Marlaska pone al juez del caso Begoña «extramuros» de la ley y le acusa de «prospectivo»
El ministro del Interior, que además es magistrado, achaca a su colega una práctica ilegal
Begoña Gómez se libra del paseíllo y entrará al juzgado por el garaje a petición de Moncloa
Mientras exige respeto para las decisiones del Tribunal Constitucional (TC) que tumban las condenas de los ERE, el Gobierno de Pedro Sánchez sigue arremetiendo contra los jueces con nombres y apellidos. Este jueves le volvió a tocar al magistrado que investiga a la esposa del presidente, Begoña Gómez, por corrupción en los negocios y tráfico de influencias la misma víspera de su declaración como imputada en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla.
El encargado de ese ataque no fue otro que el ministro del Interior, el socialista Fernando Grande-Marlaska, que además pertenece a la carrera judicial como magistrado de la Audiencia Nacional que sigue siendo en excedencia.
Durante sendas entrevistas en Radio Nacional de España (RNE) y en la Sexta, el único ministro del Interior de Sánchez hasta la fecha ha acusado al titular del Juzgado de Instrucción 41 de Madrid de estar sometiendo a la mujer del presidente a una investigación «proactiva» o directamente «prospectiva». Marlaska acusa así al juez de mantener imputada a Begoña Gómez con un objetivo que «está excluido de nuestro ordenamiento jurídico», como ha explicado acto seguido el propio ministro para dejar clara esa práctica «extramuros» que, según él, lleva a cabo Juan Carlos Peinado desde que abrió esta causa hace casi tres meses, el pasado 16 de abril.
Marlaska ha aprovechado su altavoz como miembro del Gobierno para acusar a este juez instructor de estar causando a Begoña Gómez una «completa indefensión» porque, según el ministro, «no sabe ni lo que se le imputa ni lo que se le deja de imputar».
Tampoco ha dudado en dar lecciones a su compañero de carrera al afearle que su instrucción es «algo completamente ajeno a lo que debe ser una resolución judicial si se habla de imputación». El ministro socialista se jacta de sus «30 años ejerciendo la jurisdicción, tanto en instrucción como en sala, enjuiciando» para aseverar que este caso «debería haber quedado archivado hace tiempo», en lo cual confía después de que la mujer del presidente declare este mismo viernes como imputada. Es más, Marlaska insiste en que la querella ni siquiera debió admitirse a trámite por ser «de extrema derecha» la entidad que la presentó, en alusión a Manos Limpias, y por estar basada en lo que el titular de Interior limita a meros «recortes de prensa».
Lo que sí es «normal»
Por todo ello, Marlaska afirma que «esta instrucción está extramuros de lo que debe ser una instrucción y, en este sentido, causa indefensión a una persona como la señora Gómez», ha reiteró para poner a así al juez Peinado fuera de los límites del ordenamiento jurídico. Marlaska no comparte «ninguna de las resoluciones dictadas» por este magistrado, que tilda de «preocupantes» e «incomprensibles». Nada de ello le ha impedido sin embargo blasonar en esas mismas entrevistas de «algo tan importante como la independencia judicial», pese a que ha lanzado esos ataques contra un miembro de ese mismo poder desde otro como el Ejecutivo. No obstante, dice que le «duele» que la investigación de Peinado vaya «en detrimento de la propia consideración del Poder Judicial dentro del conjunto de la sociedad».
Lo que sí ha alabado el ministro y magistrado en excedencia fueron los recientes fallos del Constitucional a favor de los socialistas condenados por los ERE, que Marlaska enmarca dentro de la «normalidad». De paso, pidió «respeto» para esas resoluciones y ha cargado contra los representantes del PP, como el propio Feijóo o su portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, que han puesto en duda la imparcialidad del órgano que preside Cándido Conde-Pumpido.
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