Vox busca su espacio perdido en Madrid con iniciativas 'trampa' para el PP de Ayuso
El grupo liderado por Rocío Monasterio incide en la bajada de impuestos y en la batalla cultural
Monasterio, a favor de que Vox esté junto al PP contra la amnistía: «España no está para tonterías»
![Monasterio, en su escaño, y Díaz Ayuso, en el pleno de constitución de la actual legislatura, en junio pasado](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/21/monasterioayuso-RQC6m4UAqESNec06AhT44oN-1200x840@abc.jpg)
Vox está pasando su propia travesía en el desierto de la oposición en la Comunidad de Madrid, con mínima relevancia en la vida parlamentaria de esta región después de años en los que sus votos fueron imprescindibles para la toma de decisiones, y también ... para el bloqueo de muchas de ellas. Sus 11 diputados, en una Asamblea de 135, han perdido el poder que su partido tuvo hasta las pasadas elecciones de mayo, cuando el PP de Ayuso arrasó en las urnas con mayoría absoluta.
Ahora, en los primeros compases de esta legislatura monocolor, el partido que lidera Rocío Monasterio en la región intenta recuperar el espacio perdido y convencer a los madrileños de que siguen siendo útiles. Una tarea más que difícil cuando enfrente tienen a un animal político como Isabel Díaz Ayuso, capaz de atraer a votantes más allá de las siglas de su partido.
La primera iniciativa que presentó Vox en la Asamblea después del verano fue toda una declaración de intenciones. ¿El PP se presentó a las elecciones con la bajada de impuestos como bandera propia? Pues jugarían en ese terreno y obligarían a Ayuso a pronunciarse subiendo la apuesta. Monasterio defendió en el pleno una rebaja inmediata de medio punto en el tramo autonómico del IRPF. Se trataba de una promesa electoral del PP, que Vox hizo suya, pero yendo más allá: reclamó que tuviera efecto retroactivo desde el pasado 1 de enero. Toda una trampa para el PP, que no quiso entrar en esa carrera.
Desde el Gobierno de Ayuso se apresuraron a decir que el IRPF se bajará cuando toque, pero no sería de forma inmediata. Además, recalcaron el intento de Monasterio de «copiar» su programa electoral, algo que agradecieron. El resultado fue mucho ruido y poco más, porque el PP se negó a regalar a Vox una victoria parlamentaria y se abstuvo.
Esa proposición no salió adelante y tampoco se aprobaron las siguientes que Vox presentó en los sucesivos plenos de la Asamblea: una iniciativa para suprimir el impuesto de sucesiones y donaciones entre hermanos y entre tíos y sobrinos, y la desgravación fiscal por la compra de libros de texto. El PP se abstuvo en todo, para dejar claro que el ritmo y la agenda, en esta legislatura de mayoría absoluta, los marca Ayuso, y no Monasterio.
En el último pleno, Vox volvió a tirar a puerta en la portería del PP, con otra iniciativa que podía ponerle en aprietos a la hora de votar, en este caso contra el adoctrinamiento en las aulas y a favor de que los padres conozcan de forma previa y acepten cualquier contenido afectivo-sexual o ideológico que puedan recibir sus hijos en el aula. Los populares despejaron de nuevo la pelota y se abstuvieron en la votación. Pero el debate introducido por Vox ahí quedó.
Manos libres
En declaraciones a ABC, Rocío Monasterio explica que ha quedado muy claro que, «con las 'manos libres' de Vox no han querido bajar el IRPF, ni eliminar impuesto confiscatorio de sucesiones de tíos a sobrinos, ni han querido derogar las leyes LGBI y Trans de la Comunidad de Madrid». La portavoz de Vox cree que el PP «no da la batalla cultural, pero tampoco gestiona», y ahora se teme que en los próximos Presupuestos haya un aumento de gasto público. «Mientras, los madrileños cada día que pasa tienen menos poder adquisitivo. Veo al gobierno descentrado y lo que tenemos por delante no es fácil. Estamos preocupados», advierte. Por eso, la portavoz de Vox está convencida de que el PP de Ayuso ha dejado un «espacio libre» que su partido puede llenar «claramente».
Junto a las iniciativas que juegan en el terreno del PP, Vox mantiene viva la batalla cultural para que los votantes de la derecha perciban las diferencias entre los partidos. Monasterio y sus compañeros de filas insisten en asuntos como el de las leyes LGTBI y Trans: Vox exige su derogación y pide al PP que se moje y dé el paso. Pero ese no es el camino de Ayuso, que propone la reforma de la ley Trans, no su anulación, y además sin la premura que pide Vox. Es un asunto que este partido explota al máximo, a sabiendas de que ahí los votantes de la derecha pueden ver una diferencia clara entre PP y Vox, algo básico para que los de Santiago Abascal puedan tener y defender su espacio político, cada vez más achicado en Madrid.
Minutos de silencio con polémica
Monasterio, además, ha intentado liderar la respuesta de la Asamblea tras el ataque terrorista de Hamás a Israel, y también la contestación a Mónica García y Más Madrid, a los que llamó «escoria» por su equidistancia. Fue la portavoz de Vox la que propuso un minuto de silencio tras aquel ataque de Hamás y también la que puso sobre la mesa esta última semana otra iniciativa similar en memoria de las víctimas civiles que son utilizadas como escudos humanos por Hamás. En este último caso, con la Asamblea ya totalmente dividida, no hubo unanimidad, y el PP pidió no volver a utilizar los minutos de silencio como instrumento político.
En la primera reunión que tuvieron Ayuso y Monasterio esta legislatura, la portavoz de Vox propuso ir juntas frente a los «enemigos de España». En ese terreno, el acercamiento es mayor y los dos partidos votaron juntos en la Asamblea contra la amnistía a los separatistas y a favor de la igualdad de los españoles ante la ley. Un punto de encuentro en medio de la disputa por el espacio político de la derecha madrileña.
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