La nueva vida del Pequeño Nicolás: una serie documental y criptomonedas

Su prometedora y extraordinariamente precoz carrera como organizador de eventos, lobista e intermediario en distintos negocios saltó por los aires en la operación de Asuntos Internos de la Policía Nacional propiciada por la Vicepresidencia del Gobierno, que lideraba entonces Soraya Sáenz de Santamaría (PP), para la que Fran Nicolás decía trabajar cuando apenas tenía 20 años.

Mientras intenta regatear su ingreso en prisión, el que fuera durante una buena temporada el personaje más popular de España trata de conseguir ingresos con actividades «de perfil bajo», relatan a ABC fuentes próximas al joven con conocimiento directo de sus tareas.

Los ocho años que lleva entre acusaciones y juzgados han hecho mella en su ánimo y en el de su familia, pues tienen la sensación de que «esto no va a acabar nunca, pero no queda otra que seguir luchando pese al coste personal», dicen desde su entorno. Palabras casi idénticas a las que el propio Fran Nicolás, ahora con 28 años, explica a los periodistas que le esperan a la entrada y salida de los juzgados por los que tiene que seguir pasando. Y a los que atiende con tanta corrección como soltura y con un punto de espontaneidad.

Además del coste personal está el económico, a lo que se une que no tiene el mejor de los carteles para que alguien lo contrate. Por eso hace «lo que le dejan y hasta donde le dejan con toda la discreción del mundo, porque a los empresarios no les gusta esa exposición, así que cuanta menos gente lo sepa, mejor», añade su círculo más cercano.

Son varios los posibles negocios que tiene en marcha Francisco Nicolás, pero destacan dos. El primero es un «proyecto personal» de 'blockchain' para invertir en criptomonedas y NFT, otro activo digital vinculado a las populares monedas cibernéticas. Prevé lanzar el proyecto «a finales de este año o principios del siguiente».

Por otro lado, hace aproximadamente diez días comenzó, con una productora, el rodaje de una serie documental sobre su vida. Las fuentes consultadas por este diario aseguran que hay «varias plataformas» interesadas en adquirir los derechos y que las negociaciones están avanzadas con una de ellas.

Fuentes del sector audiovisual manifiestan que es un producto que puede tener muy buenas perspectivas de audiencia, por lo sorprendente de la historia del joven y la popularidad que alcanzó. Él mismo contará su mediática historia, truncada por una operación conjunta de la Vicepresidencia del Gobierno, Asuntos Internos de la Policía Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cuando trascendió que utilizaba documentos para fingir cargos oficiales.

Por otro lado, Francisco Nicolás Gómez también está realizando actividades relacionadas con el mundo del fútbol –fue un habitual de los mejores palcos–, en concreto «comunicación deportiva y relaciones institucionales para ciertos equipos», siempre según las fuentes consultadas.

«Hace ocho años que lo llaman públicamente estafador, pese a que la única acusación por estafa que tiene es la del actual juicio y el empresario supuestamente estafado lo ha negado», defienden en su entorno: «El daño a nivel mediático y personal lo ha dejado fastidiado».

Y es que el Pequeño Nicolás lleva más de un año afrontando los distintos juicios en los que han terminado sus peripecias. Aunque ya había protagonizado otros por causas menores, como injurias y calumnias al CNI en un par de entrevistas, en verano de 2021 empezó a encajar condenas de cárcel. La primera fue cuando la Audiencia Provincial de Madrid le impuso un año y nueve meses por falsificar el DNI para que un amigo se presentara por él a la Selectividad en 2012.

Al mes siguiente, en julio, le sentenció a otros tres años por un viaje a la localidad gallega de Ribadeo en 2014 en el que se hizo pasar por enlace de la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. Su defensa ha recurrido ambas condenas ante el Tribunal Supremo, por lo que actualmente permanece en libertad a la espera de que éste resuelva primero si lo admite a trámite y, en ese caso, si revoca o reduce sendas penas.

Además, este 24 de octubre arrancó un tercer juicio en el que Francisco Nicolás está acusado de intentar estafar a un empresario en la venta de una parcela en Toledo haciéndose pasar de nuevo por colaborador del Gobierno y del CNI también en 2014. La Fiscalía pide 6 años de prisión y 18.000 euros de multa. El supuesto estafado y su abogado ya han declarado que «no hubo estafa» y que no se sintieron engañados por el joven. De hecho, el propio empresario, Javier Martínez De la Hidalga, declaró ante el tribunal que en ese momento pensaba que aquel joven de 20 años era «un genio precoz». Y llegó a compararle con Amancio Ortega, fundador de Zara.

Aunque esa declaración del afectado contradice la estafa por la que se está juzgando al Pequeño Nicolás, también está acusado de falsificar documentos y usurpar funciones públicas de las instituciones en las que presumía de colaborar. Como documentos con membretes que falsificaba en una tienda de Work Center, la conocida cadena de copisterías, o coches de gama alta que alquilaba y con los que se saltaba los semáforos utilizando luces como las de la Policía.

Este juicio se reanudará el próximo lunes con la declaración del propio Francisco Nicolás. Como ha hecho en otros casos y como ha avanzado su defensa, alegará «trastorno de personalidad», un argumento que ya le ha reconocido la propia Justicia en la sentencia por lo de Ribadeo, en la que fue condenado a tres años de cárcel, en lugar de los siete que pedía la Fiscalía, porque el tribunal entendió que padece una «anomalía psíquica» de carácter narcisista que afecta a su conducta, aunque parcialmente. Por eso fuentes jurídicas próximas al joven confían en que no tenga que ingresar en prisión por ninguno de estos casos.

Durante la investigación del viaje a localidad gallega la juez remitió un oficio al CNI para saber si Fran Nicolás le había prestado «servicios laborales o profesionales bien directamente o a través de empresa interpuesta indicándose el concepto, acompañándose copia de su contrato de trabajo (si lo hubiere), así como de las remuneraciones percibidas por el mismo».

La respuesta, firmada por la entonces secretaria de Estado que dirigía el CNI, Paz Esteban, y datada el 20 de diciembre de 2021, ni confirmaba ni desmentía: «Le traslado la imposibilidad de este CNI para, sin violentar la protección que las normas de nuestro ordenamiento jurídico dispensan a la información clasificada, comunicar cualquier información que pudiere conducir al conocimiento de las actividades del CNI». El joven siempre ha defendido haber sido informante y colaborador de este organismo.

Pese a que la ausencia de respuesta por parte del CNI en requerimientos similares es habitual, lo cierto es que en esta misma causa sí respondió a un oficio en ese sentido el 13 de enero de 2016. El Centro aseguró que Luis Antonio Ruiz de la Morena, uno de los implicados en esa causa, «no tiene ni ha tenido ningún tipo de vinculación directa o indirecta con el CNI», según la documentación que obra en el sumario.

Las tres anteriores no son los únicas causas judiciales que tiene pendientes el Pequeño Nicolás en los próximos meses. El próximo martes, al día siguiente de que se reanude el juicio por la finca de Toledo, comienza otro en el que está citado como testigo por la grabación del comisario jubilado José Manuel Villarejo a responsables de la Policía Nacional y del CNI sobre la investigación que derivó en la detención del propio Francisco Nicolás.

Y ya a principios de febrero empezará el juicio por el conocido como caso Mafia Policial, en el que el joven está acusado de acceder a información de las bases de datos del Ministerio de Interior que le facilitaban varios agentes a cambio de promesas y dinero. La Fiscalía le pide otros nueve años y nueve meses de cárcel por este caso.