Los whatsapp de la víctima de Errejón a una amiga: «Me entró a saco en una habitación y le paré los pies»

Según los datos que maneja ABC, la joven, el 10 de octubre de ese año, respondió así a su allegada cuando le preguntó por la velada de aquella noche, que comenzó con la presentación de un libro del ahora exportavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados.

La respuesta de Elisa es rotunda: «Pues decepcionadísima con Errejón», es lo primero que dice. En otro mensaje inmediato, añade: «Fui a la firma de su libro, luego cenamos y fuimos a casa de [los amigos de ella que celebraban una fiesta] y me entró a saco. Luego, le dije que [su hija de 1 año] estaba malita con fiebre, que me llamó mi padre a las 6 [de la mañana] y, como ya íbaos en el coche, no te creas que me dijo de volverme o cogerme otro».

Y agrega a renglón seguido: «Llegamos a su casa y siguió intentándolo y la le paré otra vez los pies y le dije que me estaba invadiendo».

La actriz presentó ayer la denuncia ante la la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Madrid, a las 23.35 horas. Mouliáa fue la primera mujer en hablar abiertamente del presunto acoso sexual que sufrió por parte de Iñigo Errejón, y durante la tarde ayer anunció su intención de denunciar al político. «Hola, yo soy víctima de acoso sexual por parte de Iñigo Errejón y quiero denunciarlo», escribió en X.

Según se extrae de la denuncia, a la que ha tenido acceso ABC, la actriz y el político de Más País llevaban un año hablando por Telegram e Instagram y, con motivo de la presentación de un libro de él, la invitó al evento en septiembre de 2021. Al término, fueron a un bar de la zona de Ópera, en el centro de Madrid y cerca de la casa de Errejón, a tomar unas cervezas.

Ha declarado que se mostró «frío y serio», lo que la sorprendió, porque «hasta ese momento el varón siempre mantuvo una actitud correcta con ella». Esa noche, Elisa tenía previsto acudir a una fiesta de una pareja de amigos que vive en Australia y que se celebraba en casa del padre de ese allegado. «Por educación, le invité a asistir y para mi sorpresa, aceptó». Pidieron un coche y se dirigieron a la vivienda.

En el trayecto, «Íñigo cambio de actitud y pasó a estar dominante, indicando que le iba a imponer tres reglas: la primera era que no se alejase de él mucho esa noche; la segunda, que si lo hacía no fuese a más de 20 metros de él y regresase en un minuto, y la tercera que esa noche le diese un beso». Algo que a la denunciante hizo sentirse «violentada y cortada» y decidió guardar silencio «por ser quien era».

Nada más entrar en el edificio, dentro del ascensor, Errejón le dijo: «La tercera regla la voy a romper ahora mismo». Entonces, «la agarró fuertemente por la cintura y la comenzó a besar, introduciéndole su lengua en la boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta invadiendo el espacio de la declarante y haciendo que ella se sintiese intimidada».

Cuando llegaron a la fiesta, bailaron, bebieron y charlaron con los demás. «En un momento de la noche, comencé a bailar con un amigo mío una canción de Los Secretos, lo que le produjo un ataque de celos» a su acompañante. Él la agarró fuertemente por el brazo y la llevó a la fuerza durante unos seis metros por el pasillo, hasta introducirla en una habitación».

Allí dentro, según su relato, Errejón «cerró el pestillo de la puerta para impedir que pudiese escapar, comenzando a besarla y tocarla por distintas partes de su cuerpo, sobre todo la zona de los pechos y los glúteos, no pudiendo concretar si fue por encima o por debajo de la ropa, aunque recuerda que le llegó a quitar el sujetador al tiempo que le decía frases lascivas». «Cómo me pones», por ejemplo, «sin el consentimiento» de la denunciante.

Acto seguido, el político de Sumar «empujó a la dicente sobre la cama y el denunciado se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos» de la actriz. Ella se sintió «paralizada» y no consintió nada de lo que sucedió. Dijo que se quería quedar en la fiesta argumentando que su amigo se había quedado solo. Pero Errejón le respondió que «salía de la habitación con la condición de que en veinte minutos ambos se tenían que ir de la fiesta a casa de Íñigo, ya que tenía intención de llamar a un vehículo.» Elisa accedió a ello porque «quería que todo lo que estaba sucediendo terminase cuanto antes». Todo esto duró unos veinte minutos, explica en la denuncia.

Ambos siguieron en el evento un rato más, «si bien Íñigo agarró la chaqueta de la denunciante y se la puso con mucha claridad, al tiempo que le decía: 'Vamos, date prisa, que el coche lleva cinco minutos esperando'».

De camino a casa de él, Elisa recibió una llamada de su padre en la que le decía que la hija de ella, de un año entonces, «tenía cuarenta de fiebre, extremo que la preocupó mucho pero no a su acompañante, que no reaccionó en absoluto». Siguió «frío e impasible a lo que estaba sucediendo, no interesándose en ningún modo en el estado en el que se encontraba su hija pequeña, no llegando ni a ofrecerle la posibilidad de trasladarla hasta el domicilio de sus padres». Ella se sentía «muy mal», estaba «preocupada por su hija pequeña y no comprendía muy bien la actitud que mostraba» el denunciado.

Llegaron a casa de él. Sin mediar palabra, «comenzó nuevamente a besar a la denunciante en los labios, mientras le realizaba tocamientos en los pechos y los glúteos, por fuera de la ropa, mientras trataba de trasladarla a su habitación».

Elisa le comentó «que se estaba sintiendo muy incómoda y que, además, seguía preocupada por su hija». «Todo lo que ocurría me parecía muy violento, por lo que le terminé diciendo: 'Solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo. ¿No sabes lo que son la seducción, los tiempos y la escucha?'». La respuesta de Errejón fue: «Gracias, eso me va a servir para futuros encuentros». La actriz acaba, a preguntas de los agentes, afirmando que sí se siente víctima de un delito sexual. La Policía Nacional ya está investigando el caso.

El político de Sumar, en su comunicado difundido en la red social X, se expresaba sin embargo en términos enigmáticos para detallar que tenía problemas de salud mentales y afectivos y apuntaba a que en este ciclo político «intenso y acelerado» ha llegado «al límite de la contradicción entre el personaje y la persona».

Sería su partido el que, horas después, comunicó que Errejón había admitido la veracidad de las acusaciones en redes sociales por comportamientos machistas.