones más pequeñas.

Por el contrario, en las ciudades sus guarismos han quedado por debajo de su propia media. En las de hasta 250.000 habitantes ha obtenido el 26% de las papeletas y en las de más de 250.000, el 24%. En cualquier caso, estos resultados de Bildu en las grandes urbes vascas son significativamente mejores que hace cuatro años, cuando obtuvo el 21% y 20%, respectivamente. El partido más votado en estas franjas, donde el PP y el PSOE logran sus mejores resultados, sigue siendo el PNV.

A pesar del sostén de las localidades pequeñas, es innegable el avance de los de Otegi también en las capitales. En Vitoria ha sido por primera vez el partido más votado y en Bilbao y San Sebastián, aunque sigue por detrás del PNV, mejora sus porcentajes, con entre cuatro y cinco puntos más que en 2020. Vitoria, no obstante, es la única ciudad de más de 50.000 donde gana Bildu.

El síntoma más extremo de dominio en los pequeños municipios es que en el pueblo menos poblado del País Vasco, Oreja (Guipúzcoa), con poco más de un centenar de habitantes, Bildu ha cosechado el 100% de los votos, la única fuerza política que ha conquistado el voto de sus vecinos. El resto de formaciones no han registrado ni una sola papeleta a su favor. En las autonómicas de 2020, la coalición soberanista había logrado el 94,5% y el PNV el otro 5,4%. En esta ocasión, sin embargo, no ha habido un solo voto ni siquiera para el peneuvista Imanol Pradales, que se perfila como próximo lendakari en sustitución de su compañero Iñigo Urkullu.

EH Bildu también ha logrado unos resultados abrumadores en otros municipios pequeños de Guipúzcoa, como Orendain (79,1%), Baliarrain (75,7%) o Errezil (70,2%). En Vizcaya, los soberanistas han arrasado en pueblos como Ubide (70,5%), Nabarniz (65,6%) o Munitibar (63,6%). En Álava, donde EH Bildu se alza como primera fuerza, ha habido resultados contundentes en Aramaio (60,9%), Urkabustaiz (56,7%) o Salvatierra (50,3%).

En su análisis de los resultados, el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, subrayó que la coalición soberanista está muy satisfecha tras haber logrado un «resultado histórico, con un crecimiento espectacular» que abre «un panorama que es nuevo». Otxandiano defendió que los suyos no deben tener «especial ansia» y recordó que el próximo Parlamento vasco «va a ser el más abertzale y soberanista de la historia y también va a haber una mayoría absoluta de izquierdas».

El cabeza de lista bildutarra reiteró «la necesidad de cooperar para dotarnos de un proyecto de país sólido, progresista y soberanista en los siguientes cuatro años». Y concluyó: «El ascenso de EH Bildu es espectacular, es un despegue. Hay un crecimiento sólido y homogéneo».

En los anteriores comicios vascos, PNV y EH Bildu fueron los más votados en todos las localidades vascas, salvo en la vizcaína y simbólica Ermua y en la alavesa Navaridas, donde se impusieron el Partido Socialista de Euskadi (PSE) y el PP, respectivamente.

Hoy, tanto en Ermua como en Navaridas el partido que ha sumado más papeletas es el PNV. Los socialistas han quedado en segundo lugar en Ermua y con Bildu pisándoles los talones a sólo 33 votos en la misma localidad de la que era concejal del PP Miguel Ángel Blanco cuando ETA lo secuestró y asesinó hace 27 años. La misma donde el histórico alcalde socialista Carlos Totorika se convirtió en un ejemplo de resistencia cívica frente al terrorismo.

Y es que el Partido Socialista de Eneko Andueza no ha sido capaz de ser primera fuerza en ninguno de los 251 ayuntamientos que hay en el País Vasco. De hecho, Laguardia es el único de todos ellos en los que no ha ganado el PNV o EH Bildu, sino el PP de Javier de Andrés.

En este municipio, de apenas 1.500 habitantes y en la frontera con La Rioja, los populares se han impuesto por sólo cinco votos a los peneuvistas, que ganaron en 2020. En comparación con las elecciones al Parlamento vasco de hace cuatro años, el PNV han perdido cinco puntos en el porcentaje de papeletas, mientras que los populares han subido más de siete, lo que les ha convertido en la fuerza con más respaldo en esta localidad alavesa. Una anécdota ante el avance de Bildu.