La Nochevieja reactiva las protestas en Ferraz
Convocatoria de acoso a la sede del PSOE con forma de macrofiesta: pantalla, megafonía, disc-jockey y escenario
Los ultras que han acudido a la sede socialista: pocos, jóvenes y descoordinados
«Si queréis cenar antes de las uvas hay una restaurante chino abierto en Ferraz», se puede leer en uno de los chats de mensajería que surgieron el 3 de noviembre, después de la primera jornada de protestas frente a la sede del PSOE ... en contra de la amnistía. Ahora, casi dos meses después, diversas organizaciones retoman el acoso a la sede del PSOE convocando una concentración el próximo domingo para pasar allí la Nochevieja bajo dos premisas: continuar con las quejas frente al «golpe» de Pedro Sánchez y «hacer trabajar» en esa fecha señalada a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE). A estos les acusan de «proteger» durante este tiempo la sede socialista y reprimir las anteriores movilizaciones, en algunas de las cuales ha habido disturbios.
La iniciativa está siendo encabezada por el colectivo Revuelta, una de las organizaciones con más presencia en los últimos meses en las manifestaciones frente a las sedes del PSOE. Algunas informaciones han vinculado este grupo a las juventudes de Vox, aunque otras defienden que ha nacido fuera de la órbita del partido. En todo caso, ha estado presente en la mayoría de actos en contra de la amnistía para los encausados por el 'procès' en distintos puntos de España e incluso en países europeos como Luxemburgo.
Aspecto de macrofiesta
Para esta ocasión, la plataforma ha anunciado a través de sus redes que la concentración, que adquiere la forma de un evento de fin de año, contará con un camión con una pantalla gigante incorporada, megafonía, un disc-jockey encargado de la música y un escenario con iluminación. Según apuntan, su intención es retransmitir la protesta en directo «para todos aquellos que no puedan venir». Para eso, han puesto en funcionamiento un sistema de recaudación de fondos, organizado por Antonio Martínez y a nombre de ASOMA, una asociación de la que no se han encontrado más referencias. «Tenemos 600 paquetes de uvas para repartir», anuncian.
En los panfletos de la convocatoria también figura la simbología de Noviembre Nacional –dos enes con una cruz entre estas–, un movimiento que surgió en redes sociales al calor de estas protestas y al que se ha sumado algún político como Juan García Gallardo. El presidente de Vox en Castilla y León y vicepresidente de la Junta ha acudido en varias ocasiones a estas manifestaciones de acoso a la sede socialista, al igual que el líder del partido, Santiago Abascal, que en una ocasión rechazó un megáfono ofrecido por los manifestantes. «Yo vengo aquí como uno más», aseveró entonces.
En cuanto a Noviembre Nacional, es un grupo diverso, compuesto por falangistas, requetés y también personas alejadas del pensamiento tradicionalista que se identifican como liberales. «También hay algún miembro de Frente Obrero que se identifica con nosotros», comentaba a ABC un manifestante que portaba una bandera con el símbolo del movimiento. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre estos perfiles, a todos les une un sentimiento de agravio que les hace rechazar la Constitución, al entender que esta no defiende la nación española. Es desde este sector, minoritario entre quienes rechazan la amnistía, desde donde se han escuchado de forma más recurrente cánticos contra la Casa del Rey y la Policía Nacional, a quien acusan de proteger la sede socialista y, por extensión, justificar el «golpe al Estado de derecho» que, según defienden, está perpetrando el PSOE.
Dos meses después
En ese sentido, uno de los momentos de mayor tensión y que disparó estas posiciones extremistas, se vivió el 6 de noviembre, cuando la Policía lanzó gases lacrimógenos para disolver la manifestación tras identificar la infiltración de grupos ultra entre la multitud. Entonces, fuentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) calificaron la decisión como «inaudita», puesto que en otras situaciones de gravedad no se autorizó el uso de este material, aunque tampoco quedó claro quién dio la orden de emplearlo. PP y Vox pidieron explicaciones a la Delegación del Gobierno, sin embargo, el incidente provocó que parte de los manifestantes, que aumentaron de número los días siguientes, empezara a dirigir sus proclamas contra los agentes. «El 1 de octubre yo te defendí», fue una de las más repetidas entre ellos durante estos casi dos meses de protestas. Una crítica, referida a la actuación policial durante los disturbios del 'procés', que deriva de un sentimiento de rechazo entre los manifestantes, pues sienten que los agentes no deberían haber acatado las órdenes para proteger la sede socialista.
Al día siguiente del polémico uso de los gases, la protesta alcanzó su momento álgido, con cerca de 8.000 personas colapsando el cruce entre las calles Ferraz y Marqués de Urquijo en Madrid. La mitad de estos antes se habían dirigido hacia el Congreso de los Diputados, con la intención de asaltar el Parlamento, y al no conseguirlo se dirigieron a la sede socialista ocupando la Gran Vía. Esa noche los disturbios con las UIP se repitieron, con lanzamiento de objetos contundentes y la quema de mobiliario urbano. Algo que se repitió más de una noche, y que se esperaba que pudiera ir a más el 16 de noviembre, durante la sesión de investidura, que finalmente discurrió sin incidentes.
Desde entonces, y a la espera de ver la cifra de asistentes el próximo 31 de diciembre, las movilizaciones en Ferraz han quedado reducidas a grupos pequeños de personas, a las que se ha podido ver rezando en la zona, algo que acabó por prohibir la Delegación del Gobierno en Madrid. «Las protestas volverán a aumentar de intensidad en momentos puntuales«, comenta alguno de los habituales en las manifestaciones, en relación a la posible vuelta de Carles Puigdemont a España.
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