PNV y Batasuna reúnen en Bilbao a miles de personas contra la Ley de Partidos
Los nacionalistas protestan contra los derechos «lesionados» de los vascos
Con la mente puesta ya en los comicios forales y municipales de la próxima primavera, el PNV no quiere dejarse pisar el terreno por nadie. Conscientes del riesgo evidente de una fuga de votos al polo soberanista de EA y Batasuna, los de Iñigo Urkullu han enviado seta tarde una delegación a la marcha «abertzale» que recorre desde las 18.00 horas las calles de Bilbao con la excusa de reivindicar los «derechos humanitarios, civiles y políticos» de los vascos, como el derecho de manifestación o de participación política, y que les obligará a ir del brazo de Batasuna por primera vez en mucho tiempo.
Los promotores de la marcha —un grupo «plural» de «personalidades y referentes sociales» del País Vasco— llamaron a protestar contra la prohibición de ciertas manifestaciones orquestadas desde el entorno proetarra, y que como la convocada para el pasado 11 de septiembre han sido disueltas por la Audiencia Nacional por entender que se hacían siguiendo «las directrices de ETA». Antes de que el PNV anunciara su adhesión, EA, Aralar y la «izquierda abertzale» tradicional ya habían confirmado su presencia en esta nueva exhibición de fuerzas independentistas, que tiene como lema «No a las prohibiciones de manifestaciones. Ninguna imposición, ninguna violencia. Sí a los derechos humanos, civiles y políticos». Es decir, la enésima rebelión nacionalista contra la Ley de Partidos que echó a Batasuna de las instituciones y permitió un vuelco político en el Parlamento vasco.
La comitiva peneuvista estará encabezada por el presidente de su ejecutiva en Vizcaya, Andoni Ortuzar, quien ayer trató de justificar su participación desligando la marcha del entorno radical. Para el PNV no es más que una «reacción ciudadana» contra lo que consideran un «exceso del sistema judicial y del Estado español, que limita seriamente derechos fundamentales». Ortuzar se esforzó en hacer ver que su partido «siempre ha tenido un camino propio» y «nunca» se ha dejado seducir por «los cantos de sirena de unidades de acción y polos soberanistas».
La presencia del PNV en la marcha ha suscitado duras críticas de los partidos constitucionalistas —PSE, PP y UPyD—, que han pedido a Iñigo Urkullu que decida de una vez si quiere estar con las instituciones democráticas o con los herederos de Batasuna. «El PNV tiene que empezar a decidir con claridad qué quiere ser de mayor y con quién quiere hacer causa común para acabar con ETA y conseguir definitivamente la paz en Euskadi», afirmó el portavoz del PSE, José Antonio Pastor. El PP tildó de «error» la conducta del PNV, porque con su adhesión «le está haciendo el caldo gordo a los que no condenan», remarcó el portavoz «popular», Leopoldo Barreda. Por su parte, el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, afirmó que su Departamento no ve «inconveniente» alguno en que se celebre la manifestación. y si bien respetó la decisión del PNV de enviar una delegación, le recordó a los de Urkullu que uno de los objetivos de los promotores del polo soberanista es «intentar sustituirle» como fuerza política.
Guiño al «egibarismo»
La presencia del PNV en la marcha de esta tarde es interpretada como un guiño a las bases más radicales del partido, las de Joseba Egibar, el «egibarismo» guipuzcoano, mucho más próximas al frente soberanista de EA y Batasuna que a las tesis «posibilistas» de Iñigo Urkullu. De momento, este último apuesta por erosionar la imagen del lendakari utilizando la debilidad de Rodríguez Zapatero en el Congreso y distanciándose al mismo tiempo del bloque «abertzale».
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